Al menos 12 personas murieron y centenares de miles se encuentran afectadas a causa del fuerte temporal causado por un frente monzónico y el tifón Gaemi,...
- 08/12/2009 01:00
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PANAMÁ. Cincuenta años atrás. El telón rojo se aparta, en el medio del escenario aparece un piano y una silueta de una mujer de cabellos rubios y manos inquietas. Se trata de la pianista más famosa de la época.
“Mis padres gastaron su fortuna en educarme” dice Ana Webster, casi al borde las lágrimas. La mujer con uñas largas, pintadas de rojo, se aferra a una almohada de su cama en uno de los dormitorios del Hogar de ancianos “Los Años Dorados” ubicado en Pacora y con altanería dice su nombre y luego reprocha !como no va a conocerme¡. “
“Era una buena pianista. Nadie nunca me habló mal de ella como profesional” recuerda el músico Toby Muñoz.
“Fue traída aquí porque vivía en pésima condiciones, los trabajadores del Mides me contaron que la casa de Ana estaba llena de basura y el olor a gatos y perros era insorportable. Ella es esquizofrénica y no tiene familia comenta, Dominga Oneill, la única doctora que existen en el hogar y quien debe atender en 4 horas diarias a los otros 75 ancianos que viven allí.
Oneill tiene 10 años de visitar el asilo y sabe mejor que nadie la situación del hogar: existen 3 auxiliares por turno para atender a los viejitos y no se dan a vasto. La falta de personal es tal que la sub administradora Mireya Pérez, tuvo que mudarse al asilo para poder vigilar a los ancianos en las noches.
En las últimas semanas tres ancianos fallecieron “de viejos” justifica Pérez.
Pero no solo la muerte asecha al centro, también en Río Pacora, que pasa justo atrás de las estructuras y que una vez afectó tres dormitorios del asilo que ahora están desiertas.
“El SINAPROC (Sistema Nacional de Protección Civil) recomendó que se hiciera el traslado de los ancianos a otras salas para evitar una tragedia” relata Pérez quien se asoma por la ventana y puede ver pasar el agua cristalina del afluente.
En un recorrido por la planta, llegamos a la cocina donde por 18 años ha cocinado Rubiela Mejía. “No se imagina, antes solo se podía hacer tuna y tulip ahora tenemos una dieta variada”.
No sola hay falta de personas sino de instrumentos como en la lavandería, donde hay cuatro máquinas para lavar 684 piezas de ropa que se utiliza al día en el asilo y una de las máquinas se daño recientemente.
Si hay algo en lo que todos los funcionarios concuerdan es que ahora están mejor que antes. Pero no faltan las necesidades.
Este centro no solo alberga a gente cuya edad supera los 70 años sino que en principio fue un techo para los orates que fueron recogidos durante la administración de la alcaldesa Mayín Correa en la década de los 90”s.
Hay un africano, a quién solo se le puede hablar en inglés, un uruguayo, otro hombre que estudiaba en Europa sufrió un accidente automovilístico y cuando regresó al país nadie quizo hacerse cargo de él. Mientras que el paciente con más edad es Ambrosio Gudiño, de 101 años. La mayoría no recibe visitas de familiares excepto algunos que ahora que se enteraron que cobrarán el bono de los 100 a los 70.