El etiquetado frontal, una tarea pendiente en Panamá

Actualizado
  • 22/07/2023 00:00
Creado
  • 22/07/2023 00:00
Los alimentos ultraprocesados deben contar con información que alerte sobre el alto contenido de ingredientes críticos, advierte la FAO. El país no cuenta con una ley de 'etiquetado frontal de advertencia nutricional'
El sistema alimentario que predomina en Panamá se caracteriza por una alta oferta de bebidas azucaradas.

El actual sistema alimentario que predomina en Panamá se caracteriza por una alta oferta de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas, con excesivo aporte de ingredientes críticos como sal, azúcar y grasa, plantea el representante de nutrición de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Panamá, Israel Ríos.

Aunado a esto, detalla, las estrategias agresivas de mercadeo de estos productos hacen que la población incremente su consumo por su bajo costo, la falta de información sobre los riesgos a la salud que implica su consumo, la falta de tiempo para preparar comida en casa, entre otras razones. Lo que podría provocar sobrepeso y obesidad en los consumidores.

La obesidad es el principal factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles relacionadas con la mala alimentación. De acuerdo con las estadísticas de Panamá, entre las 10 principales causas de muerte en el país están las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el cáncer y la hipertensión arterial. Todas estas condiciones tienen algo en común y es que además coexisten con la obesidad y con patrones de alimentación altos en sal, azúcar y grasa, expone el experto.

“Es por todo ello que contar con un sistema de etiquetado frontal que alerte sobre el alto contenido de ingredientes críticos que contienen los productos ultraprocesados y bebidas azucaradas, junto con campañas educativas, permitirán a los consumidores hacer mejor elección de alimentos saludables. El sistema de etiquetado frontal de advertencia nutricional consiste en sellos de color negro en forma de octágonos con la leyenda 'altos en”, explica durante una entrevista con La Estrella de Panamá.

Pixabay

Además, añade, estos sellos indican cuando un producto o bebida es alto en sal, azúcar y/o grasas. “Incluyen advertencias tales como 'contiene cafeína, no ofrecer a niños' o 'contiene edulcorantes artificiales', u otra leyenda que se considere importante declarar”, dice Ríos.

Múltiples investigaciones científicas han mostrado la superioridad de los sellos frontales de advertencia nutricional para informar de forma clara, rápida y sencilla cuándo un producto envasado pudiera representar un riesgo para la salud, explica.

“Es por ello que es urgente la implementación de la ley que establece los sellos frontales de advertencia nutricional en productos envasados en Panamá”, enfatiza el representante de la FAO en Panamá.

Todos estos patrones de alimentación, indica Ríos, han ocasionado la obesidad que actualmente se enfrenta. “Las familias han dejado de preparar alimentos en casa. La alta oferta de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas no saludables en el mercado son parte de la alimentación de la población. Por lo tanto, no es de extrañar que tengamos altas cifras de obesidad y de enfermedades no transmisibles”, afirma Ríos.

Es posible tener una alimentación saludable con un presupuesto de $282,83” Pixabay

En 2022 la FAO, junto con el Movimiento de Alimentación Saludable de Panamá y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), realizó una investigación con más de 1.000 adultos que asistieron a supermercados en todo el país.

El estudio comparó la eficacia de los sellos octagonales de advertencia propuestos por el Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica y República Dominicana (Comisca) para adoptarlos en Centroamérica y en un proyecto de ley en Panamá, el sistema semáforo y el sistema de cantidades diarias orientativas con un grupo de control sin sellos, así como la eficacia de los sistemas mencionados entre sí.

Los consumidores que vieron productos con el sistema de sellos octagonales de advertencia obtuvieron mejores resultados sobre la intención de compra, la correcta identificación del producto menos nocivo y la presencia de un exceso de nutrientes críticos en los productos. Esto no se observó en los demás productos con sistemas diferentes.

Por otra parte, añade, “el uso de los sellos frontales de advertencia nutricional permitirá orientar las políticas de alimentación y nutrición en el país. Por ejemplo, en las escuelas se podrá entregar una mejor oferta de alimentos, ya que el programa de alimentación escolar solo podrá entregar alimentos saludables o productos sin sellos (aquellos que han sido menos procesados, no tienen azúcar añadida y son más saludables). Además, se podrá evitar el consumo de productos con sello en las escuelas debido al impacto negativo en la salud y nutrición de los estudiantes”.

Eliécer Torres, nutricionista y dietista

Asimismo, los programas sociales basados en entrega de alimentos podrán incluir solo productos saludables, es decir, que no tengan sellos de advertencia. Entre muchas otras aplicaciones. Como se ha observado en otros países donde ya se implementa este sistema, en el país aumentará la oferta de productos con perfiles nutricionales más saludables, explica.

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, la venta de alimentos procesados industrialmente, como la comida rápida y las bebidas azucaradas, ha aumentado de manera constante en América Latina y está ayudando al incremento de las tasas de obesidad en toda la región.

Un proyecto sin avance

El 22 de enero de 2020, la diputada suplente Yaidelis González Fuentes presentó el anteproyecto de ley 317 sobre 'etiquetado frontal de advertencia nutricional'. Actualmente el proyecto ley 265 (anteproyecto 317) está pendiente de discusión y aprobación en primer debate desde agosto de 2021.

Israel Ríos, representante de nutrición de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en Panamá

Quienes han manifestado su oposición son los empresarios. En su momento, siete organizaciones de empresarios y productores de Panamá solicitaron a la Asamblea Nacional suspender la discusión del proyecto de ley 265.

La Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (Cciap), el Sindicato de Industriales de Panamá (SIP), el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CoNEP), la Cámara Americana de Comercio e Industrias (AmCham Panamá), la Asociación Nacional de Productores de Leche (Anaprole), la Asociación Nacional de Avicultores de Panamá (Anavip) y la Asociación de Comerciantes y Distribuidores de Víveres y Similares de Panamá (Acovipa) hicieron la petición.

Mediante una carta, los presidentes de estos gremios señalaron que: “Compartimos la preocupación sobre la necesidad de implementar estrategias integrales para informar adecuadamente a los consumidores a fin de que estos interioricen y aprendan a alimentarse adecuadamente según sus necesidades nutricionales, lleven una vida sana y así eviten las enfermedades crónicas no transmisibles relacionadas con la obesidad. Sin embargo, la visión antes descrita debe verse a la luz del marco jurídico vigente y para ello conviene recordar y enfatizar que Panamá se adhirió desde el 29 de junio de 2012 al Subsistema de Integración Económica Centroamericana y que desde el 6 de mayo de 2013 se estableció un mecanismo de transición ordenada para suscribir los diferentes instrumentos jurídicos del subsistema”.

Una fuente del Sindicato de Industriales de Panamá, que solicitó no se mencione su nombre, recalcó que este proyecto de ley “no es el más adecuado porque implica una connotación negativa de los alimentos. Vamos más en la línea en donde las etiquetas tienen la información apropiada para el consumidor”.

Las consecuencias de una mala alimentación

El especialista en medicina familiar Hiram Martín De Mera explicó que las enfermedades relacionadas con una mala alimentación en los menores de edad, se tendrían que dividir en población lactante, preescolares, escolares y adolescentes.

Del primer grupo (población lactante), las más prevalentes son la desnutrición y anemias carenciales, dice. Por el otro extremo, secundario a la sobrealimentación, con productos ultraprocesados, se presenta el desarrollo de hígado graso, elevación de los triglicéridos y obesidad. Posteriormente tienen mayor riesgo de desarrollar condiciones como hipertensión arterial y diabetes, antes de los 18 años, indica el especialista.

“Sin embargo, puedo mencionar en términos generales que las condiciones y enfermedades asociadas a la alimentación se deben a carencias o deficiencias alimentarias y a la sobrealimentación”, dice el especialista en medicina familiar.

Advierte que la normalización de síntomas ha impedido que se reconozcan los síntomas relacionados con la mala alimentación en los adultos. “Muchas condiciones metabólicas y cardiovasculares tienen estrecha relación con una alimentación inadecuada y de pobre calidad. Síntomas gastrointestinales como las agruras, sensación de llenura fácil, eructos y flatulencias en exceso, diarreas, estreñimiento y dolores abdominales crónicos tienen estrecha relación con la alimentación”, explica a este medio.

También ciertos tipos de dolores de cabeza como la migraña, acné, algunas alergias cutáneas y respiratorias se han relacionado con la alimentación. La mala alimentación de manera crónica conlleva al desarrollo de obesidad, hígado graso, alteraciones del colesterol, elevación del ácido úrico y de los niveles de azúcar en la sangre, concretando condiciones como la hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2 y todas las complicaciones asociadas a nivel cerebral, cardíaco, renal y hepático, agrega el experto.

Recomienda una alimentación variada con alimentos naturales, frutas, vegetales, huevos, carnes, menestras, cereales integrales y el consumo de agua.

Además de evitar y eliminar por completo el consumo de productos ultraprocesados. “Todos los productos comestibles listos para su consumo como cereales de desayuno, panes, bizcochos, galletas, snacks, tipo tortillas de maíz o similares, embutidos, quesos procesados, lácteos endulzados como las leches saborizadas y yogures. También es necesario eliminar bebidas gaseosas o sodas, jugos de cartón, té frío y toda bebida que contenga azúcar añadida, confitería como pastillas dulces, chocolates comerciales, solo por mencionar algunos”.

Un proyecto país

Es importante integrar la mejor nutrición en las políticas públicas sociales y económicas del país para impulsar una buena alimentación en Panamá, recomienda el representante de nutrición de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Panamá, Israel Ríos.

Por ejemplo, señala, en el ámbito del trabajo se debe facilitar el acceso a alimentos saludables y espacios adecuados para ingerirlos. En las instituciones de salud se debe promover la información y el acceso a alimentos saludables a través de la educación en alimentación saludable y mejor nutrición a la comunidad.

“Lo mismo que en las escuelas, se debiera incluir de forma obligatoria cursos de educación en alimentación saludable para toda la comunidad educativa. Asimismo en las universidades y en todos los centros de capacitación se debe incluir contenidos sobre alimentación saludable”.

Además, se debe promover la producción de alimentos saludables desde el sector agroproductivo.

“El fortalecimiento de la agricultura familiar; así como facilitar el acceso a servicios financieros y de seguro de los pequeños y medianos agricultores para que no se vean afectados durante las crisis”, dice Ríos.

Los agricultores familiares deben tener garantizado un mercado donde comercializar sus productos, acota. “Un ejemplo de lo anterior pudiera ser los programas de protección social basados en entregas de alimentos, tales como los programas de alimentación escolar, en donde los agricultores familiares puedan vender los alimentos”.

El país también debe definir una canasta básica de alimentos saludables, es decir, con enfoque nutricional, puntualiza. “Hoy contamos con una canasta básica de alimentos con enfoque económico, una lista de alimentos elaborada a partir de lo que más se consume en la población y en donde se encuentran productos ultraprocesados poco saludables como las bebidas azucaradas. La canasta básica de alimentos actual, podemos decir, está alineada con un patrón de alimentación que promueve la obesidad y sus terribles consecuencias”, concluye.

Planificación y selección, claves para una dieta saludable

La alimentación requiere organización. Expertos señalan que se deben consumir productos naturales y evitar comidas rápidas que suelen ser más costosas y menos saludables

Sin distinción de edad, las consecuencias de una mala alimentación son nefastas. Tanto el menor de edad como el adulto podrían desarrollar un cuadro de obesidad, hipertensión arterial y hasta una diabetes mellitus tipo 2 u otra enfermedad relacionada con una mala alimentación, señala el especialista en medicina familiar Hiram Martín De Mera.

Una de las críticas que más hacen las personas, en cuanto a tener una buena dieta, es el costo de la canasta básica, ya que supone un reto para la economía familiar. Sin embargo, el nutricionista y dietista Eliécer Torres señala que si bien es cierto es un desafío, es posible tener una alimentación saludable con un presupuesto de $282,83. Esta cifra representa la última canasta básica consultada por este medio en la página web de la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco).

De acuerdo con el nutricionista, el problema radica en que “se suele creer que para llevar una alimentación saludable se requieren productos que digan light, fit o bajo en calorías”, que son los más costosos e innecesarios en una alimentación de bajo presupuesto, detalla Torres durante una entrevista con La Estrella de Panamá.

Es por ello que se requiere planificación y selección cuidadosa de los alimentos a la hora de hacer la compra, agrega el especialista. Es importante evitar los alimentos ultraprocesados y las comidas rápidas que suelen ser más costosas y menos saludables.

La dieta ideal para una familia es aquella que se basa en principios de equilibrio, variedad y adecuación nutricional. Es importante destacar que cada familia tiene necesidades y preferencias únicas, por lo que la dieta ideal puede variar de una familia a otra. Sin embargo, hay algunos puntos clave que se deben considerar, comenta Torres.

En primer lugar, indica, es fundamental incluir una amplia variedad de alimentos de todos los grupos alimenticios, como frutas, vegetales, granos, raíces y tubérculos, carnes frescas, lácteos y fuentes de grasas saludables.

“Además, es esencial evitar o minimizar el consumo de alimentos ultraprocesados con alto contenido de aceites vegetales proinflamatorios, harinas, azúcares añadidos, colorantes y edulcorantes artificiales”, menciona el nutricionista.

En su lugar, añade, se deben preferir alimentos frescos, naturales y preparados en casa. Esto contribuye a una alimentación más saludable y reduce el riesgo de enfermedades crónicas.

Es importante tener en cuenta las necesidades individuales de cada miembro de la familia, remarca, como las etapas de crecimiento, embarazo, lactancia o condiciones médicas específicas. En estos casos puede ser necesario el asesoramiento de un profesional de la nutrición para adaptar la dieta a las necesidades particulares.

La dieta alimentaria de un menor de edad debe ser similar a la de un adulto, aclara, es decir, con la misma calidad alimentaria, pero adaptada a sus necesidades específicas de crecimiento y desarrollo. Debe incluir una variedad de alimentos que proporcionen los nutrientes necesarios, como proteínas, carbohidratos, grasas saludables, vitaminas y minerales. Se recomienda dar prioridad a alimentos naturales y frescos, evitando los alimentos ultraprocesados. Además, es fundamental mantener una hidratación adecuada y limitar el consumo de bebidas azucaradas, reitera.

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