Azael Pitti, la fuerza de la línea y el color

Actualizado
  • 21/05/2023 00:00
Creado
  • 21/05/2023 00:00
Pitti nos habla de tres etapas fundamentales en su creación artística. En la primera, que denomina proceso de ilustración, dibuja a mano alzada el objeto que desea representar
La alternancia cromática y sus brillos generan claroscuros.

“Las pinturas tienen una vida propia que se deriva del alma del pintor”.

Vicent Van Gogh

A través de un concepto visual innovador, Azael Pitti reenfoca un tema tan local y vivo en el sentir panameño como lo son las polleras y tembleques geometrizados a través de líneas coloridas que nos recuerdan los variados colores tropicales, pero también la infinidad de posibilidades expresivas que pasan por sus generosas y parametrizadas líneas.

La alternancia cromática y sus brillos generan profundos claroscuros confiriéndoles a sus figuras un realismo hondo y magnífico. Si algo nos queda claro es que nada resulta posible sin relación con lo demás. Como en la vida, en las obras de Pitti todo está tan íntimamente ligado que colores y formas se potencian, entrelazan y combinan de tal manera que se convierten en un magnífico todo.

El trabajo de Pitti está vinculado con el realismo geométrico.

Su obra experimenta con la vida. Desde los cuatro años, su mundo ha sido el dibujo, llevándolo a la plasmación de una idea a través de formas geométricas estructuradas. Su vida ha trascurrido entre el arte y la publicidad, formándose en ambas cosas en la Universidad Javeriana de Bogotá. Realizó numerosas campañas publicitarias tanto a nivel nacional como internacional, sin embargo, siempre mantuvo su interés por el dibujo y su mirada puesta en la construcción de formas coloridas, concibiendo el espacio como un complejo universo matemático que sirve de telón de fondo para sus composiciones detalladas.

Un intercambio cultural influyó poderosamente en el desarrollo de su estilo. Fue la pintora mexicana Ana Elena Rabasa Guevara quien lo animó a someter su trabajo a los ojos del gran público y a permitir que se conozca la magnitud artística y científica de su obra. En su taller, comienza a trabajar con espátula, pero también coquetea con las bondades y potencialidades de la acuarela, explorando la inmediatez frente a la reflexión que implica el trabajo geométrico.

¿Por qué las polleras?

Porque sí. Porque son esplendorosas y hablan del orgullo del pueblo panameño. Porque considera que una mujer se transforma cuando se engalana con el vestido patrio: cambia la mirada interior, su percepción de sí misma y, por lo tanto, su proyección exterior. Eso es lo que refleja Pitti en sus obras. Nos dice que le llaman la atención los rostros de las niñas cuando les ponen los tembleques: “hay una magia, su mundo les cambia”. Eterniza ese instante en el que la mujer proyecta belleza y encanto. Considera que capturar ese encanto es la expresión sublime de la belleza interior y, por ello, lo envuelve en magia y color.

Azael Pitti, la fuerza de la línea y el color
Un realista geométrico

Su trabajo está vinculado con el realismo geométrico, movimiento basado en la estructura de las líneas, composición y color, superando, de este modo, los límites tradicionales del espacio pictórico. Geometría viene del griego geo, 'tierra', y de metron, 'medida'. Es decir, es la ciencia que estudia la medida de la tierra y, por extensión, la exploración del mundo exterior. No hay una ciencia más afín al arte que la geometría, ya que sin dimensiones no existiría la representación naturalista de las cosas.

Reproducir las tres dimensiones ha sido la gran conquista del Renacimiento, que logró —a través del artificio de la perspectiva— la representación de la tercera dimensión. Pero esto implica resolver un problema de proyección del espacio tridimensional en una superficie de dos dimensiones, y esto es asunto de la geometría.

El realismo geométrico diseña el mundo a partir de los elementos que le son propios —línea, forma y color— a través de los cuales realiza una organización visual estructurada, expresada en patrones o secuencias que aportan equilibrio y dinamismo a la composición.

El proceso de su obra

Pitti nos habla de tres etapas fundamentales en su creación artística. En la primera, que denomina proceso de ilustración, dibuja a mano alzada el objeto que desea representar. Debe ser realizado de una manera fidedigna, con todos sus detalles, que incluyen los juegos de luces y sombras.

En la segunda etapa, denominada proceso de geometrización, realiza las divisiones geométricas del objeto de tal manera que solo se utilizan las líneas rectas: triángulos, rectángulos, cuadrados…, evitando al máximo las líneas curvas. Cada una de las partes se realiza en función de los claroscuros, que se generan de tal modo que sirvan como base para jugar con las tonalidades según las zonas de sombra e iluminación.

En la última etapa, que denomina acabado final, el diseño pasa del papel al lienzo para ser pintado al óleo o acrílico. En esta etapa, la obra sufre un proceso de transformación. Hay que repensarla, observarla con detenimiento y escucharla. A pesar de que el boceto arroja algunas tonalidades preconcebidas, muchas veces son reemplazadas por otras, según la demanda de la obra. Aunque, al aplicar los colores, estos se mezclan entre sí, se respetan los volúmenes para que se realce su carácter tridimensional.

Generalmente, se decanta por los tonos medios, por los colores cálidos o fríos con sus respectivas sombras. Comenta el artista que “el gran desafío siempre está en escoger un color que impacte sin robarse el protagonismo”. Esta es la parte más sensitiva, ya que cada color que se elija debe desarrollar una función específica y con un porcentaje equilibrado.

La estructura del fondo también es un componente relevante, ya que somete y aglutina todo lo que está a su alrededor interrelacionando los elementos y compensando las cargas cromáticas y visuales.

Combinación de formas geométricas, representaciones figurativas y alternancias cromáticas ponen de relieve esa conexión ente lo físico y lo psíquico, lo que podemos observar y entender frente a todo ese mundo de sensaciones generadas que solo llegamos a intuir.

Encontramos en la obra de Pitti elementos realizados con colores y formas que se reconocen entre sí. También sus polleras se distinguen. Son números individuales y colectivos sometidos a las leyes estructurales de las dimensiones. Representaciones universales, panameñas, para el deleite del mundo entero y de cada uno de nosotros.

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