Elogiar antes que criticar

Todos los seres humanos somos únicos, maravillosos y complejos. Nacemos con distintos talentos que debemos saber identificar y desarrollar. Cuando hablo de identificar, no solo es en referencia a nosotros mismos sino también en los demás.

Al referirme a elogiar enfatizo el realce que se le brinda a las características positivas de una persona, con lo cual elevo su autoestima; es decir, el valor que tiene una persona de sí misma.

Incluso, en este momento pregúntese: ¿cómo se siente usted cuándo le dicen ‘lo hiciste muy bien, te felicito, qué capaz eres, qué bien te vistes¡, qué inteligente eres, qué buena decisión tomaste? Estas expresiones desarrollan en nosotros una emoción, pues nos alegran: es agradable ser reconocidos.

El psiquíatra, investigador y escritor Augusto Cury, creador de los programas ‘Escuela de la Inteligencia', ‘Freemind (Gestión de la Emoción)', ‘Menthes', entre otros, señala que muchos padres y maestros nunca han elogiado a sus hijos y alumnos. Esta técnica tiene muchas ventajas, como educar la emocionalidad y la autoestima, resolver conflictos en los salones de clase y promover la solidaridad.

Cury alega que la habilidad de elogiar antes de criticar es muy efectiva, ya que se inicia reconociendo las distintas cualidades que tiene la persona, generando una satisfacción que expande la memoria. Posteriormente podemos criticar con la intención de llevar a la persona a reflexionar sobre lo ocurrido.

Normalmente, cuando uno critica sin antes estimar al ser humano como tal, puede provocar una obstrucción de la inteligencia, pues la persona se siente amenazada, lo que genera que muchas veces reaccione sin pensar. Ante un momento de tensión, de conflicto o de un llamado de atención, usted procure elogiar para así desarmar a la otra persona que se encuentra agresiva o ansiosa.

Una vez tuve la siguiente experiencia en clases: le dije a una estudiante que, por favor, no comiera mientras se desarrollaba la asignatura, a lo cual ella reaccionó de forma muy agresiva. Le expliqué que su futuro era muy prometedor, porque ella era una joven muy elocuente, que quería lo mejor para ella y por eso tenía que ayudarla en su formación. Le comenté que cuando fuera a buscar un empleo evaluarían sus normas de conducta, que existía un estadística de la Consultora Catho, empresa especialista en recursos humanos, y que registraba que en un 82% de los casos de despidos se dan aspectos emocionales y de comportamiento, por lo cual era importante trabajar en esto.

En razón de lo expuesto, todos estamos llamados a elogiar, a ser promotores de la autoestima. Debemos empezar por nuestra propia familia, amigos y compañeros de trabajo. Es necesario que les digamos las cosas bellas y estupendas que vemos en ellos.

El doctor Cury señala que si, por alguna razón, es necesaria una crítica, demos hacerlo de una vez, ya que no importa la cantidad de veces que se repita, no por eso se van a erradicar las equivocaciones. La finalidad educativa solo se logrará por el grado emocional que alcance la experiencia en cuestión.

Es importante que le demos ánimos a las personas. Estamos llamados a ser proactivos y evitar calificativos que generen heridas emocionales en las personas y que después puedan devenir o desencadenar traumas.

Encaminados a este fin, las aulas de clases deben dejar de ser espacios agresivos donde los alumnos se sientan disminuidos para convertirse en lugares donde se promueve la autoestima, se valoren las diferencias y se enseña a pensar como parte de la especie humana.

En definitiva, aprendamos a contemplar lo bello en los demás, profundicemos en todo lo bueno que la persona tiene para luego expresarlo. Así veremos cómo nuestras relaciones mejorarán y seremos capaces de conquistar a todas las personas.