Descubren en Perú un extenso asentamiento arqueológico dedicado al ‘culto a los ancestros’

Actualizado
  • 02/09/2023 16:43
Creado
  • 02/09/2023 16:43
El hallazgo arqueológico fue realizado por el Proyecto de Investigación Arqueológica (PIA) Terlén-La Bomba, en la provincia cajamarquina de San Miguel
Fotografía sin fecha difundida por el Ministerio de Cultura de Perú de un asentamiento arqueológico descubierto en la región de Cajamarca, en el norte de Perú.

Un “extenso asentamiento” de la cultura prehispánica Wari (siglos VII al XIII de nuestra era), dedicado al “culto a los ancestros” y con evidencias de convivencia de varios grupos étnicos, ha sido descubierto en la región de Cajamarca, en el norte de Perú, informó este sábado el Ministerio de Cultura.

El hallazgo arqueológico fue realizado por el Proyecto de Investigación Arqueológica (PIA) Terlén-La Bomba, en la provincia cajamarquina de San Miguel, y ocupa unas 24 hectáreas, donde hasta el momento se han encontrado dos cámaras funerarias.

En su temporada 2023, el proyecto realizó “importantes hallazgos que evidencian la presencia Wari en el valle medio del Jequetepeque, a través del culto a los ancestros”, precisó Cultura.

Esto incluyó el descubrimiento de un asentamiento “de diversidad étnica” correspondiente al periodo Horizonte Medio (800-1000 años d. C.) que es uno de los más grandes del valle y se considera un escenario de intercambio entre las culturas Sicán, Chimú, Wari y Cajamarca, que compartían el culto a los ancestros, una característica de influencia Wari.

Los directores del proyecto, Shinya Watanabe y Thalía García, detallaron que existen “dos cámaras funerarias de planificada y elaborada edificación subterránea a modo de galerías”, que cuentan con dos niveles, cada uno con cinco nichos en los muros.

En su interior se hallaron ofrendas como conchas del molusco strombus, cerámica fragmentada y un plato trípode íntegro, un elemento que se encontró por primera vez en un contexto funerario.

El nivel inferior de las cámaras había sido clausurado mediante una práctica de “sellamiento ritual” y en cada modificación de la estructura arquitectónica se colocó numerosas ofrendas como ritual del cambio constructivo.

Resaltan los hallazgos de un fardo de un personaje femenino, un kero (vaso ceremonial) wari de color negro con incisiones, dos instrumentos musicales de viento, elaborados con cerámica de aproximadamente 12 centímetros de largo, y dos sujetadores de estólicas (armas para lanzar dardos o flechas) de cobre.

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