Arte,cultura y diversión en el tablao

Actualizado
  • 28/08/2017 02:00
Creado
  • 28/08/2017 02:00
Taberna 21 presenta hasta finales del mes de septiembre un espectáculo de flamenco con reconocidos artistas españoles y locales

El guitarrista rasga las cuerdas de su instrumento, suena el cajón, el sonido de las palmas siguen el ritmo de la pieza. La bailaora siente la música y sus pies empiezan a moverse, sus manos giran con el movimiento de sus muñecas, sostiene su falda y taconea. La atmósfera del lugar cambia. El silencio se apodera de la sala mientras el grupo presenta el espectáculo.

Se trata de un tablao flamenco, no es el primero en presentarse en Panamá, pero según Hilario Suárez, propietario de Taberna 21 y quien ha estado promoviendo este tipo de presentaciones en Panamá desde hace más de 10 años, ‘los muchachos son muy buenos. Creo que es lo mejor que ha venido a Panamá, incluso de los que he traído yo'.

Guitarra principal y secundaria, bailaora, cantaor y cajón completan el equipo que se presentará jueves, viernes y sábados hasta finales de septiembre en un espectáculo que busca representar al esencia y el arte del flamenco en una primera parte, y luego, un repertorio más para alegrar el ambiente, con rumbas sevillanas y otros ritmos bailables.

‘Intentamos hacer lo mismo que haríamos en un tablao de España. Queremos mostrar una imagen lo más real posible del flamenco tradicional y el de hoy día, pero más que nada del tradicional que acá no se hace tanto', dice Angel Ruiz, guitarrista que llegó a Panamá para 3 meses de presentaciones, y lleva ya 6 años. ‘Estando lejos de España es normal que la gente no digiera el flmenco como para aguantar un espectáculo de dos horas, pero aquí lo estamos consiguiendo. Intentamos hacerlo lo más equilibrado posible para que el que sea aficionado y le guste el flamenco lo disfrute y el que vaya a tomarse una copita y escuchar música, pase un buen momento', asegura.

Pero sobre todo, los músicos intentan lograr una simbiosis entre el artista y expectador, que la gente reciba el mensaje que ellos traen con su música, con su tradición.

‘Hacemos lo que podemos, humildemente, nuestro mayor interés es el de la gente aprecie nuestra cultura, que tiene una importancia y un valor histórico muy grande, es nuestra manera de vivir, nuestra manera de entender la vida', dice Ruiz. ‘Hacer flamenco no es comprarse un traje y tomarse una foto muy bonita, son muchas cosas más que puedes transmitir y ser partícipe de continuar con una tradición', agrega el guitarrista.

Y es que el flamenco, por mucho tiempo fue discriminado, hasta que figuras como Paco de Lucía y Camarón lo han llevado a los más importantes escenarios mundiales. A diferencia de otras manifestaciones folclóricas, el flamenco ha evolucionado, ‘ha sabido ser camaleónico, se ha adaptado, se ha fusionado', cuenta la bailaora Irene Gontán. Esto demuestra que se trata de algo mucho más profundo que una manifestación plástica. ‘Envuelve más sentimientos que una fiesta'.

LOS ARTISTAS

Ángel Ruiz es guitarrista flamenco. ‘Empecé a tocar la guitarra de la manera tradicional, como se aprendía antes de que aparecieran los conservatorios', rememora. La guitarra flamenca no se estudiaba como carrera. Se aprendía de un profesor con y había que aprender las cosas de memoria. Ibas a casa con tu grabadora y tenías que recopilar lo que habías aprendido y estudiarlo', detalla.

‘Nuestro mayor interés es el de la gente aprecie nuestra cultura, que tiene una importancia y un valor histórico muy grande '

ÁNGEL RUIZ

Con ese método, Ruíz fue aprendiendo el oficio de acompañante, empezó a trabajar en un tablao y más adelante tuvo la oportunidad de entrar al ballet Andaluz en Sevilla. ‘Eso fue un regalazo porque empecé a trabajar con Cristina Hoyos y con Antonio Gades que estaba montando 'Bodas de Sangre'. Allí cambio mi percepción de la guitarra, ya me lo tomé más en serio, supe que había que dedicarle muchas horas y estudiar mucho', reconoce.

Ángel se ha dedicado desde entonces a la guitarra de forma profesional presentándose en muchos países incluyendo Japón y citado por Hilario Suárez viajó a Panamá hace seis años donde se ha establecido, se casó y tiene una hija panameña.

Irene Paula Gontán, bailaora, es malagueña y ha vivido el flamenco desde la infancia. ‘En toda verbena, en toda fiesta hay alguien que baila que canta que toca la guitarra, dice. Del vasto folclor andaluz, Gontán se identificó con el flamenco, ‘más personal y artístico', como ella misma dice. Tomó clases en varias escuelas, luego tuvo la oportunidad de enseñar y más adelante se le presentó la oportunidad de viajar a Suiza donde se dedicó a la enseñanza y a ofrecer actuaciones. De vuela en Málaga, Irene montó su propia escuela y, aunque esta continua abierta, ella decidió acompañar a su esposo a su nuevo destino laboral, Panamá. ‘No tenía tres meses de haber llegado y ya estaba bailando, dice Irene. ‘Como el flamenco va contigo, tengo esa facilidad, me muevo mucho pero lo llevo todo lo que puedo, conmigo', puntualiza.

Cuando Christian Guillén tenía doce años, escuchó una interpretación de Camarón. ‘No sabía quién era, había escuchado su nombre varias veces, pero lo que escuché me impactó tanto, que eché a llorar', recuerda. ‘Empecé tocando la guitarra y ya con unos 18 años me puse a escribir letras, pero para enseñárselas a quienes se las daba las tenía que cantar. Y me preguntaban, ¿por qué no las cantas tú?' cuenta.

Cantando flamenco, Christian Guillén ha recorrido el mundo. ‘He cantado en Estados Unidos, Polonia, hace poco he estado en Venecia y ahora en Panamá'. Su primo, Vicente Carrasco, quien tiene ya unos seis años en Panamá lo recomendó y llegó al país a solo horas de su primera presentación.

Alejandro Guerra, encargado del cajón, no es español como el resto de sus compañeros. El percusionista es panameño y aunque se ha dedicado a varios géneros musicales y estilos, conoció el flamenco a través de clases maestras e intercambios. ‘Nunca había tenido dla oportunidad de trabajar el flamenco tan de cerca y vivir esa interacción con los demás integrantes del grupo', cuenta.

Para Guerra, una de las cosas más interesantes que se viven en el tablao es la entrega, la pasiónque despierta el flamenco. ‘Siento que el flamenco me ha fortalecido en ese trabajo de equipo en el que pesar de no ser el principal en ese momento, debo estar totalmente a la disposición de la bailaora, el cantaor o al solista del momento', dice.

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