Arraiján, ciudad embudo atrapada en el tranque

Actualizado
  • 13/09/2022 00:00
Creado
  • 13/09/2022 00:00
Este distrito sumado a La Chorrera, Capira, Chame y San Carlos conforman la provincia de Panamá Oeste, creada en el año 2013. Actualmente sufre la transformación del progreso con varios proyectos en desarrollo al mismo tiempo; y según el alcalde, esta situación no va a mejorar en lo que queda del presente año y el próximo
Una vista del centro de Arraiján en horas de la mañana

Son las 4:00 a.m. de un día más.

Cada vez es más difícil para Gioconda cumplir con la rutina diaria y agotadora de privarse de horas de sueño para llegar temprano a su trabajo. Han pasado 20 años desde que se mudó a Arraiján, en la provincia de Panamá Oeste.

Esta mudanza prometía una mejor calidad de vida, pues en el área de San Miguelito, en ciudad capital, donde residía, el ambiente era bastante duro.

En la ciudad capital pesaba demasiado andar en buses, en buen panameño “como sardina en lata”.

Gioconda recuerda que en más de una ocasión se armó de coraje contra los abusivos que, al bajar del bus, no tenían el más mínimo recato para irrespetar la privacidad del espacio.

En Arraiján, por lo menos, la gente era más respetuosa y pedía permiso al circular por el pasillo del bus. Nada de roces inapropiados.

Sin embargo, ya no es lo mismo que hace 20 años; ahora en Arraiján la situación es muy parecida a San Miguelito y la capital.

Cada vez debe madrugar más para llegar a tiempo a su trabajo, el sistema de transporte nuevamente le resta calidad de vida a Gioconda y a su familia.

Arraiján, explosión demográfica e inversión inmobiliaria

Conocida como la ciudad dormitorio, es el primer distrito después del puente de las Américas y la puerta de entrada a las provincias del interior del país.

Situada a 15 km de la capital, fundada mediante ley un 12 de septiembre de 1855, actualmente tiene una población de 400 mil habitantes. Este distrito sumado a La Chorrera, Capira, Chame y San Carlos conforman la provincia de Panamá Oeste, creada en el año 2013.

Arraiján promete ser una ciudad de primera en los próximos años, según las autoridades locales. El aumento de proyectos inmobiliarios y de la construcción ha incrementado la circulación de personas en vehículos y en el transporte público.

Sin embargo, este aparente desarrollo urbano no satisface la demanda de servicios básicos como el transporte y vías de acceso.

He aquí la situación de Gioconda, quien ahora pasa alrededor de cuatro horas diarias solo en el transporte público, que nos comenta.

Según dicen otros usuarios, los carros “piratas” cobran no menos de $1,50 hasta la ciudad; las unidades de transporte colectivo y sus tarifas también excesivas son una trampa de muerte por el desorden al manejar. “Y lo peor de todo, nadie se hace responsable”, concluyen.

El suplicio de viajar todos los días a la ciudad

Gioconda es solo una muestra del calvario que viven día a día los habitantes en esta región del país.

En horas pico, que van desde las 4:00 a.m. hasta las 9:00 a.m. en la mañana; y desde las 2:30 p.m. hasta las 9:00 p.m. de la noche, el panorama es frustrante.

Las paradas de buses son punto de encuentro y bullicio a diario; en algunos casos es común ver gente corriendo de un extremo a otro, intentando abordar cualquier medio de transporte que los lleve a la ciudad.

A veces es difícil definir dónde está ubicada la parada. La construcción de la línea 3 del Metro ha removido la estructura vial en el distrito, y a falta de correctas señalizaciones en algunas áreas, la gente se aglomera en cada esquina. El tranque vehicular en horas pico puede llegar fácilmente hasta las afueras de La Chorrera.

Según el alcalde de Arraiján, Rollyns Rodríguez, la próxima semana empiezan las conversaciones para organizar una mesa de trabajo integrada por la Alcaldía de Arraiján, la Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT), las prestatarias del servicio de transporte selectivo y colectivo, además representantes de la línea 3 del Metro. Se busca coordinar la movilidad del transporte en horas pico.

Tres aspectos a trabajar serán:

1. Proyectos de construcciones tanto del Metro, como la ampliación de vías.

2. El aumento de urbanizaciones en el distrito y las “invasiones” en el área de Burunga.

3. Crear más rutas internas y externas que puedan llegar hasta la ciudad capital.

Un distrito en crecimiento atrapado en las vías y servicios creados hace más de 20 años.

“El problema es que las rutas internas no viajan a la ciudad capital, lo cual impide una conexión directa a la ciudad capital”, continúa explicando el alcalde.

Dialquiria Córdoba es otra testigo de la situación. Residente en el corregimiento de Burunga desde hace 30 años, cuando su familia emigró desde Guatemala. Aunque trabaja como chequeadora en la “piquera” de la ruta Arraiján-Panamá, se moviliza en taxi o carros pirata.

“Yo nunca uso esta ruta de buses para movilizarme. Salgo de mi casa en Burunga, tomo un carro o un taxi que me cuesta $1,25; luego tomo cualquier carro “pirata” a $1,50 hasta la ciudad. Un día de transporte de ida y vuelta cuesta mínimo $5,50, pero es la única manera de llegar más rápido”, explica.

De mediana edad, pero llena de energía, comparte que su día empieza muy temprano, a las 3:30 a.m. cuando llega al patio de la “piquera” de buses de Arraiján para verificar el orden de las unidades que inician el servicio a las 4:00 a.m.

Una vez dejado todo en orden, se traslada al centro de Arraiján, justo en la parada de buses, en la calle que sube hacia los bomberos; allí chequea el tiempo de los buses, los cuales deben pasar cada 25 minutos. De paso aprovecha y vende rosquitas para completar los ingresos del hogar, pues ella es la única que trabaja.

En su opinión, el problema del transporte en este distrito no es la falta de buses, sino el “tranque” en un trayecto que debe tomar 20 minutos, pero en realidad tarda hasta hora y media.

El distrito sufre la transformación del progreso con varios proyectos en desarrollo al mismo tiempo; y según el alcalde, esta situación no va a mejorar en lo que queda del presente año y el próximo.

“Las obras del centenario están iniciando; las de ocho carriles está a un 70%; el Metro anda por un 15% de avance, todavía falta bastante tomando en cuenta los trabajos del Metro y la adjudicación a la empresa HPH Consorcio para la construcción del túnel para atravesar el Canal”, concluyó el alcalde Rodríguez.

De aquí la importancia de instalar cuanto antes la mesa de trabajo, a fin de coordinar el transporte y mejorar el tiempo de movilidad de los ciudadanos.

El tren: calidad de vida, motor del desarrollo comercial e industrial

Los ojos de Dialquiria saltan de entusiasmo al abordar el tema del Metro, “estamos rogando que venga pronto”, pero sabemos que va a demorar porque ni siquiera han hecho el túnel para conectar con la ciudad. “Pero es nuestra gran esperanza”, concluye.

Las autoridades también son conscientes del enorme impacto del funcionamiento de tren para toda la provincia de Panamá Oeste, no solo Arraiján.

Se vislumbra el fortalecimiento comercial e industrial en el área de Panamá Pacífico, Hato Montaña, para crear más plazas de empleo, además de la construcción de la carretera de Vacamonte-El Chumical-Veracruz, áreas que ya tienen propuestas para la construcción de hoteles.

“Hay que cambiar el concepto de ciudad dormitorio a un área de desarrollo comercial e industrial; tenemos planes de tener nuestro propio mercado de abastos, necesitamos un mejor uso del aeropuerto, el puerto de Vacamonte, tenemos que empoderar Arraiján de sus áreas”, concluyó el alcalde.

La construcción de la línea 3 del Metro se prevé desarrollar en dos fases. La primera fase tiene un recorrido de 14 estaciones en 27 km; los 6 vagones de cada tren y sus 270 asientos podrán transportar unos 30 mil pasajeros hasta Albrook en unos 45 minutos.

Esta construcción genera alrededor de 5 mil empleos directos e indirectos, tiene una inversión de $360 millones, en cuatro años de ejecución. La segunda fase de construcción debe llegar hasta La Chorrera.

Mientras los proyectos concluyen, es responsabilidad de las autoridades garantizar la eficiencia en los servicios básicos, como muestra del progreso vislumbrado y prometido.

De cumplirse, sin duda Gioconda, Dialquiria y todos los habitantes vivirán una mejor calidad de vida.

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