En Venezuela hay 1,905 detenidos considerados como “presos políticos”, 38 más que la semana pasada, cuando se computaron 1.867 personas privadas de libertad...
- 14/03/2022 00:00
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Últimamente me he visto en la situación de estar dictando de forma continua talleres de creación de modelos de negocio, particularmente en el ejercicio de nuestro esquema de incubacion 'Emprendenova' (emprendenova.com), donde estamos apoyando las industrias creativas y culturales, también llamadas “economía naranja”, pero además todo tipo de emprendedores y emprendimientos.
Una de las constantes en este tipo de talleres es hallar personas con buenas ideas y ganas de sacarlas adelante. Ellas pertenecen a un grupo especial de seres, los “emprendedores”, quienes tienen la virtud de no rendirse y luchar por la idea que quieren materializar.
Son el inicio del “ecosistema” de los negocios de innovación. Hay mucha promoción hoy en nuestra región, para lograr que estas personas salgan a la luz y lo intenten.
No menos importantes y más escasos son los llamados “ángeles inversionistas”; ellos son los primeros en evaluar las posibilidades de un proyecto, y basados en su experiencia invierten el primer dinero. De estos tenemos pocos en Panamá, pues mal que bien ya en algunos países de la región existen fondos de capital de riesgo, los cuales invierten cuando el proyecto ya está en una etapa madura; pero estos visionarios que son capaces de leer los proyectos, recién comienzan, son mucho más escasos.
No es por falta de personas con capacidad adquisitiva; según he visto hay las suficientes, creo que lo que falta es crear confianza y capacitar el mercado en la forma como funcionan estos esquemas de inversión.
Para aquellos que no sepan, el proceso es más o menos así, cuando un emprendedor le presenta a un “ángel inversionista” su idea, está pasando el primer tamiz de viabilidad. El ángel revisa el proyecto y si está de acuerdo negocia una participación accionaria a cambio de un dinero o recurso. Si las dos partes concuerdan, la transacción se realiza y el proyecto sigue su curso.
La inversión es interesante pues cuando el proyecto esté más avanzado y alguien desee comprar una parte del negocio, el precio será ya muy diferente y las ganancias pueden ser muy elevadas, mucho más allá de las tasas del mercado.
También puede ocurrir que el proyecto no despegue y las cosas no ocurran. Es este el riesgo inherente en este tipo de inversiones; normalmente la regla es “a mayor riesgo mayor será la ganancia” y “entre más temprano, más ganancia”, pues entre más tiempo pase desde el origen de la idea, más caro es entrar.
Las incubadoras de empresas cumplen una labor muy valiosa, generan un espacio donde se ajustan las propuestas y los inversionistas pueden estar seguros de encontrar personas serias.
A medida que los ecosistemas crecen y se “espesan”, espacios de estos florecen allí donde hay suficiente interés y ganas de sacar adelante este tipo de economía.
¿Es usted un posible ángel inversionista? Puede que sí y usted no lo sabe, existe un costo financiero llamado “costo de oportunidad”, se refiere al hecho de tener un capital y “no ganar” lo que se podría si se invirtiera bien.
Es bueno comenzar a buscar buenas ideas en las cuales participar, con la desaceleración de la construcción y con el agotamiento de los modelos de “comprar y vender” sin agregar valor, los proyectos de innovación se consolidan como una excelente opción para generar nuevas empresas, trabajos, proyectos... y futuro.