Tradición y cultura en ceremonia protocolar

Actualizado
  • 21/05/2019 02:02
Creado
  • 21/05/2019 02:02
Petita Ayarza, primera diputada electa de la comarca Guna Yala, pone en la mira de la sociedad panameña el vestuario autóctono de los gunadules. La vestimenta que usará cuando inaugure la nueva Asamblea Nacional genera expectación

El próximo 1 de julio, cuando inaugure la nueva Asamblea Nacional, según el protocolo ceremonial del Estado, los diputados y diputadas deben acudir vestidos de blanco. Ante este lineamiento ha surgido curiosidad en torno a cómo vestirá Petita Ayarza, la primera diputada de la comarca Guna Yala. Las posiciones son controversiales.

La vestimenta tradicional de los gunadules es policromática y ‘es parte de nuestra esencia, de nuestra identidad', dice Bigdidily, una guna de 59 años de edad, que resalta que ‘no poder portar nuestra indumentaria, un día específico o en un lugar determinado, es negarnos la entrada o participación y es un acto de discriminación'.

‘Nuestra vestimenta es algo cultural, no atenta contra la ética ni la moral, es nuestras raíces, la historia no solo nuestra, sino de Panamá',

BIGDIDILY

MUJER GUNA

‘Nuestra vestimenta es algo cultural, no atenta contra la ética ni la moral, es nuestras raíces, la historia no solo nuestra, sino de Panamá', sostiene Bigdidily.

Mientras que Danalí, una joven guna de 22 años, considera que si el protocolo exige un vestido, ‘no pasa nada si nuestra representante cumple con esa norma'. ‘Con o sin mola, ella es gunadule, y llegó a la Asamblea para trabajar, no veo mal que use lo que se le pide por un día', manifiesta.

Ante la controversia que se ha observado en las redes sociales, Ayarza adelanta que irá con vestido blanco, pero evocando sus costumbres: ‘Blusa blanca cosida en mola con significados culturales, es parte de la naturaleza y el medio ambiente que refleja mis tradiciones y espiritualidad; el pañuelo sí va rojo, porque es representativo', dice.

VALOR HISTÓRICO

‘Mola' en lengua guna significa ‘ropa'. Las molas han estado entre los gunadules desde el principio de los tiempos. Según una investigación del Museo de Oro de Bogotá, Colombia, este pueblo tiene una historia mitológica que explica el origen de estas. Sus diseños y la técnica para hacerlas estaban guardados en los galus, lugares sagrados que existen en las distintas capas del universo. Muchos neles, líderes espirituales de los gunadules, intentaron viajar a los galus, pero las especialistas de las tijeras, mujeres muy bellas que los protegían, no les permitieron la entrada.

La historia cuenta que solo Nagegiryai, una mujer nele, pudo entrar. Viajó primero al galu SabbiMolanalamaggale, donde vio diseños cambiantes como las nubes del cielo. Una y otra vez, iba y venía para enseñar la pintura que veía. En otro viaje llegó al galu Dugbis, donde aprendió la escritura de las molas. Sentada sobre su hamaca y peinando su pelo liso y largo, Nagegiryai enseñó con sus cantos esta escritura a las mujeres gunadules. A partir de este momento, la práctica de las molas ha sido un saber ancestral que se transmite de generación en generación.

MÁS SOBRE UN PUEBLO ANCESTRAL

Según la investigación del Museo de Oro, los gunadules habitan en diferentes zonas de Panamá y Colombia y hoy son más de 90 mil en Panamá. Unos 40 mil viven en las comarcas Guna Yala, Guna de Madungandi, Guna de Wargandí y Dagarkunyala y 50 mil en la periferias de las provincias de Panamá, Panamá Oeste, Colón y otras provincias, y 2 mil de ellos residen en los departamentos colombianos de Chocó y Antioquia.

El pueblo guna cuenta con una organización política que se ha fortalecido a través de sus Congresos Locales. La comunidad mantiene decisión sobre las actividades que realizan en su territorio y control sobre los recuerdos naturales y el aprovechamiento de otros recursos de la región.

La confección y venta de las molas representa una fuente de ingresos. Tanto nacionales como extranjeros, reconocen el valor artístico y cultural de este arte textil.

La economía de los gunadules está basada en la agricultura, pesca y caza. El turismo también ha sido una parte importante de la economía en la comarca indígena.

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