‘No le damos valor a la historia'

Actualizado
  • 17/04/2018 02:01
Creado
  • 17/04/2018 02:01
Mario José Molina busca que, con su obra didáctica ‘El legado Histórico de Panamá La Vieja', cualquier lector pueda referenciar los hechos del sitio

La ciudad de Panamá La Vieja como puerto tuvo un protagonismo histórico inimaginable e importante.

‘La ciudad era eje del periplo mercantil mundial entre Perú, Panamá, México, China y Filipinas, conocido como ‘La ruta de la seda y de la plata'. Eso le da a Panamá un gran significado, y de ahí viene su vocación transitista'. Este es el planteamiento del libro El legado histórico de Panamá La Vieja , en palabras de su autor, el docente e historiador panameño Mario José Molina Castillo.

La obra resultó ganadora del primer Concurso Internacional de Ensayo Histórico Panamá Viejo 2019, creado en el año 2016 por el Patronato Panamá Viejo, la Comisión 500 Años de Panamá Viejo y Ediciones Balboa.

Según el autor, el legado del sitio, que comenzó hace más de 150 años, se extiende hasta nuestros días. ‘La comunicación transístmica existente entre Panamá La Vieja con Nombre de Dios y Portobelo fue una carrera económica que quedó como huella y que se ha mantenido aún con el Canal de Panamá'.

Más de 280 páginas, divididas en tres partes, recogen en forma de ensayo lo que Molina denomina ‘un reto historiográfico'. ‘Ha habido varios historiadores españoles y panameños muy connotados que han manejado estos temas de Panamá La Vieja con mucho tino; sin embargo, durante mis investigaciones en el Archivo General de Sevilla, de Perú y de Costa Rica, fui acumulando material que me ha servido para innovar lo que se sabe del tema'.

Molina indica que lo más revelador de sus investigaciones, para las cuales se apoyó en textos de otros historiadores, es ese comercio con el Perú. ‘Nosotros formamos parte del Virreinato del Perú, o sea que la parte administrativa dependía del Perú. Si España es la Madre Patria de América, Perú es la madre putativa de Panamá'.

También trata temas de urbanismo, dándole cabida a la parte catastrófica. ‘Los terremotos que hubo, los incendios, las epidemias iban provocando atraso en el espíritu de desarrollo comunitario de la ciudad de Panamá', indica.

El libro también muestra las diferencias sociales dentro de los grupos españoles de la época, así como el trabajo artesanal de los negros, su aporte en el servicio en los aserraderos, en la búsqueda de perlas y en el tránsito de las recuas de mula hacia Nombre de Dios. Algunas ilustraciones ayudan al lector a disfrutar más el tema.

Otro desafío tuvo que ver con la forma de contar los hechos. El libro está narrado de una forma sintetizada y ordenado didácticamente, de tal manera que cualquier lector pueda asimilarlo. ‘Los libros de Panamá La Vieja que han salido antes de la nueva generación de historiadores eran muy cronológicos, entonces no se profundizaba en los temas de interés, como la economía, sino que más bien trataba lo de los piratas, los cimarrones', resalta.

Con lo anterior, Molina apuesta incluso porque su obra sea utilizada en las aulas de clase como material de estudio, para así ‘ayudar al estudiante a integrarse en el conocimiento de hechos que trascendieron en nuestra vida nacional'.

El historiador y docente opina que en el país aún no se le da suficiente valor a todos estos pasajes de la historia, aunque con el Patronato se le ha dado cabida a la celebración de los 500 años de Panamá Viejo. Pero advierte que ‘no es nada más hacer un desfile ese día. Hay que presentarle más al estudiante sobre estos temas, traerlos a visitar el museo, las ruinas, porque eso es lo que les va a desarrollar la imaginación y la creatividad', concluye.

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