El tiempo de crecer

Actualizado
  • 09/12/2012 01:00
Creado
  • 09/12/2012 01:00
PANAMÁ. Tomarse un tiempo para analizar sus opciones de trabajo o vivir la vida desde otra perspectiva, parece ser la principal razón de...

PANAMÁ. Tomarse un tiempo para analizar sus opciones de trabajo o vivir la vida desde otra perspectiva, parece ser la principal razón de los jóvenes entre 17 y 18 años luego de cumplir con su bachiller en la secundaria. Siempre desean tener un descanso por un año [antes de comprometerse con una carrera universitaria de tres o cuatro años] para disfrutar de algunas de las experiencias más gratificantes y emocionantes de sus vidas ‘el año sabático o gap year’ tiempo que deben aprovechar para reflexionar y planificar un mejor futuro y que mejor que hacerlo conociendo y aprendiendo de otros países sus raíces, culturas e idiomas. Pero, ¿cómo lograrlo?

EXPERIENCIAS

Juan Luis Delgado Cárdenas, de 21 años, quien ya es un estudiante universitario fue uno de los pocos chicos panameños que han explorado el mundo en un año.

Hace dos años antes de iniciar la carrera de mercadotecnia decidió tomarse un año sabático a lo que él llamaba ‘descanso de un año’.

‘Para mi fue una gran experiencia porque aproveché ese período para crecer como persona y desarrollar mis conocimientos, además me dediqué a explorar otras culturas fuera de Panamá como: Inglaterra, Holanda, españa, Brasil, México y varios lugares de Estados Unidos’, dijo Delgado. ‘Lo cierto es que hay que ahorrar mucho para poder tomarlo, gracias a mis padres pude hacerlo y no les he fallado’, detalló muy sonriente mientras conversaba en una de las instalaciones de su universidad de la que pidió omitir el nombre.

‘Cuando alguien va a ingresar a la universidad debe estar consciente de qué es lo que desea en la vida, por eso debe tener criterio para elegir la carrera deseada’, continuó. ‘Las nuevas experiencias y los cambios de ambiente permiten darle orden y sentido a los sueños, para que cada paso dado tenga como fin el cumplimiento de estos’, detalló.

Carla Camargo Soler, de 22 años, detalla que muchos de sus compañeros en la universidad comenzaron sus estudios después del temido año sabático. Algunos viajaron a nuevos países, otros exploraron campos profesionales, otros realizaron servicio militar en Estados Unidos, y otros se quedaron en casa, escribiendo su primer libro o estudiando asignaturas de interés en universidades locales.

‘Todos mis compañeros coinciden en la ventaja extraordinaria de ese año sabático. A muchos, ese período les brindó la oportunidad de reflexionar sobre sus objetivos personales. Todos retornaron a la universidad con renovada energía, más seguros de sí mismos y de la experiencia académica y extraescolar que perseguirían durante los próximos años’, detalló y prosiguió ‘Aun cuando la preocupación de los padres ante la visión del año sabático es razonable, su apoyo es imprescindible para asegurar el buen aprovechamiento de esta experiencia. Antes de comenzar una batalla en donde tiene todas las de perder, el padre debe informarse sobre las ventajas del año sabático y sobre las oportunidades disponibles para el estudiante durante este período’, recalcó.

‘Los padres no deben olvidar que la decisión de postergar los estudios universitarios suele ser incluso más difícil para los propios hijos, y el sostén familiar que reciban mientras determinan su futuro inmediato puede crear toda la diferencia’, culminó.

EL PROFESIONAL HABLA

Valeria Aguilar González, quien es psicóloga, reconoce que la idea de tener un año sin actividades tiene sus ventajas y desventajas. Algunos jóvenes de hoy no tienen la idea clara de lo que van hacer con sus vidas una vez terminan el bachillerato y otros muchas veces se estancan y ‘no ven más allá, no piensan las posibilidades de trabajar o seguir estudiando.

La profesional no duda en señalar que tomarse un año sabático puede ser muy positivo, en especial porque puede ayudar al joven a resolver dónde y qué desea estudiar, ya que al salir de enseñanza media la presión que existe del medio obliga a tomar decisiones erróneas respecto a la carrera a seguir. ‘Quien se toma el tiempo puede pensar en su vocación con mayor tranquilidad y madurez’.

El tener un período de descanso no implica estar sin hacer nada, pues de ser así no servirá de mucho. La idea es viajar, trabajar para ir probando que es lo que más le gusta a la persona y responder temas que a simple vista pueden parecer banales, pero que a la larga tienen mucha importancia para decidir, por ejemplo, si le agrada más laborar en una oficina o en un ambiente abierto.

Es muy importante que tomen en cuenta que tomar un año de vacaciones o seis meses y recorrer el mundo así por así, se necesita de un buen potencial económico por parte de los padres para poder que sus hijos desarrollen esos conocimientos y exploren las dimensiones de la vida, reflexionó la especialista.

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