Reflexiones coyunturales sobre el sector agropecuario panameño

  • 21/09/2025 00:00
Ya están disponibles los datos del VIII Censo Nacional Agropecuario (2024). Esto nos permite, precisar el despliegue de la propiedad del suelo entre los registros del VII y VIII Censo Nacional, teniendo presente el tamaño de las explotaciones

Mientras en el 2010/2011 las explotaciones menores de una hectárea representaban el 38.5% del total de las explotaciones, solo disponían 0.42 de la tierra para usos agrícolas y pecuarios. Catorce años después (2024), esas explotaciones de menos de una hectárea alcanzaban 71,290, representando el 44% de las explotaciones, ocupando apenas el 1% de total de la tierra disponible. En este segmento se encuentran los campesinos sin tierra, obligados a vender su capacidad de trabajo.

En el otro extremo, las parcelas de 100 y más hectáreas, en los registros del VII Censo Nacional Agropecuario (2010/2011) que apenas representaban el 2.20%, disponían para su provecho del 40%. Ese proceso de concentración de la tierra se incrementa: en los datos que nos brinda las cifras del VIII Censo Nacional Agropecuario los predios de 100 hectáreas o más ahora disponen de casi el 55 por ciento de la tierra para usos agropecuarios, a pesar de representar en cuanto al número el 1.8%. Se reforzaba el control de ese pequeño grupo, sobre la tierra para usos agropecuarios.

Trabajadores Agropecuarios

También establezcamos una comparativa, para observar la extensión del número de trabajadores asalariados entre los registros del VII y VIII Censo Nacional Agropecuario.

Iniciamos con la data censal de 2011. Veamos el cuadro siguiente.

Para 2011, el primer lugar lo detenta la provincia de Los Santos, que registra 18,030 trabajadores que no son miembros del hogar del productor y que recibieron pago en efectivo. En esa provincia los distritos de Los Santos (7.672 trabajadores), Macaracas (3.382 trabajadores) y Guararé (2.333 trabajadores).

El segundo lugar lo ocupa la provincia de Veraguas con 18.814 trabajadores que recibieron pago en efectivo, sobresalen los distritos de Santiago (3.567 trabajadores); Calobre (3.099 trabajadores) y Soná (2.978 trabajadores).

El tercer lugar lo tiene la provincia de Herrera con 18.233 trabajadores con pago en efectivo. Los distritos que despuntan en esa provincia son: Ocú (5.635 trabajadores), Los Pozos (3.362 trabajadores) y Pesé (2.958 trabajadores).

Los registros fueron levantados del 24 de abril al 1 de mayo de 2011.

En el caso del VIII Censo Nacional Agropecuario, que se ejecutó del 1 al 30 de agosto de 2024, los registros muestran a la provincia de Chiriquí con 29.216 trabajadores que reciben pago en efectivo, en fincas donde él no es el propietario. Despunta el distrito de Tierras Altas (5.619 trabajadores) que aloja la zona hortícola, en el corregimiento de Cerro Punta básicamente.

Le sigue Barú (4.807 trabajadores), donde el cultivo de arroz y plátano demanda gran cantidad de trabajadores asalariados. En este distrito se encuentra la empresa Banapiña S. A. subsidiaria de la transnacional Del Monte Corp. Para julio de 2024 en medio de una negociación colectiva, se reportaron 900 trabajadores contratados.

En tercera posición se encuentra el distrito de Renacimiento con 4.775 trabajadores. La producción de plátano, fresas, tomates y café especiales en el corregimiento de Río Sereno cabecera, Monte Lirio y Santa Clara.

La provincia de Herrera reporta 28.448 trabajadores. Sobresalen en su orden los distritos de Ocú (ñame), Pesé (caña de azúcar) y Los Pozos (ganadería y siembra/cosecha de maíz).

En tercer lugar, se encuentra la provincia de Veraguas que reportó 27.484 trabajadores. Los que presentaron la mayor cantidad de trabajadores asalariados son los distritos de Santiago (arroz, porcinocultura y avicultura), Calobre (sandía) y el distrito de Soná (arroz y ganadería).

Una mirada coyuntural sobre el Tratado de Promoción Comercial y las importaciones de arroz en cáscara excepto para la siembra (paddy) arroja datos interesantes.

El calendario de desgravación acordado del arroz en cáscara, excepto para la siembra que inicio con una protección del 90%, se encuentra para el 2025, con una protección de 45% (La Estrella de Panamá, 11/marzo/2025).

Los cinco compradores más grandes por su orden son: Agrosilos S. A., cuyo representante es Antonio N. Girlando; seguido de Hermanos Palacios S. A. (familia). Grupo Romal S. A. (Magdalena Milagros Brandao Granda [D, P]), Cegraco (Roberto Jiménez Arias) e Industrial Arrocera de Chiriquí S. A. (José Aguina de Quintero).

Queda señalado que esos cinco compradores representan un poco más del 53% del total de los contingentes negociados en la subasta puntual que se presenta.

Conclusión

El conjunto de los compradores locales realiza la compra a la norteamericana The Rice Food, a través de la TRC Trading Corp. Esto no solo articula a los integrantes de Analmo con la firmas estadounidenses, de forma subordinada, sino que coloca la producción de este rubro puntual, bajo el dominio agroalimentario norteamericano. La doctora Blanca Rubio argumenta:

“A raíz del ascenso del modelo neoliberal y del proceso de globalización, la agricultura de los países dependientes quedó cabalmente imbricada al mercado mundial”. (...) el dominio agroalimentario de Estados Unidos constituye la clave esencial para entender el destino de los productores rurales del sur en la actualidad.” (Blanca Rubio (2014). El dominio del hambre. Crisis de hegemonía y alimentos Juan Pablos Editor. México. P 24).

Esa supremacía del capital trasnacional se potencia desde octubre de 2012, con la puesta en ejecución del Tratado de Promoción Comercial entre Estados Unidos y Panamá.

El alineamiento de nuestro sector agropecuario, con la dinámica que impone las corporaciones norteamericanas, compromete nuestra seguridad/soberanía alimentaria y destruye nuestros productores.

El autor es Sociólogo. Coordinador del Grupo “Problemas Agrarios Panameños”. Sociología, Facultad de Humanidades. Universidad de Panamá.

Pensamiento Social (PESOC) está conformado por un grupo de profesionales de las Ciencias Sociales que, a través de sus aportes, buscan impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de estas disciplinas.
Su propósito es presentar a la población temas de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.
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