‘Estamos preocupados de que la policía reprima’

Actualizado
  • 05/02/2012 01:00
Creado
  • 05/02/2012 01:00
T engo 96 horas de estar en este tranque infernal. Coincidentalmente, o diría por ironías de la vida, la otra vez que cerraron los indíg...

T engo 96 horas de estar en este tranque infernal. Coincidentalmente, o diría por ironías de la vida, la otra vez que cerraron los indígenas también quedé atrapado. Las horas han sido eternas. Traigo un camión donde caben 24 toneladas de todo tipo de mercancía y me dirigía hacia Costa Rica, pero desde el martes he quedado atascado.

Venía en compañía de mi esposa y mi hijo de 8 meses. Tuve que dejar a mi mujer que se fuera a pie con nuestro bebé en la mañana muy temprano, cuando el sol no está tan fuerte para que no les afecte. Sé que el recorrido que tendrá que hacer es un poco largo. Nos dijeron que el que se va caminando lo hace bajo su propio riesgo, pues casi no hay trasbordo a David. Pero guardo la esperanza de que alguien se apiade de ellos, algún alma de buen corazón. Al menos mantengo la esperanza de que los indígenas dejen pasar a mi esposa para que puedan estar mejor.

Es indignante lo que pasa. Muchos camioneros con comestibles optaron por regalar el producto antes de que se dañe.

Aunque no entiendo con claridad el motivo de la protesta, pienso que el gobierno, al no darles respuesta, nos está afectando a todos. Aquí hay mucha gente que tiene más de dos días sin bañarse, cepillarse los dientes ni comer como es debido, mientras hay que caminar hasta el cruce de San Félix para obtener algo de comida que ya se está acabando. Estoy muy preocupado porque ya casi no tengo agua. No entiendo la negativa del gobierno. ¡Qué culpa tenemos nosotros de lo que está pasando!

De repente siento que estoy viviendo una pesadilla. Pero abro los ojos y tristemente es la realidad. En el día algunos que están más adelante optan por ir al río San Félix a bañarse, creo que ahora más tarde iré.

¡Esto es increíble! He visto mujeres de la tercera edad caminando, embarazadas, niños, féretros, difuntos, gente llorando ante la impotencia de no poder pasar.

Cada hora que pasa me parece un día. En estas últimas noches veo gente que camina hacia el Cruce para observar a los ngöbes danzando. Nadie puede negar que son un pueblo tradicional, noble, que pelean por lo suyo y en las noches se divierten y danzan un baile muy extraño que a ellos les fascina y a nosotros nos divierte mucho. Incluso antenoche unos extranjeros se unieron a bailar con ellos, todos lo disfrutamos y nos divertimos con eso.

Pero igual las calles parecen un campo de batalla. Estamos muy preocupados de que lleguen los policías y empiecen a tirar o a pegar, podríamos resultar víctimas de la represión.

Mientras los indígenas siguen su movimiento de lucha, me da mucha lástima que se pierdan millones y millones de toneladas de comida.

Muchos en medio de esta tragedia han comenzado a regalar alimento, otros, como el frigorífico que tengo acá atrás, han perdido toda su mercancía. Ojalá dios no ilumine el camino, y podamos al fin llegar a nuestro destino.

Tengo entendido que la hilera de camiones llega hasta más allá de San Lorenzo. Es una lástima todo lo que está pasando. Muchos ticos están aquí. Hago un llamado al gobierno para que inicie un diálogo serio con los pueblos indígenas.

GUSTAVO TREJOS

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