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- 17/06/2016 02:00
Este fin de semana, la cartelera se sumerge en una aventura en el fondo del mar.
Después del éxito de Buscando a Nemo en 2003, Disney Pixar retoma 13 años después la historia a través de Dory, la olvidadiza pez cirujano azul.
Ella está viviendo felizmente en el arrecife con Nemo y Marlin. Cuando Dory repentinamente recuerda que tiene una familia que podría estar buscándola, recluta a Marlin y a Nemo para emprender una aventura que les cambiará la vida y los llevará a través del océano hasta el prestigioso Instituto de la Vida Marina, un centro de rehabilitación y acuario en California.
Mientras intenta encontrar a sus padres, Dory consigue la ayuda de los residentes más fascinantes del Instituto: Hank, un pulpo cascarrabias que a menudo se escapa de los empleados; Bailey, una beluga, que está convencida de que su capacidad de ecolocalización está estropeada; y Destiny, un tiburón ballena miope.
Dory y sus amigos navegan hábilmente el complejo circuito interno del Instituto de la Vida Marina y descubren la magia de los defectos, amistades y familia.
Los realizadores tenían muchas ganas de responder preguntas sobre el pasado de Dory. ‘Ella tiene ese deseo natural de saber quién es y de dónde viene', dice Stanton. ‘Siempre tuve ideas sobre la historia de Dory, y decidimos que había llegado el momento de explorarla con ella'.
Buscando a Dory regresa al rico entorno submarino que se presentó al público en Buscando a Nemo , de 2003. Según el director Andrew Stanton, los realizadores se enfrentaron a un desafío curioso. ‘Nuestra tecnología avanza mucho con el tiempo —explica—, pero estamos comprometidos con el aspecto, el estilo y el diseño de producción de la película original. Así que tuvimos que introducir las mejoras a escondidas. Nuestra iluminación es más compleja. La flora y fauna tienen más detalle.
‘Por suerte, el aspecto nos salió bien en la primera película, incluso sin toda la tecnología que tenemos hoy en día', continúa el director. ‘De alguna forma, encontramos ese punto óptimo en que hicimos que el público sintiera como si estuviera debajo del agua, y eso es algo que nos hacía feliz imitar'.
Aunque Buscando a Dory comienza en el conocido arrecife de coral donde viven Marlin y Nemo, se adentra hasta la costa de California y el corazón del Instituto de la Vida Marina. Si bien los realizadores mantuvieron el estilo del mundo de hace más de una década, crearon nuevos escenarios llamativos que el público todavía no ha experimentado.