El impacto cultural que produjo la figura y la música de Elvis

Actualizado
  • 01/02/2015 01:00
Creado
  • 01/02/2015 01:00
La carrera artística de Elvis. Interrogantes relacionadas a las condiciones de producción y recepción de los bienes de consumo.

Días atrás, casi todos los medios a nivel mundial anunciaban con entusiasmo que Elvis Presley había llegado a los 80 años, como si nada fuera de lo común hubiera ocurrido en los últimos treinta y ocho años transcurridos desde aquel 16 de agosto de 1977, que impidiera celebrar jubilosos su vida; como si se pudiera prescindir de los sesenta años de su versión de ‘That’s All Right, Mama’, el blues que transformó con su genio en ‘la piedra Rosetta del rock and roll ’.

Para decirlo de una vez, como si estuvieran a punto de descubrir el ignoto secreto de su presencia casi ritual aun después de la muerte temprana en profunda soledad. Y es justamente esta impresión la que lleva a cuestionarse acerca de por qué Elvis sigue siendo un icono. ¿Qué hizo tan distinto y exitoso para mantenerse en una especie de inmortalidad musical?

En cualquier caso, este aniversario abre la puerta para interrogar ciertos temas que se relacionan con las condiciones de producción y recepción de los bienes de consumo que Elvis produjo durante unos veinticinco años de trabajo artístico.

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Como diría el compositor Leonard Bernstein, ‘Elvis es la mayor fuerza cultural en el siglo XX. Introdujo el ritmo a todo, la música, el lenguaje, la ropa, es toda una nueva revolución social, los 60 vienen de él’. Por tanto, siendo el cuerpo el locus efectivo del canto popular, una innovación como la que él inició en el campo musical permite ubicar los espacios de conflictos y cambios sociales, en una sociedad, además, atenazada por la segregación y el racismo.

UNA REVOLUCIÓN CULTURAL

La carrera artística de Elvis parece mostrar cuatro fases: a) de 1954, cuando graba ‘That’s All Right’ hasta 1958, cuando inicia el servicio militar; b) la transición en Alemania, que se extiende de 1958 a 1960; c) de 1960, cuando regresa con el grado de sargento del ejército de Estados Unidos, y comienza el tiempo de sus películas mediocres de Hollywood hasta julio de 1968, cuando graba Comeback Special, un exitoso musical para televisión; 4) y una última fase que va de 1968-1977, años de mucho trabajo por parte de Elvis, como presintiendo que el final se acercaba, y durante los cuales siguió mostrando un gran nivel artístico.

Pero es la primera fase (1954-1958), intensa y radiante, la que contribuye a producir un conjunto de innovaciones que dan lugar a cambios importantes en el sistema de creencias, valores, prácticas sexuales y relacionamiento entre los géneros, transformaciones que están en la base de la conflictualidad social y política que vivirá la sociedad estadounidense durante los 60 y 70.

Se trató de una contracultura que minó con celeridad las viejas estructuras de lo privado y de lo público a nivel local. Una dimensión, a simple vista incruenta de la gran convulsión social que permitía a hombres y mujeres reencontrarse con su propio cuerpo y tratar de recuperarlo, un asunto, sin duda, político en la medida que implicaba desafiar y trastocar los mapas establecidos del poder social.

Elvis creció como un pobre blanco chico del campo que conducía camiones para ganarse la vida.

Sin otras estridencias que no fueran las que provenían de las guitarras y de los gritos de sus seguidores, Elvis Aaron Presley a sus 18 años cambió significativamente la vida adolescente y de los jóvenes de su generación, sobre todo en Estados Unidos. Elvis fue un signo que permite percibir elementos profundos de la sociedad, la economía y la cultura: con sus impulsos, sus posibilidades, sus reivindicaciones y resistencias.

Provenía de una familia muy pobre de Mississippi que había emigrado a la próspera Memphis en busca de mejores días y que hizo de Memphis su hogar público, se lanzó con sus ropas de colores inimaginables para los varones de la época, con sus zapatos blancos y su cabello engominado demostró, como él dijera alguna vez, ‘el ritmo es algo que se tiene o no se tiene, pero cuando lo tienes, lo tienes todo’.

UNA MENTALIDAD DIFERENTE

En los 50, el Sur estaba racialmente segregado, pero la música de Presley contribuyó a romper estas barreras raciales. Elvis cambió para siempre la música y dejó un legado duradero que influyó positivamente en la sociedad estadounidense; revolucionó la música y su influencia cambió la industria del entretenimiento para siempre.

Fue el primer cantante blanco que interpretó letras escritas por artistas negros, cuestión que en la época estaba prohibida por el orden segregacionista imperante entonces, y hacía ajustes a esos textos si estimaba que lo requerían. Sus canciones son una fusión de música country, rhythm and blues y gospel , con lo cual dio paso a que más estadounidenses blancos escucharan la música afroamericana. Para Little Richard, uno de los artistas afroamericanos de la época ‘Él era un integrador. Elvis era una bendición. No nos dejaban hacer música negra, pero él abrió la puerta’.

Es interesante dar cuenta de la importancia que los artistas afroamericanos tuvieron en el desempeño musical de Elvis, una posición que también lo enfrentó a situaciones desagradables y riesgosas. El coro de voces afroamericanas ‘The Sweet Inspirations’, que lo acompañó durante los últimos catorce años hasta el final, y su participación en los congresos de música gospel no blanca permiten intuir una mentalidad diferente en el contexto de la época.

No es fácil encontrar imágenes donde aparezcan sus fans negros, que los tenía, una situación que puede llevarnos a creer que no fue casual el llamado al servicio militar ni tampoco el largo tiempo que Elvis dedicó a Hollywood, actuando en películas que, con la excepción de ‘King Creole’, él mismo calificó mal junto a las canciones de baja calidad que elegían los productores de las mismas. Dejó la música, su gran pasión, y quizá este abandono sea parte del sustrato de las excentricidades dañinas que no pudo superar, cayendo en el irremediable colapso.

Con todo, Elvis Presley, con sus luces y sombras, constituyó una síntesis creadora de la cultura estadounidense que, junto a otros grandes luchadores por la libertad en ese país, son ejemplos que siguen alumbrando el camino hacia una sociedad con más equidad y respeto humano.

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