El gobernante que convirtió al país en parte de sus franquicias

Actualizado
  • 13/09/2015 02:00
Creado
  • 13/09/2015 02:00
Primero de seis reportajes sobre el poder de los donantes de campaña en los gobiernos.

‘Éste es un gobierno que no está manejado por políticos, sino que está manejado con una visión empresarial, algo nunca visto antes en la historia panameña' le decía Ricardo Martinelli a la revista América Economía en 2010.

Para poder cumplir con esa ‘visión empresarial' de la que Martinelli tanto hablaba, el gobernante colocó en puestos claves a su gente de su mayor confianza. Principalmente a sus colaboradores en Importadora Ricamar y el Súper 99, o bien, a familiares de estos empleados.

Martinelli también nombró en el gobierno a algunos de sus familiares y a socios en otros de sus negocios.

El caso más conocido y, quizá, el de mayor trascendencia para que la administración de Martinelli pudiera funcionar como lo hizo, fue el de Gioconda Torres de Bianchini, quien pasó de ser la jefa de Contabilidad del Súper 99 a ser la contralora d e la República.

Cada uno de los contratos y de los pagos que se realizaron en el gobierno de Ricardo Martinelli tuvieron que pasar por manos de Torres de Bianchini, quien debía fiscalizar el correcto manejo de los fondos y bienes del Estado. Fue ella quien autorizó y refrendó los cientos de proyectos ejecutados en el pasado quinquenio.

Y así como el de la contralora, en la pasada administración hubo varios funcionarios que, aunque abandonaron el sector privado, siguieron trabajando para el mismo jefe. Frank De Lima, Federico Suárez, Guillermo Saéz Llorens, Alma Cortés, y varios más (ver infografía).

LOS MOTIVOS

Un empresario como Ricardo Martinelli, exitoso y multimillonario, ¿para qué se metió en un dolor de cabeza como es el gobernar? Inclusive, poco antes de dejar la silla presidencial, él admitió que se arrepentía de haber incursionado en la vida pública.

El ex vicecanciller Lisímaco López y López argumenta que Ricardo Martinelli quería ‘el poder para ejercerlo a su favor'.

El sociólogo Olmedo Beluche considera que, ‘como todo gobierno neoliberal', Martinelli solo quería enriquecerse más: ‘su norte era la acumulación por desposesión, apropiarse de los fondos del Estado. Para lograr eso, necesitaba cómplices'.

El abogado Miguel Antonio Bernal considera que para ‘cómplices' no había nadie mejor que los empleados de Martinelli y por eso se los llevó del sector privado al público. ‘Siendo Martinelli su patrón por tanto tiempo, ellos iban a tener la ‘obediencia debida' y le iban a ser serviles, jamás le dirían que no', opina el abogado.

UN LUSTRO DESPUÉS...

El Ministerio Público, desde que hubo el cambio de gobierno, ha recibido denuncias de, prácticamente, todas las entidades gubernamentales por daños al patrimonio estatal durante la pasada administración.

Y no solo irregularidades en el Programa de Ayuda Nacional (PAN) —el caso más emblemático hasta ahora—; ha habido denuncias en los ministerios de Trabajo, Economía y Finanzas, Salud; en autoridades como la de Turismo, la de Innovación Gubernamental y en otras como el Instituto para la Formación y Aprovechamiento de los Recursos Humanos y la Lotería Nacional de Beneficencia.

Hoy, casi la mitad de las personas que en alguno momento estuvieron en el Gabinete de Ricardo Martinelli están vinculadas a investigaciones por corrupción.

LOS DE AHORA

Juan Carlos Varela, el actual presidente de la República, ha prometido que su gobierno se manejará diferente al de Ricardo Martinelli y que si está en el poder es para servir al país y no para ‘servirse' de él.

Curiosamente, el gobierno panameñista, así como lo estuvo el de CD, se encuentra conformado por personas provenientes del sector privado, principalmente.

¿Los vínculos con el sector privado de los hoy funcionarios influirán en cómo se maneja la cosa pública? Es la duda que queda en el aire.

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