Un congreso en honor a la fundación de la ciudad de Panamá

Actualizado
  • 23/09/2019 07:00
Creado
  • 23/09/2019 07:00
Fueron cinco días de estudios en los que se rompió paradigmas, se derribó imposibles, aunque no se tenía registros de un evento anterior. La inauguración del evento ese efectuó en el Paraninfo del Campus Universitario

El I Congreso de Historia, Antropología y Turismo Histórico Cultural, organizado por la Facultad de Humanidades, Departamento de Historia, fue muy ambicioso en cuanto a los temas presentados a los más de 600 participantes. Pero en cuanto a la transmisión de información, sobrepasó las expectativas.

Fueron cinco días de estudios en los que se rompió paradigmas, se derribó imposibles, aunque no se tenía registros de un evento anterior. Lo de realizar la inauguración del evento en el Paraninfo del Campus Universitario le dio solemnidad. Este efecto continuó brillando en todas las otras exposiciones que se dieron en los salones del hotel American Trade, nada menos que un edificio del Casco Antiguo construido en el año 1917 donde operó el National City Bank, entidad que financiara el Canal de Panamá.

En la foto se visualiza la Cancillería de la República de Panamá.

También se dieron eventos en salones de la Cancillería de Panamá, en la Casa del Soldado, sobre el Paseo Esteban Huertas y en el Museo del Canal. Caminar por estos lugares históricos asombró a todos.

Mi experiencia en este evento como escritor de novelas históricas fue enriquecedora. Oír al doctor Alfredo Castillero Calvo hablar de las Claves Históricas del Panamá Colonial, en la conferencia inaugural, fue un buen augurio. Se habló de los auges y depresiones que vivió el comercio por el istmo, de datos tan interesantes como que en algún momento había en Panamá más coches que en la ciudad virreinal de Lima. Del descubrimiento del río Chagres y enseguida del surgimiento de caminos entre los dos mares. La importancia de la abundante plata boliviana que pasa por Perú y llega a Panamá y de allí a todos lados, a China, Baltimore, España, Holanda.

“La nueva ciudad tiene carácter elitista”, dice Castillero Calvo. Además fue muy importante en la trata de esclavos para las colonias del Sur de América.

Ese mismo día Marixa Lasso expone sobre su libro en inglés Erased, sobre la desaparición de los pueblos de La Línea. Toda una forma de vida económica y social que se dio a lo largo de la vía del tren y que fue engullida por la Zona del Canal creada por los Tratados de 1903.

Puedo contra mi experiencia y el asombro de temas que al principio consideré de poco valor, cuando investigadores de la Universidad de Panamá en Coclé, hablaron de fiestas y manifestaciones folclóricas del corregimiento de Pajonal. Pero dentro de la charla de la magister Damaris Apolayo Flores hay formas de celebraciones de indios iguales a Victoriano Lorenzo. Se habló de cosas que conozco como la Cumbia Norteña que baila la gente de La Pintada, de Penonomé, de Churuquita Grande y del “Guisado” o Rancho de Indio, un plato de yuca rallada y carne o pollo que se acompaña con arroz y frijoles.

Me quedaron grabados sencillos versos cantados que dicen así: “La iguana yo no la como... porque no la sé comer. Tiene rabo como perro... Y cintura de mujer”. La profesora Eva Bedoya expuso sobre “La Colonización de interioranos en el Darién 1950- 1980, un problema que ha causado deforestación en la región y presión sobre las comarcas indígenas”.

Una charla posterior tocó el tema del folclor de Ocú, un poblado que es un imán para las poblaciones del centro de la provincia de Herrera. Eso me convenció de que el trabajo artesanal preserva la historia del lugar y del país. Gracias a la historia oral, a las entrevistas y a la observación la magister Omayra Marín Ramos nos informó un tratado sobre el montuno ocueño, y las diferentes puntadas que lo engalanan, sus colores tradicionales y su sombrero blanco.

El congreso, apoyado por la Vicerrectoría de Extensión, también contó con historiadores extranjeros. Entre ellos el Dr. Michael Donaghue, de la Marquette University, Estados Unidos de América, que expuso sobre la “ La Zona del Canal, una frontera Imperial”. Un punto de vista de ese lugar muy singular en una investigación realizada minuciosamente por un norteamericano que no deja de lado la discriminación, el contrabando, la prostitución y la vida social y sus problemas en ese enclave colonial.

La historia de la conocida Regeneración Conservadora que sufrió el Departamento del Istmo en el último tercio del siglo XIX, comandada por Rafael Núñez, que fue presidente de Colombia desde 1880 a 1896. Me impresionó mucho este tema dictado por el profesor Rolando de la Guardia, de la Universidad de Panamá, que señaló que: “El pensamiento conservador estaba contra la forma liberal de progreso al que tildaba de inmoral. Y que marcó el desarrollo del estado nacional de Panamá hasta 1912”.

Un complemento de esta época nos la expande la Dra. Vilma Chiriboga, del Centro Regional Universitario de San Miguelito, con su conferencia “Identidad Nacional y la Élite Simbólica Panamá 1904-1914”.

Fue de lo más interesante oír que los diarios de la época plasmaban el sentir de la clase dominante. Y que esta propició la forma de escribir la historia para construir un ideal de nación que utilizó la raza blanca como modelo.

“Se propició la migración, pero de países europeos, mejor si eran de España y católicos. Entonces se ocultó todo lo popular, lo negro, lo del arrabal . Esto refuerza mi denuncia de que personajes como Buenaventura Correoso, tres veces presidente del Estado Federal de Panamá, fuera ocultado en los libros de historia.

El profesor Iván Ricord, también del CRU de San Miguelito, nos convenció a todos de que el militarismo nació con la figura de Remón. De su antagonismo contra Harmodio y Arnulfo Arias y la forma como llegó a dominar con su personalidad y su don de mando todos los aspectos de la vida social y económica del país en Panamá. Sin duda entendimos que esos detalles lo llevaron a ser asesinado y borrado de las esferas del poder. “Remón Cantera la Eclosión del militarismo en Panamá”.

Pero todavía hubo más. Escuché muchas cosas y me perdí de otras. Una joven magister, Andrea Miranda, nos lleva de la mano por los años en que se fundan las escuelas en la Zona del Canal. Nos muestra lo diferentes que eran las de estudiantes blancos y las de los estudiantes negros. O Pantaleón García, del CRU de Coclé, que asesoró a sus profesoras y planteó cómo los diarios de la época influyeron en “Las elecciones y el desarme de la Policía Nacional en 1916”.

Para el historiador Jonathan Chávez, de la Universidad de Panamá, el congreso lanzó una oferta académica notable por la que se actualizaron líneas de investigación con enfoques diferentes que enriquecen el acervo cultural del país. “Hay otra historia escrita que le hace contrapeso a la historia que se nos ha impuesto y que nos hace tanto daño.”

Para el doctor Mario Molina, quien viajó desde su querida Chiriquí y asistió día a día al congreso, este fue un espacio para nutrirse de conocimientos. La conferencia magistral de Molina versó sobre “El transitismo, un legado histórico de Panamá la Vieja”.

El organizador del congreso, magíster Fernando Aparicio, quien expuso sobre las “Contradicciones entre el campo y la ciudad en la independencia de 1821”, señaló uno a uno los pasos que hicieron posible la celebración de este gran evento. Lo agotador que fue y el apoyo del equipo que hizo posible tantas conferencias, que compusieron el programa en varios escenarios.

El congreso culminó con la esperada aparición del doctor Celestino Andrés Araúz, quien nos habló sobre las enfermedades en Santa María la Antigua del Darién ,y en Panamá la Vieja. La directora del Departamento de Historia de la Universidad de Panamá, Fermina Santana, señaló que fue un gran evento, de los principales en cuanto a la celebración de los 500 años de la Ciudad de Panamá.

De mi parte, felicitaciones y asombrados aplausos a estos profesores que escriben la historia de Panamá, …la verdadera.

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