‘Los extraterrestres existen’

¿ Hay extraterrestres?, pregunto. ‘Sí’, contesta Alain Maury con absoluta seguridad y no tan serio como se espera de un científico que h...

¿ Hay extraterrestres?, pregunto. ‘Sí’, contesta Alain Maury con absoluta seguridad y no tan serio como se espera de un científico que ha descubierto o ayudado a descubrir más de mil asteroides. ‘Aunque lo más seguro es que los extraterrestres no sean tan hermosos como nosotros’, agrega con un buen humor que le es característico. Para el astrónomo francés la existencia de unas 400 mil millones de estrellas hace casi improbable que los seres humanos estemos solos en el cosmos. ‘Si las condiciones permiten que se desarrollen cosas como el ADN, pueden darse formas de vida sencillas fuera de nuestro planeta’, apunta este apasionado de la astronomía.

Algo desgarbado, despeinado y un poco incómodo en el traje color marfil y camisa que hace juego con el azul de sus ojos, Alain Maury, un ingeniero con formación fotográfica y astrónomo aficionado, como el mismo se define, estuvo en Panamá para participar como invitado en la inauguración del primer observatorio astronómico de Panamá que, con apoyo de la embajada de Francia y del Uranoscopio de París, se llevó a cabo el pasado viernes en el centro regional de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) en Coclé.

Maury comparte con alrededor de otros 600 astrónomos con los que cuenta Francia la pasión por el cosmos, aunque en su caso hace 11 años que contempla los despejados cielos andinos en San Pedro de Atacama donde está radicado desde que se enamoró de una chilena y donde se ha dedicado, junto a su esposa y gracias a las 300 noches de cielo claro al año que tiene la región, a desarrollar el turismo astronómico, aunque continúa haciendo investigaciones sobre asteroides y cometas de manera privada. ‘Recibimos casi 50 mi visitantes por año en una zona rica en volcanes, geiseres y lagunas y donde tenemos telescopios a disposición del público’, cuenta.

Este astrónomo francés empezó a observar el cielo cuando tenía 15 años y ‘lo único que quería era mirar y fotografiar la luna’, rememora. Y naturalmente el resultado fue que en los estudios no le iba muy bien. Una vez fuera de la escuela Alain Maury estudió fotografía y trabajó en este campo hasta los años 90, cuando empezó la era digital. Posteriormente empezó a estudiar astronomía por cuenta propia. ‘Todos los astrónomos pertenecen a la Unión Internacional de Astrónomos. El 99% de ellos tienen doctorados y el 1% restante son locos como yo que llegaron por el borde’, dice entre risas este astrónomo autodidacta.

Para este francés que ha bautizado asteroides con los nombres de sus hijos, de sus amigos y de pueblos y regiones de su patria que le son gratos, practicar la astronomía es como practicar un deporte. ‘Es algo muy divertido, como pescar o cazar’, dice igual como lo dice todo: medio en serio y medio en broma. ‘Es sólo observar aunque sepas que nunca vas a ir para allá y ver cómo evoluciona el universo, porque es el único lugar donde todavía podemos descubrir cosas nuevas’, añade.

Y aunque reconoce que las condiciones atmosféricas en Panamá no son las más ideales para la observación astronómica, lo importante es contar con un telescopio y un observatorio – el segundo en Centroamérica – que permitirán la formación de más personas en esta ciencia. Aparte de los aficionados agrupados en la Asociación Panameña de Aficionados a la Astronomía (APAA), fundada en 1983, Panamá cuenta con un sólo profesional en la materia, el astrofísico Rodney Delgado Serrano, quien tendrá a su cargo la dirección del recién inaugurado observatorio.

De acuerdo a la información oficial el observatorio, ubicado en Penonomé por su facilidad de acceso, gracias a su céntrica posición geográfica dentro de Panamá y por ser un área relativamente seca, es un centro de investigación astronómica y de enriquecimiento del conocimiento sobre el cosmos, que a la vez permitirá desarrollar proyectos de informática, electrónica, robótica y mecánica industrial, entre otras ciencias con las que está relacionado. La astronomía no solo se desarrollará a nivel científico y pedagógico sino también turístico. Durante el eclipse de 2004, Penonomé registró el punto con mayor claridad en el país para observar el fenómeno con pocas nubosidades y recibió la visita de cientos de extranjeros atraídos por el fenómeno.

El observatorio realizará entre sus actividades pedagógicas jornadas de observación, promoción de Clubes de Astronomía en planteles educativos, visitas guiadas a las instalaciones, cursos y talleres, conferencias, concursos y sala de exhibiciones, entre otras. Además, dos de los telescopios que se han adquirido, uno reflector y otro refractor que cuentan con un software que indica dónde se encuentra cada estrella en el cielo, apoyarán en la enseñanza de la Astronomía.

Según explica Maury, a pesar de la importancia que tiene la observación de la bóveda celeste porque ‘la organización de nuestra sociedad depende de nuestra visión del cielo’, la gente prefiere ver la televisión por la noche y se ha olvidado lo que significa la evolución del sistema solar. ‘Desde la misiones Apolo realizamos que en la luna hay impactos recientes de asteroides y que hay más de estos objetos cruzando la Tierra’, relata el astrónomo. ‘Ahora mismo son alrededor de 6,500 asteroides que cruzan la órbita terrestre y algunos podrían acercarse tanto que podrían hasta chocar con la Tierra, pero aún así no es muy probable que alguno de ellos caiga’, dice a modo de consuelo.

El francés que se confiesa ateo convencido, dice que los astrónomos no entienden cómo la gente quiere ir al cielo al morir. ‘Nosotros sabemos que vivir en el espacio es terrible, es oscuro, es frío y no hay sexo, así que mejor no ir para allá’, agrega con una chispa de picardía en sus ojos azules.

LA RADIOASTRONOMÍA

¿Oir el universo? ¿Y cómo así? Pregunto sin poder salir de mi asombro. Pero Yolanda Gómez aclara que aunque se puede decir ‘oír’ en realidad es traducir. Yolanda es de México y es radioastrónoma y también llegó a Panamá invitada para la inauguración del observatorio de Penonomé. Y ella explica que la radioastronomía es una ciencia que permite observar el universo por medio de ondas de radio, es decir sin telescopio.

‘Los astros emiten ondas muy débiles que no pueden ser captadas por los ojos’, dice Yolanda. ‘Esas ondas se captan mediante antenas, se graban para amplificarlas y traducirlas – o trasladarlas – después a una especie de fotografía con colores falsos y se pueden ver imágenes de objetos inimaginables’, dice esta experta. Refiere que por ejemplo se han descubierto por este medio las radiogalaxias que son el centro de una galaxia normal que emiten permanentemente chorros de gas que no han podido ser detectados por otros medios.

Pero ni siquiera a través de la radioastronomía se ha podido detectar hasta la fecha la existencia de extraterrestres, como afirma Yolanda, contradiciendo la fe de Alain en la existencia de vida fuera de nuestro planeta.

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