Armas y drogas, el reemplazo de los libros escolares

Actualizado
  • 24/06/2023 00:00
Creado
  • 24/06/2023 00:00
San Miguelito, Panamá y Colón son las zonas donde mayor detección de armas de fuego se ha realizado en los centros educativos, los mismos lugares donde la tasa de deserción escolar es alta
En San Miguelito, en cinco centros educativos se han decomisado sustancias ilícitas.

Un joven de 16 años amenazaba con un arma de fuego a un adolescente para despojarlo de sus pertenencias en el Corredor Norte. Quien utilizaba la pistola fue capturado por las autoridades competentes en el sector de La Providencia, distrito de San Miguelito.

Este atraco se popularizó a través de un video en las redes sociales el pasado 24 de mayo. Muchos de estos jóvenes provienen de familias disfuncionales, como es el caso de este agresor: su padre falleció y su madre es una orate.

El joven no cursa estudios en el sistema educativo, por ende, la situación sobre él solo se maneja con las autoridades judiciales, aseguró Yessenia Vega, directora regional de San Miguelito del Ministerio de Educación (Meduca) a La Estrella de Panamá.

Una fuente del Ministerio Público señaló que el joven se encontrará detenido provisionalmente por 9 meses mientras se desarrolla la investigación correspondiente. Por ser menor de edad, la ley no permite que se puedan conocer más detalles, como por ejemplo, los motivos que incidieron para que dejara sus estudios, tampoco si estaba bajo el cuidado de algún familiar, es decir, no se puede conocer su estatus social o emocional.

Estas zonas reflejan una alta incidencia de deserción escolar en premedia: Panamá –centro, este, norte, Oeste– (1.524), San Miguelito (222), y Colón (178) apuntan las últimas estadísticas del Meduca del año 2021.

Las denuncias recibidas por las fiscalías superiores de Adolescentes, de hechos delictivos ocurridos a nivel nacional, la lideran las áreas de Panamá (431), San Miguelito (119), Panamá Oeste (234), y Colón (144), señalan las cifras del Ministerio Público recopiladas del 1 de enero hasta el 31 de mayo de 2023.

En estas mismas zonas se refleja una alta incidencia de deserción escolar en premedia: Panamá –Centro, Este, Norte, Oeste– (1.524), San Miguelito (222), y Colón (178), apuntan las últimas estadísticas del Meduca del año 2021.

Mientras que estas mismas zonas también tuvieron desertores en la educación media: Panamá –centro, este, norte, oeste– (1.531), San Miguelito (115 ), y Colón (163), señalan las últimas estadísticas del Meduca del mismo año lectivo.

La fiscal superior de Adolescentes, Judith Gómez, explicó que las zonas donde más se han decomisado armas son Panamá, Colón y San Miguelito. Drogas y celulares hurtados son otros objetos decomisados. “Los adolescentes a quienes les encuentran armas van a ser detenidos provisionalmente. Después [se les hacen] acuerdos de pena o juicio oral”, detalló la funcionaria a este medio.

Apostar en salud mental es una de las herramientas que podrían solucionar el problema de las familias disfuncionales.

En San Miguelito se han decomisado tres armas sin municiones y un arma punzo cortante. Además, en cinco centros educativos se han decomisado sustancias ilícitas, detalló Yessenia Vega, directora regional de San Miguelito de Meduca.

La mayoría de las sustracciones de los objetos prohibidos fueron en institutos profesionales y técnicos, sin embargo, también se han detectado drogas en escuelas primarias, añadió Vega.

“Chicos pandilleros no tenemos identificados, pero sí, que tienen armas. Te puedo decir que si un chico es pandillero. no asistirá a clases porque estaría fuera del radio de su protección. Que tenga familiares [pandilleros], me imagino que sí; tengo escuelas e inclusive primarias que colindan hasta con cinco bandas rivales, y obviamente que los hijos de las bandas rivales van a los colegios”, agregó.

Un problema con múltiples factores
La deserción escolar no solo afecta al estudiante, impacta la sociedad en general.

El investigador criminal especializado en delitos relacionados con drogas, Julio César Alonso, aseguró que las zonas donde más se detectan las armas son las áreas “más calientes”: Colón, San Miguelito, Chepo, Pacora, Chiriquí, y Los Santos. pero en estas dos últimas, en menor escala.

Según César Alonso existen tres factores que inciden en que un estudiante lleve armas de fuego a un centro educativo. La primera es cuando los menores de ocho años llevan el arma para mostrársela a los compañeros. La segunda teoría es cuando un menor entre 10 a 12 años está sufriendo de acoso en la escuela y utiliza el arma para defenderse de las agresiones verbales mediante la amenaza.

Y por último, el que porta el arma para su protección porque está vinculado a algún delito relacionado con la droga, arma o pandillerismo. “La herramienta de estos grupos criminales son los menores de edad. Son fáciles de manipular. Cuando ves todos estos homicidios cometidos por los menores de edad, detrás hay adultos”.

Sobre el flujo de droga, el especialista remarcó que la venta y consumo se hace tanto en los estudiantes de las escuelas públicas como privadas, sin embargo, en los entes privados la detección se da con discreción por los estudiantes pertenecer a estratos sociales altos.

Para apoyar a los colegios se han establecido algunos programas de prevención.

“Ocurre en los salones de grados más altos, entre los 14 a 17 años es más común (...) Ahí es más peligroso, porque hay personas que se dedican a vender en las escuelas [privadas]. Son personas de renombre, se llaman proveedores. Son muy ocultos. Los mismos funcionarios no lo evidencian, no es como al hijo de la cocinera”.

El abogado Carlos Herrera Morán también señaló que los pandilleros utilizan a los menores de edad para perpetrar delitos relacionados al sicariato o contra el patrimonio. La introducción de las armas se refleja más en las escuelas públicas que en las privadas, esto porque los centros educativos estatales están ubicados en zonas rojas.

La detección de droga pasa más en las escuelas públicas “por razones obvias, ya que los muchachos son más vulnerables. Esto es más en Panamá centro, Panamá Oeste y Colón, fundamentalmente. Un área muy afectada es San Miguelito”.

En las escuelas privadas, comentó, se consumen más los cigarrillos electrónicos. “Los jóvenes se las ingenian y los compran a través de internet. Los cigarrillos pueden pasar desapercibidos porque pasan por un bolígrafo o hasta por un USB”.

En la educación como en los otros aspectos del desarrollo de un infante, papá y mamá deben ser padres presentes.
Una mirada clínica

La psicóloga clínica y psicoterapeuta Varlenys Lima explicó que estos jóvenes provienen de familias disfuncionales, porque en estas estructuras sociales las funciones parentales no están presentes, es decir, puede ser una madre o padre que vive bajo el mismo techo, pero no brinda apoyo emocional, y en muchos casos, tampoco respaldo económico.

El consumo de drogas ocurre en las escuelas privadas y públicas, pero en los centros educativos estatales con mayor incidencia porque son chicos que viven en zonas rojas. “Las familias disfuncionales o el abandono de las funciones parentales se dan en todos los estratos sociales (...) Las escuelas privadas, a diferencia de las públicas, tienen un control disciplinario más riguroso”, dijo a 'La Decana'.

Y si un joven no tiene un respaldo emocional en casa, las pandillas son grupos delictivos que acogen a los menores “ante el abandono de las funciones parentales”.

Una estrategia para contrarrestar el flagelo, argumentó la psicoterapeuta, es que los padres de familia acudan ante un experto que pueda orientarlos en las crisis familiares. “En esa familia es necesario trabajar en la vinculación de los miembros de la familia (...) La psicoeducación orienta a los padres a cumplir con el rol de una manera más asertiva y positiva”.

Las escuelas se convierten en otra opción con la que podría contar el chico, agregó. “Una estrategia es que funcionen los gabinetes psicopedagógicos y que se le pueda dar un seguimiento más personalizado a los estudiantes, pero en las escuelas públicas no todos los gabinetes psicopedagógicos cuentan con psicólogos, trabajadores sociales o psicopedagogos idóneos que puedan ayudar a los maestros o padres”.

“Tener a psicólogos en los centros educativos ayuda a brindar una capacitación más rápida y directa a los niños que están en situación de riesgo; esto ayuda a establecer un protocolo de ayuda necesario para cada caso. Lamentablemente los gabinetes del Meduca están en una escuela, que atiende casos de otras escuelas, reciben pocas visitas en el año, es muy difícil hacer un seguimiento”, destacó Lima.

Actualmente el Ministerio de Educación cuenta con 153 gabinetes psicopedagógicos en 12 regiones educativas: Bocas del Toro, Coclé, Colón, Chiriquí, Herrera, Los Santos, Panamá centro, Panamá Oeste, Panamá este, Panamá norte, San Miguelito y Veraguas, indicó el director nacional de Servicios Psicoeducativos del Meduca, Vadim Moreno.

Cada gabinete psicopedagógico según la población estudiantil que posea el centro escolar debe contar con un mínimo de dos psicólogos, detalló. “El Ministerio de Educación cuenta con 3.131 centros escolares y 153 gabinetes psicopedagógicos, lo que representa un 4%, por lo que podemos concluir que es necesario ampliar la cantidad de gabinetes para dar respuesta a las necesidades psicosociopedagógicas de los estudiantes”.

“Los colegios particulares cuentan con sus propias normas y reglamentaciones, las cuales determinan su estructura administrativa, académica y de servicios que brindan a los estudiantes. Sin embargo, no podemos soslayar que las necesidades psicosociopedagógicas en los niños y adolescentes siempre están presentes en su proceso de desarrollo, lo que indica la necesidad de que en cada centro escolar se cuente con la prestación de este servicio”, subrayó.

Para apoyar a los colegios se han establecido algunos programas de prevención. Moreno explicó que a través de la dirección nacional de Servicios Psicoeducativos se “desarrollan una serie de programas a nivel preventivo, con la finalidad de potenciar en nuestros educandos sus habilidades blandas como herramienta para su crecimiento personal y profesional”.

Entre los proyectos que se implantan a nivel de básica general y media académica se encuentran: 'Juntos por una comunidad sin violencia', que busca prevenir “la violencia estudiantil y aumentar los niveles de inclusión social de los jóvenes mediante la promoción y fortalecimiento de actitudes y valores para el crecimiento personal y la convivencia pacífica en el medio estudiantil y en la comunidad”.

Otro programa es 'Jóvenes contra el delito', el cual se desarrolla en conjunto con los estamentos de seguridad como la Policía de Niñez y Adolescencia, Servicio Nacional de Fronteras y el Servicio Nacional Aeronaval. A través de un reporte anónimo, se “identifican y refieren a las instancias correspondientes información de actividades sospechosas o delictivas dentro y fuera de los centros escolares.

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