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- 25/12/2015 01:01
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La Navidad en Estados Unidos es una celebración que revoluciona la vida cotidiana en cada detalle. Las calles de sus pueblos y ciudades se cubren de luces y adornos, el tránsito se abarrota de bocinas y los descuentos en las tiendas promueven un consumo descontrolado.
En el ámbito cultural también hay cambios. Músicos como Sufjan Stevens o la banda She and Him publican álbumes alusivos y la industria cinematográfica estrena decenas de películas navideñas. Este último caso es el de Krampus , la nueva película del director Michael Dougherty ( Terror en Halloween ). Aunque se trata de un caso extraño dentro del meloso subgénero navideño.
Con una estructura similar a la de un cuento de hadas de Disney —aunque bastante más retorcida— y una notoria inspiración en el tono cínico de Gremlins (1984), el clásico de terror de Joe Dante, Krampus no se encasilla en un sólo género. Se sitúa en un intermedio entre el terror y la comedia navideña, e incorpora también escenas animadas.
Aunque eso es algo que sucede de a poco. Dos escenas claves al principio de la película comienzan mostrándola como una comedia. La primera es en un shopping , donde se lleva adelante una divertida sátira a la liturgia consumista. La segunda es en la casa de los Engel, escenario en el que transcurrirá gran parte de la trama, donde se reúne una gran familia fragmentada que se esfuerza por llevar a la práctica el concepto de familia unida.
Sólo esos primeros minutos alcanzan para que el director demuestre que esta película no será el clásico film navideño hollywoodense. A partir de entonces, el humor inicial se transforma lentamente en suspenso y terror. Sobre todo con la llegada de Krampus, un espíritu maligno de la navidad que nace ante la falta de esperanza y la desunión de los protagonistas.
EL OTRO LADO DE LA NAVIDAD
En la leyenda nórdica, Krampus es la contracara de San Nicolás. Mientras este último se dedica a premiar a los niños buenos con regalos, la demoníaca criatura con cuernos de cabra y patas de fauno aparece en las fiestas para castigar a los que se portaron mal.
En la película entra en escena justamente cuando Max, el niño interpretado por Emjay Anthony, se enoja con su familia y desaparece su espíritu navideño. Es en ese momento cuando, sin querer, invoca la ira y la presencia de Krampus.
A partir de entonces, la historia se centra en dos hechos: por un lado, las tensiones familiares que llevaron a que la criatura aparezca en escena y, por el otro, en el misterioso espíritu maligno, del cual la enigmática abuela Omi (Krista Stadler) parece saber más de lo que cuenta.
Más allá de ciertos lugares comunes, lo cierto es que el film logra su clima y hace que la tensión se mantenga en forma constante entre el terror y la comedia gracias a su guión y su dirección, pero también a las muy buenas actuaciones de David Koechner como el tío grosero y fanático de las armas, de Adam Scott como el padre sin tiempo para sus hijos, y de las tres mujeres protagonistas: Toni Collete, Alison Tolman y Conchata Ferrell.
La película lleva el mito germano a la pantalla sin caer en la típica historia del fantasma navideño. Siempre a punto de pasarse a lo bizarro, además, su director se juega en hacer primeros planos muy bien logrados de Krampus y de los rostros de los elfos diabólicos que lo acompañan.
Si bien las vueltas de tuerca del guión por momentos sorprenden más de lo esperado y descolocan al espectador, en el transcurso de la película todo se ordena y se construye un clima interesante. Siempre con bajo presupuesto, buenos efectos visuales y muchas ambiciones. Y esta vez eso funciona.
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NAVIDAD
¿Época de fiestas?
Krampus, la nueva película del director Michael Dougherty, es al mismo tiempo una típica historia sobre la Navidad en familia, una película de terror y una comedia delirante entre el humor negro y el sadismo; y con ese ángulo propio y particular se suma a una larga lista de films destinados a desmitificar la Navidad.
A pesar de que muchos de ellos finalmente revalorizan el espíritu navideño, todos tienen en común la intención de mostrar un lado oscuro de los festejos y alejarse de la típica asociación de las fiestas con la esperanza y la calidez de la unidad familiar.
Esta lista, lejos de lo que muchos creen, es tan larga que comienza a principio de siglo con ‘Santa Claus contra Cupido' (1915), una reliquia de la primera época del cine producida por Thomas Alba Edison, y llega hasta nuestras décadas, con films como ‘Un santa no tan santo' (2003), ‘Grinch' (2000) y ‘Batman vuelve' (1992).
¿Quién no recuerda aquella Navidad en la que la familia Cobblepot concibe a un bebé deforme y decide arrojarlo al río? Ese bebé se transformará en uno de los más clásicos villanos del mundo del cómic: el Pingüino.