Según el comunicado de la ANA, los billetes y monedas encontrados corresponden a denominaciones de los países de Brasil, Cuba, Turquía, entre otros.
- 05/09/2014 02:00
La nueva película del francés Luc Besson se basa en una teoría de los años sesenta y setenta del siglo pasado que nunca fue comprobada, y que por eso para muchos es sólo una leyenda. Pero en boca del científico interpretado por Morgan Freeman, un experto en la materia, todo empieza a tener sentido.
Él nos explica que los humanos tenemos una gran capacidad cerebral, pero sólo sabemos usar el diez por ciento de ella. Y de esa hipótesis surge la pregunta que guiará Lucy: qué pasaría si pudiéramos usar todo nuestro potencial, es decir, el cien por cien de nuestro cerebro.
En ese momento, aparece Scarlett Johansson –es decir, Lucy-, la persona que sin buscarlo conseguirá ampliar ese límite del 10 por ciento y llegar al 20 y después al 30, al 40, al 50 y aún más. Tan bella y talentosa como siempre, es ella la que hace que el cambio de la protagonista de una indefensa joven a una superdotada sea creíble.
El filme es por momentos ingenuo y se deja llevar también por cierta filosofía barata y cuestionable. Pero lo cierto es que no interfiere con que la película sea disfrutable de principio a fin, y a fin de cuentas es parte de ese coqueteo con el cine clase B que es parte de la marca personal de Besson, director que cuenta en su filmografía con películas como Nikita (1990), El perfecto asesino (1994) y El quinto elemento (1997).
Después de muchos años dedicados a dirigir films que pasaron sin pena ni gloria, Besson, el director francés más hollywoodense de todos, vuelve a subir al podio de los buenos realizadores con la superpoderosa Lucy, un mix de acción, ciencia ficción, teoría de la evolución e hiperconectividad.