- 15/06/2014 02:00
El autobús de Santiago a Panamá tiene un costo de nueve dólares. El trasbordo en un ‘coaster’ hasta el poblado de Santa Fe cuesta 2.90 dólares. Pero la experiencia de transportarse a un lugar único, donde en las casas te reciben con un vaso de jugo o chicheme mientras te ofrecen una silla en un porche no tiene precio. Tampoco la idílica visión de un grupo de niños jugando en la brisa que sopla desde los cerros donde cuelga una espesa neblina, antes que la misma se disuelva en el límpido azul de un día soleado.
Resulta irónico que este esplendente lugar haya sido el escenario de la desaparición del sacerdote colombiano Héctor Gallego, secuestrado un nueve de junio hace más de 40 años. Hasta el día de hoy se desconoce el paradero del religioso.
En la comunidad la oferta de hospedaje es amplia y variada. Los turistas, tanto locales como foráneos, pueden escoger entre compartir un dormitorio en un hostal o descansar en una cómoda cabaña con baño privado. Los platillos tradicionales de la gastronomía panameña forman parte del menú de los restaurantes de la zona.
El sector es bañado por diversos ríos, quebradas y afluentes de limpidas aguas. Es un escenario natural de clima fresco y brumosos paisajes, donde el visitante que llega de la ciudad podrá liberarse del estrés, en medio de la calidez de los habitantes de este pintoresco pueblo.