Claudia Palacios: 'Hay que pagar por el buen periodismo'

  • 24/09/2022 00:00
La periodista colombiana analiza la fórmula que le ha permitido a los medios de comunicación sobrevivir, competir y transformarse. En esta entrevista reflexiona sobre la desinformación, la censura, la igualdad de género y el rol del sector público en la generación del cambio y las oportunidades
Claudia Palacios, periodista y escritora

Para Claudia Palacios, periodista, el debate de la equidad de género y el impulso del buen periodismo siguen más vivos que nunca. Sobre todo en América Latina, una región con países de renta media, en la que los viejos modelos continúan frenando el tránsito pleno hacia el cambio. En cuando a la prensa, señala la necesidad de “invertir” para la generación de contenidos que logren competir en este mercado: “Un grupo económico que adquiere un medio para, entre comillas, salvarlo, debe entender que eso implica hacer una inversión que va más allá de la compra del medio; es contratar ingenieros, desarrolladores, creativos, para entregarles a las audiencias contenidos con el rigor de los periodistas y por eso hay que contratar a periodistas que tengan una trayectoria; y eso vale dinero”. La también escritora y antigua presentadora de CNN visitó Panamá durante el encuentro 'Cambio real con MARC: Reimaginando la equidad de género', para analizar el rol del sector público en la edificación de estrategias que resguarden la equidad de género. En esta entrevista analizamos los retos de los medios de comunicación, el papel del sector público en la promoción de sociedades más justas, el negocio del periodismo, la censura, y el derecho a una muerte digna.

Hoy le trae a Panamá su participación en un evento que pone en contexto la relevancia de la equidad de género y en su ponencia destaca el rol de los gobiernos. ¿Qué tanto hemos avanzado en nuestros países en la implementación de políticas públicas de equidad de género?

Las últimas dos décadas han sido muy importantes en materia de desarrollo de legislaciones; desde las muy controvertidas cuotas de género en los cargos públicos, armar las listas para aspirar a los cargos de elección popular, todo lo que tiene que ver con el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo... en general, no todos nuestros países han llegado al punto de garantizar ese tipo de derechos, pero casi todos han dado las discusiones y dar la discusión es avanzar. Tenemos que entender que esto es algo que implica un montón de transformaciones en la forma como nuestras sociedades han funcionado y en cómo la familia, como institución fundamental se ha constituido; por lo tanto, esto de entrada, a cierto tipo de personas y grupos suena como amenaza y aunque no lo es, hay que entenderlo; debemos ser conscientes de eso para ir trabajando a un ritmo que nos permita seguir avanzando sin atropellar la sensibilidad de las personas; hay que ser estratégicos y pedagógicos en cómo poner los temas sobre la mesa y cómo dar los debates.

En 2019 publica su tercer libro, 'HemBrujas', que le hizo ganar el premio de periodismo CPB. Es una compilación de entrevistas a 83 mujeres colombianas que invita a cuestionar el rol que a cada persona le corresponde jugar para alcanzar la equidad de género; ¿desde nuestros países, cómo podemos participar para ser promotores de la equidad, con acciones reales?

Hay que tomar consciencia de que este es un tema que debe estar en el primer punto de la agenda. Sin equidad de género no vamos a lograr eliminar la pobreza, la violencia ni cuidar el medio ambiente; entonces, si somos conscientes de ello y de que hay que escuchar el aprendizaje de tantos años de trabajo, vamos a empezar a aprender cuál es nuestro rol. Hay que entrar a entender el tema para saber cuál es el rol que a cada uno le corresponde.

Usted cuenta con una larga trayectoria periodística dentro y fuera de Colombia; ¿cómo ve el periodismo en la actualidad?, ¿es más servil a los grandes poderes o más apegado a su razón de ser y al servicio público?

Hay de todo. Hay que entender cuál es el contexto de los medios de comunicación y del periodismo, en este momento, en la región y en el mundo. Por supuesto que hay periodistas y medios que siguen apostando por conservar la independencia que deben tener para informar con rigor y dar la garantía a sus audiencias de que no están cooptados... pero es difícil porque el negocio de los medios de comunicación ha venido cambiando y transformándose, lo que ha derivado en que se acaban muchos medios de comunicación que no han podido ser relevantes en esas nuevas formas de consumo que tiene la gente que pasa por el celular, y que no necesariamente se pueden monetizar; no todo el mundo ha podido monetizar. En ese sentido, muchos medios empiezan a depender de la pauta estatal o de conglomerados económicos que tiene otros intereses, donde los periodistas terminan caminando en un campo de huevos tratando de no quebrar ninguno. Creo que hay iniciativas interesantes que apelan ya no solo al rigor del periodismo, sino al uso adecuado de las tecnologías; por eso los grandes periódicos que han logrado sobrevivir en esa transformación son los que han hecho unas inversiones importantes: Un grupo económico que adquiere un medio para, entre comillas, salvarlo, debe entender que eso implica hacer una inversión que va más allá de la compra del medio; es contratar ingenieros, desarrolladores, creativos, para entregarles a las audiencias contenidos con el rigor de los periodistas, y por eso hay que contratar a periodistas que tengan una trayectoria; y eso vale dinero; no pueden pensar que van a sobrevivir simplemente contratando a periodistas junior que tienen que transitar un tiempo de ensayo y error, de aprendizaje... deben tener periodistas senior a los que les paguen bien, periodistas junior para ir formando y, además, equipos de ingeniería y creativos, para que puedan, con todos esos saberes, armar los contenidos que las audiencias quieran consumir, entretenidos, visualmente agradables y con rigor. Creo que en América Latina y el Caribe ese no ha sido el caso; esas apuestas de comprar medios no se han hecho bien ni con la inversión que se requiere, para no ser los protagonistas de ir achicando y exprimiendo al medio de comunicación.

Y vemos una industria de comunicación cada vez más llena de medios nativos digitales dedicados a investigar, destapar casos de corrupción y poner la mirada en temas sensibles, mientras los tradicionales no han hallado la fórmula que les dé la estabilidad financiera frente a esta competencia.

Lo que pasa es que esas fórmulas ya no son nuevas; esas formas de consumo de información nos han mostrado que hay muchos nichos... antes la mayoría de los medios eran generalistas y pensábamos que eso era lo que quería la gente, y no es así; hay gente que solo está interesada en la política o solo en economía y algo en deportes y cada quien puede armar su menú informativo donde los medios logran especializarse y monetizar contratando periodistas que sean muy buenos en eso; quizá no generó los billones, pero sí lo necesario para pagarle de una manera digna a ese equipo chiquitico de personas especializadas que van a satisfacer las necesidades de ese nicho. Todo tiende hacia allá y esto pone en un reto muy grande a los consumidores. También hay que entender que la información de calidad cuesta hacerla; cuesta dinero, tiempo, formación, análisis, gente con capacidad y esa gente debe vivir bien; entonces el consumidor que está reclamando ese tipo de información debe ser consciente de que por esa información hay que pagar y si la quiere toda gratis, ahí se va a filtrar cualquier cantidad de desinformación, cosas políticas disfrazadas de noticias y que está consumiendo lo que equivaldría en un supermercado a comprar únicamente comida chatarra. Si decido consumir, leer y ver solamente lo gratis o lo que es más barato, sé que me voy a enfermar de desinformación, lo que me va a llevar a tomar malas decisiones como votante, a no entender bien el país en el que estoy y a creer que todos piensan como yo. Hay que pagar por el buen periodismo y somos países de renta media y sé que no es popular decir esto, pero así como la gente hace el esfuerzo de pagar por una buena alimentación, esto es tan importante; es estar informado.

La prensa siempre ha sido el enemigo número 1 del poder político y sabemos cómo está nuestra región a nivel sociopolítico. ¿Podría haber más censura a la prensa, con líderes populistas que siguen posicionándose?

Hay casos terribles como el de Nicaragua y Venezuela que son extremos. Tenemos retos, pero no solamente los medios, también los gobernantes, porque ya contamos en la región con algunos casos que evidencian que la censura no le sirve ni siquiera al gobernante que censura, porque lo que realmente debería querer es que el país esté bien, no que esté destrozado. Está probado que censurar el periodismo libre va en contra de que los países estén bien. No es un buen negocio para un gobernante censurar; si bien puede encumbrarse en el poder, manipular y demás, su país al final no va a estar bien y debería primar el bienestar del país sobre el personal... suena muy utópico, así no piensan los autócratas pero los invito a hacer esa reflexión.

Hace un año usted publicó una columna muy sentida en el diario 'El Tiempo', en la que exponía, desde su historia familiar, el derecho a una muerte digna. Es un tema polémico, el de la eutanasia.

Es muy importante para el bienestar de la humanidad entender que cada persona debería poder gozar de la autonomía y la libertad para tomar decisiones sobre su vida, lo que incluye el cómo morir. En ese sentido, nuestras legislaciones han tenido una visión muy apegada a los Estados no laicos y no se han actualizado para entender que por más que la gente profese una fe, o tenga unas creencias, tiende a querer autonomía, y se ha evidenciado en la medida en que los países han abierto libertades que la gente tiene unos conceptos de vida que no son necesariamente los que creíamos. Para muchos la vida es tener la posibilidad de respirar, así sea con un respirador artificial y que el corazón palpite; para otros, la vida es tener la oportunidad de decidir cómo se quiere vivir, desde que uno se levanta, hasta que se acuesta; y esas dos visiones no se pueden conciliar, pero tampoco se puede imponer una sobre la otra. Es muy importante entenderlo para avanzar en legislaciones donde todos podamos caber con nuestros conceptos de lo que es la vida. En ese sentido, la eutanasia que es solo una forma de derecho a morir dignamente, debería ser algo que la gente asuma cuando está saludable. Son debates que tenemos que dar... hablar de la muerte (...) y no dejarle a los seres queridos una decisión tan dolorosa como hasta cuándo mi padre, mi madre pueden respirar, o una situación tan dolorosa como ver a mi ser querido apagarse; viendo una muerte en vida, que es vivir muchos duelos en un transcurso indeterminado de años. Entendamos que hay diferentes significados de vida, que todos son legítimos y deben ser respetables y garantizados por la sociedad.

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