‘La corrupción se ha tratado poco en nuestras letras'

Actualizado
  • 15/12/2017 01:05
Creado
  • 15/12/2017 01:05
El escritor Enrique Jaramillo Levi afirmó que la corruptela que se teje en Panamá es ‘una cantera casi virgen' para autores nacionales

La corrupción, esa tragedia engorrosa que el escándalo de los ‘Panama Papers' puso de manifiesto, es un terreno poco explorado en la literatura panameña. Así lo afirmó esta semana el escritor de más de 50 libros, Enrique Jaramillo Levi (Colón, 1944).

‘El tema de la corrupción se ha tratado poco en nuestras letras', señaló el también gestor cultural, quien presentó el pasado martes en la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) la edición 81 de la revista literaria Maga .

‘El problema es que casi no existe una crítica literaria seria en Panamá, sigue habiendo pocos lectores de la buena literatura y, por tanto, la retroalimentación es pobre',

ENRIQUE JARAMILLO LEVI

ESCRITOR Y GESTOR CULTURAL

Según Jaramillo, la corrupción ‘es una cantera casi virgen' a la espera de escritores que conviertan ‘sus interpretaciones en propuestas artísticas' ligadas al aspecto social y humano.

Igual ocurre con el feminismo. Este movimiento surgió como una reacción ante una realidad agobiante: las mujeres alzaron su voz frente a una sociedad desigual, enmarcada dentro de una cultura repetidas veces catalogada como machista.

Este asunto del feminismo sin duda empieza a aflorar en la cuentística nacional y, sobre todo, en la poesía, dijo el creador del Diplomado de Creación Literaria de la UTP.

‘Lo importante es no quedarse en la denuncia, sino que debe ahondarse en el aspecto de las contradicciones, frustraciones, tabúes, estigmas, sexualidad rampante, y en la cultura machista misma de manera artística', detalló Jaramillo.

Las pioneras del feminismo en la literatura panameña fueron Bertalicia Peralta y Moravia Ochoa, según el escritor, tanto en cuento como en poesía en la década de los setenta.

REVISTA DE LETRAS PANAMEÑAS

Las declaraciones del escritor de 73 años surgieron a propósito de la nueva edición de Maga , la única revista en Panamá de índole completamente literaria.

La creación de esta publicación coincidió con la muerte del gran escritor argentino Julio Cortázar, contó Jaramillo, el fundador, quien en 1984 terminaba de leer la novela Rayuela y bautizó el ejemplar como uno de los protagonistas.

Además, ‘hacer cultura en Panamá es como hacer magia: sacarse conejos del sombrero y ases de la manga', bromeó el escritor del libro de cuentos Duplicaciones , cuya última edición fue publicada en 2001 en España.

La número 81 de Maga ‘es parcialmente monográfica' ya que rescata ponencias de estudiosos que participaron en el Congreso Nacional de Poesía Panameña, organizado en mayo por Jaramillo.

De acuerdo con el también ensayista y antólogo, la revista incluye cuentos y reseñas críticas de nuevos autores, así como una extensa entrevista que le hizo a la cuentista Nicolle Alzamora Candanedo.

‘Podría decirse que ‘Maga' es como una utopía encarnada', dilucidó Jaramillo. ‘Ha hecho mucho por la literatura panameña, ya que muchos nuevos y talentosos cuentistas, poetas y ensayistas se estrenaron en sus páginas, sin por ello dejar de publicar a autores consagrados de Panama y Latinoamérica', concluyó el escritor.

Sobre si considera que el Diplomado en Creación Literaria de la UTP ha contribuido a la formación de nuevos escritores, Jaramillo afirmó y citó algunos de los autores.

Entre las plumas que han pasado por este taller, están David Robinson, Eyra Harbar, Javier Alvarado, Albalyra Franco de Linares, Eduardo Jaspe, Luigi Lescure, Gorka Lasa, Gonzalo Menéndez, Dimitrios Gianareas, Eduardo Soto, Olga de Obaldía, Héctor Aquiles González, María Laura de Piano.

Jaramillo indicó que el cuento y la poesía han tenido un auge en las últimas décadas en el país. Y destacó a Gianareas, Ariel Barría Alvarado, Basilio Dobras y Rogelio Guerra Ávila, como algunos de los nuevos novelistas interesantes, por la originalidad de sus propuestas.

‘El problema es que casi no existe una crítica literaria seria en Panamá, sigue habiendo pocos lectores de la buena literatura, y por tanto la retroalimentación es pobre', argumentó el autor.

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