El Instituto Oncológico, un centro de esperanza

El sonido de una campana puede significar muchas cosas, una boda, un tiempo o una festividad. Para los pacientes del Instituto Oncológico Nacional (ION) significa esperanza.

“Hoy comparto con ustedes, sonando esta campana que me anuncia un nuevo mañana, que mi tratamiento ha terminado, con la fuerza y el valor que Dios me ha dado. Gracias a Dios por la vida”. Con estas palabras, escritas en una pared del ION, los pacientes que terminaron exitosamente su tratamiento de cáncer declaran al mundo su deseo de vivir, para luego tocar con todas sus fuerzas una campana, que simboliza la superación de su enfermedad.

Este grito de esperanza ha sido entonado por miles de personas a lo largo de los casi 80 años que la institución lleva existiendo y que, en pleno 2023, no se detiene, pues se prevé que para 2027 la entidad pase de 4.849 pacientes de primer ingreso, a 5.625, según datos del Departamento de Registros y Estadísticas del instituto.

El Dr. Juan Carlos Alcedo Velarde, quien dirige la institución, explica a 'La Decana' que el ION es el “único hospital a nivel público que se especializa en el tratamiento multidisciplinario del cáncer”, consolidándolo como una de las pocas alternativas que tienen los panameños para el tratamiento de esta enfermedad.

Para darnos una idea, la cantidad de consultas externas que se atienden todos los años pasó de 61.906 en 2007, a 119.769, para septiembre de este año, y se prevé que en 2027 la cifra supere los 178.000. Esto representa casi el triple de consultas, en solo una década.

Aun así, la institución solo cuenta con 187 camas, con un porcentaje de ocupación del 70% (hasta septiembre), lo que plantea la necesidad de construir un nuevo hospital que les permita ampliar su y capacidad de atención y ofrecer una mejor atención.

“El creciente número de pacientes con cáncer hace necesario que se cuente con instalaciones que permitan brindar este mismo servicio, con mejores condiciones”, dijo el Dr. Alcedo, quien lamenta que el espacio con el que cuentan actualmente “no sea el adecuado”.

“La posibilidad de ir sumando más consultorios y equipos es limitada, por nuestra falta de espacio”, analizó Alcedo, quien detalla que más del 65% de los pacientes que reciben tratamiento en el hospital deberá seguirlo haciendo continuamente, porque en sus provincias no cuentan con los equipos y personal necesario.

En lo que va del año se han realizado 30.623 tratamientos de quimioterapia, 45.176 de radioterapia, 23.365 tomografías, 7.962 tratamientos orales y 1.254 resonancias magnéticas, sin importar que el paciente esté asegurado o no.

“Nuestro principal desafío es seguir atendiendo a un número de pacientes que no va a dejar de crecer, con los recursos que tenemos”, añadió el médico, quien indicó que llevan más de 15 años expresando la necesidad de un nuevo centro oncológico.

En marzo de 2022, el Gobierno Nacional lanzó la licitación para la construcción de un nuevo Oncológico, con un costo de $434,8 millones, pero tras haberse pospuesto seis veces, se tomó la decisión de cancelar el acto público, el 11 de enero.

El Ministerio de Salud detalló que pese a que se cuenta con el terreno para construir la obra, la falta de presupuestos sigue siendo un obstáculo para su desarrollo.

Hasta la fecha, el proceso de construcción de la obra continúa estancado, aunque la Unidad de Bienes Revertidos donó dos terrenos, uno de 6,5 hectáreas y otro de 3,5 hectáreas, para su construcción.

Aunque el Ministerio de Salud solicitó un presupuesto de $86,1 millones para el ION en 2024, la comisión de Presupuesto de la Asamblea Nacional recomendó recortarle $13,9 millones, es decir, que tengan un presupuesto de $72,2 millones, para 2024.

Sobre este asunto, el Dr. Alcedo detalla que todavía no saben con certeza cuál será el presupuesto con el que cuenten para el próximo año, por lo que se mantienen expectantes ante la decisión de las autoridades.

Alcedo dijo a este medio que, hasta la fecha, “no se ha asignado un presupuesto acorde con el crecimiento de la población que se atiende”, lo que les obliga a tener que “sacrificar todo lo que tenga que ver con inversión y dedicar el presupuesto a funcionamiento”.