Radiografía de un sistema colapsado

Actualizado
  • 04/02/2011 01:00
Creado
  • 04/02/2011 01:00
PANAMÁ. En 2008, no solamente el Centro de Cumplimiento de Menores estaba al borde del colapso.

PANAMÁ. En 2008, no solamente el Centro de Cumplimiento de Menores estaba al borde del colapso.

En ese año, un informe del Monitoreo de Violencia en Centros de Custodia y de Cumplimiento, de la Defensoría del Pueblo y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés), revelaba que seis de los once centros para menores tenían graves fallas.

En este documento, funcionarios de la Defensoría incluyeron entrevistas realizadas a todos los internos y empleados en general para recabar información de primera fuente. Estos fueron los principales hallazgos.

HACINAMIENTO

Sobre este tema, el informe señala que el sistema estaba colapsado. El hacinamiento y malas condiciones de vida eran caldo de cultivo para una convivencia conflictiva y violenta, realidad que se presentaba en seis de los once centros de custodia y cumplimiento existentes.

HECHOS OCULTOS

Otra de las advertencias del documento era la violencia oculta dentro de las instalaciones, que adquirían matices, algunos ocultos o no denunciados. Uno de los adolescentes expresó a quien lo entrevistaba: ‘Yo sí no voy a cooperar con ustedes, porque apenas ustedes se van el director se las cobra’.

EDUCACIÓN BUENA Y MALA

Otro de los incumplimientos era la educación. Si bien, los directivos entrevistados de todos los centros expresaron tener enlaces o convenios con el Ministerio de Educación (MEDUCA); en la práctica, la educación que se le imparte a los privados presenta grandes carencias. Algunos ejemplos de esto son las condiciones para impartir educación formal, técnica o vocacional dentro de los centros; la carencia de bibliotecas y de aulas informáticas.

El informe reveló, además, que existían buenas prácticas en algunos centros que se podían copiar en los otros. Por ejemplo, la Escuela Vocacional Chapala y el Centro de Rehabilitación Arturo Miró; ambos centros de cumplimiento —abiertos y semiabiertos— contaban con programas como padrino empresario, formación scouts, talleres de autogestión, entre otros.

RECLAMOS

El informe detectó carencias en mecanismos formales para el reclamo o las quejas. Los centros carecían de un sistema formal de procesamiento anónimo y privado de las peticiones, reclamos o quejas; muchos contaban con un buzón penitenciario, el cual se retiró para mantenimiento y nunca fue retornado, según expresaron los directivos. Como excepción, el Centro de Custodia Aurelio Granados, en la provincia de Chiriquí, cuenta con su buzón, aunque los adolescentes desconocían su existencia.

FALTA DE PERSONAL

Los funcionarios concluyeron que en todos los centros había personal insuficiente para la custodia. El caso más impactante lo observaron en el Centro de Custodia y de Cumplimiento Basilio Lakas, en la provincia de Colón, en donde solo contaban con tres custodios por turno para una población regular de alrededor de 33 adolescentes privados de libertad.

SIN AGUA

Otro punto preocupante fue el acceso al agua potable y las condiciones mínimas de salubridad. El Centro de Custodia y Cumplimiento Basilio Lakas no tenía agua potable. Se utilizaba un sistema improvisado para traer agua del río, la cual se utiliza para que los adolescentes se bañen y para limpiar las celdas.

El personal del centro, según indicaron en la entrevista, trae garrafones de agua potable cada dos días para uso de todos, pero señalan igualmente que tienen constancia de que los adolescentes internos orinan los tanques.

MOVILIZACIÓN

La movilización y traslados del personal y de los adolescentes privados se dificultaba porque contaban con vehículo asignado. Por ejemplo, se dijo que anteriormente los traslados se hacían en taxis, lo que ahora está prohibido por seguridad, quedando a expensas de otras instituciones como Sinaproc o la Policía.

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