El presidente Mulino cuestiona lo poco enérgicas que son las medidas cautelares de los jueces de garantías
- 30/10/2011 03:00
A fines de noviembre de 1997, el costarricense Elbert González, a sus 39 años, logró una hazaña digna de un coraje superlativo, motivación y superación: corrió 800 kilómetros país de costa a costa de su país en nueve días. Como un héroe nacional, González, que un día antes de completar la distancia estipulada había dudado en no continuar por el excesivo cansancio, finalizó el recorrido en el Estadio Nacional de la capital de San José. Ante miles de p ersonas en las tribunas y escoltado por una caravana de atletas que se le fueron uniendo en las últimas partes del trayecto. "Cu mplí con la misión que me encomendaste, Dios, y hoy estoy aquí, disfrutando con todos los que confi aron en mí’, dijo González luego de dar una vuelta a la pista del estadio y que fue registrado por el diario La Nación de Costa Rica. "Gracias a Dios que me dio fuerzas para poder entregarles esta hazaña a los costarri censes", agregó entre una euforia incontrolable, según relata el rotativo.
La hazaña realizada por Elbert no fue casualidad, ya que a mediados de 1996, junto a su hermano Marvin habían realizado otra por una promesa que se habían hecho. Cinco años antes, ambos atravesaban un duro momento entre las drogas y el alcohol. A raíz de ello, uno de los hermanos prometió correr 240 kilómetros hasta llegar a la Basílica de Los Ángeles, en Cartago, Costa Rica. Estos dos corredores ticos, que ya eran famosos en su tierra por ganar cada maratón a la que se presentaban los domingos, demoraron dos días en recorrer la distancia de la promesa en cuestión.
Para Joseph, quien se enteró de estas historias en la casa de unos costarricenses que lo recibieron con los brazos abiertos, lo motivaron aún más en el último tramo de su propia hazaña.