Lineamientos para un modelo de participación comunitaria

Actualizado
  • 30/03/2014 01:01
Creado
  • 30/03/2014 01:01
Al alejarse el concepto de democracia de la realidad esperada, afecta profundamente la estructura de sus instituciones sociales

Desde el siglo V a.C. el concepto de democracia fue definido como una forma de gobernar con igualdad para el bien de todos, sin embargo, en la actualidad resulta contradictoria.

En este sentido, cuando se proclama un gobierno democrático, se espera que trabaje con y para el pueblo, erradicando la pobreza, la explotación, la desigualdad, la inequidad y la marginalidad de grandes grupos sociales excluidos del desarrollo.

Pero la realidad demuestra que la democracia no responde a los problemas sociales de los gobernados, motivo por el cual, se exige el análisis exhaustivo de los fenómenos políticos, económicos, sociales y culturales que impiden ponerla en práctica.

DEMOCRACIA VS REALIDAD

Es importante señalar, que al alejarse el concepto de democracia de la realidad esperada, afecta profundamente la estructura de sus instituciones sociales, por consiguiente pone en riesgo la gobernabilidad, la confianza y la convivencia ciudadana.

De esta manera, se considera que ante el problema del debilitamiento de la democracia por el fracaso de sus objetivos, el análisis debe orientarse desde la perspectiva de la ética y los valores como la igualdad, libertad y solidaridad, entre otros.

Dentro de esta perspectiva, se puede considerar en Panamá el caso particular de las Juntas Locales, que fueron un modelo de participación comunitaria, donde se ejerció una gestión netamente popular, democrática y ciudadana.

Por consiguiente, se considera que para afianzar la democracia como un sistema político ideal, este debe estar acompañado de una labor educativa sustentado en un modelo pedagógico social y participativo.

DESARROLLO Y DEMOCRACIA

El concepto de democracia, entendiéndose como una categoría histórico-concreta, comprende una doctrina política cuya aspiración profunda se orienta a aplicar formas de gobierno basados en el sufragio en el marco de libertad y la igualdad.

Las cualidades trascendentales de la democracia, que son indudablemente la libertad individual y jurídica, la solidaridad y la igualdad, han producido cambios en la dimensión ética y social en las relaciones del Estado y la sociedad.

Para los siglos XX y XXI, en América Latina se ha reconocido que los gobiernos han sido electos democráticamente, sin embargo, el malestar y la indignación de sus ciudadanos persisten. Esta desilusión política se produce porque permanecen sin solución los problemas sociales.

En este contexto, se hace necesario desarrollar el tipo de democracia social, como fue en Panamá, en la década de 1960, con la conformación de grupos como las juntas locales que compartían alguna necesidad y estaban interesados en satisfacerlas y a la vez transformar su comunidad.

En la actualidad, ante la crisis de los indicadores macroeconómicos producto de la reforma y modernización del Estado, que registraron escasos resultados; se ha recurrido a implementar una política de subsidios; y no a un cambio estructural de las condiciones sociales, que en vez de estimular el desarrollo económico y social, imposibilita su consolidación.

Se puede augurar bajo esta práctica, la continuidad de la exclusión, el autoritarismo, el atraso económico, expoliación del ambiente y el escaso interés de los ciudadanos en participar en los asuntos públicos, potenciando el individualismo.

Para comprender en su justa dimensión el proceso de desarrollo de la democracia en América Latina, François Chevalier, amplió el panorama histórico al referirse a los duros mecanismos de sometimiento que soportó la población americana en la época de la conquista y colonización.

En esa época, persistieron diversas formas de semi servidumbre a pesar de la independencia de las colonias. También destaca, que los conquistadores en los más de tres siglos de sumisión e ignominia sobre los indígenas; utilizaron todos los medios sociales, como fue el caso de cambiar su entorno económico, cultural y sus creencias, permitiéndoles adecuar su comportamiento social, a tal punto que a pesar de la trascendencia de los movimientos revolucionarios que podrían cesar con la esclavitud y explotación, muchos de estos grupos marcharon en contra de estos ideales.

De acuerdo a Tocqueville, defensor de las alternativas radicales y participativas, en su estudio ‘La Democracia en América Latina’, centra su análisis sobre la democracia, critica el individualismo y recomendaba la articulación entre los valores de la libertad y de la igualdad para evitar el ‘despotismo democrático’, que denominada la ‘tiranía de la mayoría’, la ‘partidocracia’, como el ‘paternalismo providencialista del Estado’. En definitiva, resaltaba el protagonismo de la sociedad civil, bastión para afianzar la democracia liberal.

Por su parte Norberto Bobbio, consideraba que la democracia liberal propiciaba el Estado liberal y por ende el Estado social en la medida que se produjera la ampliación de los derechos y mayor bienestar.

Estas reflexiones se generan al analizar que en el desarrollo de la democracia en América Latina, existe el dilema que ante democracias con gobiernos ineficientes, las soluciones se orientan a preferir ‘gobiernos menos democráticos’, pero que ‘resuelvan los problemas económicos’.

CIUDADANÍA Y PARTICIPACIÓN COMUNITARIA

Finalmente, creemos que es necesario educar en valores cívicos, para que la sociedad recupere los valores democráticos y asuma protagonismo.

De acuerdo a la situación del desarrollo humano y pobreza en Panamá, se constata que existe un alto crecimiento económico, el cual ha contribuido a elevar el empleo, el ingreso, la inversión pública y el gasto social, así como también se ha demostrado que la proporción de personas indigentes disminuyó; del 11.5% para agosto de 2011 a 10.4% para el año 2012, de igual manera las personas en condiciones de pobreza general se redujo, de 27.6% en 2011 a 25.8% en marzo de 2012.

Estos indicadores nos revelan que las condiciones de vida de los panameños/as han mejorado; sin embargo, sólo reflejan un leve avance; y demuestran que en materia de gestión de políticas públicas, las situaciones coyunturales no garantizan seguridad ni desarrollo.

MODELO PEDAGÓGICO

Considerando que la práctica educativas no permanece separadas de los procesos políticos, económicos, sociales y culturales; se debe desarrollar la educación social comunitaria.

Los lineamientos fundamentales para esta propuesta pedagógica estarían orientado a un aprendizaje cooperativo, con base en los paradigmas constructivistas de Vigostky, Piaget y Ausubel, que argumentan que el tipo de aprendizaje fuera del recinto de un aula, permite el aprendizaje intra-personal, basado en actitudes, valores y hábitos para aprender a convivir, aprender del otro y con el otro, con el fin de construir comunidad donde se práctica la ciudadanía.

Con esta enseñanza se impulsaría la ciudadanía en democracia, mediante una metodología constructivista, porque han fracasado los modelos tradicionales de enseñanza basada en la transmisión descontextualizada de conocimientos.

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