‘Lo que me interesa es el color'

La artista plástica Coqui Calderón conversa sobre las motivaciones detrás de su obra y las tonalidades que han marcado su carrera. El próximo jueves 21 de febrero se presenta en el Museo de Arte Contemporáneo su libro ‘Coqui Calderón, vida de artista'

Con tapa de un vibrante color naranja y 151 páginas con una diversidad de obras creadas a lo largo de una fascinante vida, se presenta el próximo 21 de febrero, en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC), el libro Coqui Calderón, una vida de artista, escrito por Mónica Kupfer y con biografía de Olga Sanmartín.

Para la artista, la publicación es la oportunidad de plasmar en un documento, toda una vida dedicada al arte. ‘Me parecía que era importante dejar el rastro de lo que uno hizo, una huella de los trabajos que uno ha hecho, dedicarse toda una vida a algo, sin dejar algo en papel...', dice de forma pensativa. ‘Sentía que había que hacerlo', enuncia con seguridad.

Sobre por qué ahora, responde, ‘lo que me hubiera gustado es hacerlo antes, pero es un trabajo costoso, entonces, lo iba posponiendo...'.

Posponiendo pero sin olvidarlo. Ligada al MAC, Calderón se involucró en la preparación de diversas publicaciones y sabía muy bien en manos de quién dejar el trabajo.

‘Yo sabía que lo iba a hacer con Elizabeth [Pinzón] desde hace tiempo, porque la vi trabajar los libros que hicimos en el MAC y sé el trabajo que hace. De repente, se presentó y preguntó, ¿lo quieres hacer ahora? y le dije sí', relata.

Pinzón, productora de la editorial Sello de Agua, le proponía de tanto en tanto a la artista preparar un libro. La última vez que lo hizo Calderón se dijo a sí misma, ‘no sé qué va a pasar más adelante, si no lo hago ahora, ¿cuándo más lo voy a hacer?'. Y pusieron manos a la obra.

EL TRABAJO DE UNA VIDA

Para la artista, tal vez no fue tan difícil el recopilar información sobre su obra. ‘Dentro de mi desorden soy muy ordenada y llevo un control de toda mi obra. Sé más o menos todo lo que he pintado y más o menos en qué lugares están', dice con una sonrisa. A esto sumó obras que tiene en su poder e inició el rastreo de las que permanecen en Panamá.

Pero aunque esta tarea fuese un tanto sencilla, resultó un poco abrumador poder mirar de forma más formal el pasado y abordar a detalle toda la trayectoria.

‘Uno se asombra un poco de la cantidad de obras que uno ha pintado', dice. ‘Me pregunto a veces ¿cómo hice yo todo ese trabajo?'

‘Uno no deja de estar aprendiendo. Para mí, cada obra es como un nuevo experimento',

COQUI CALDERÓN

ARTISTA PLÁSTICA

Coqui Calderón ha hecho un extenso recorrido por el arte abstracto, el arte cinético, la figura humana, sobre todo en la mujer y también en la naturaleza. A medida que el tiempo ha pasado, nuevos elementos y variaciones se han visto en sus lienzos, sin embargo, en el detallar de ese recorrido , la artista ha constatado que ‘toda la obra tiene un mismo hilo. Me interesó ver de que a pesar de que las imágenes cambian mucho, las ideas que representan esas imágenes se repiten. Hay mucho cambio de principio hasta fin, pero siempre es el paisaje, la mujer, la naturaleza, los manglares... en algunas las mujeres son parte de ese paisaje...', medita.

Y esta tarea de hurgar en su propia obra también le ha dado la oportunidad de autoevaluarse.

‘Yo pongo cada trabajo en duda hasta el final, aun cuando está terminado me pregunto si todavía se puede hacer algo para mejorarlo', admite. ‘A veces me voy de bruces buscando una perfección que a lo mejor estaba ahí', agrega.

A pesar de que algo de tiempo ha pasado, al revisar alguna obra que está en el taller, no puede evitar pensar que la puede mejorar, ‘¡y a veces los trabajo!', asegura.

Pero también es capaz de darse cuenta de que está frente a un gran trabajo. ‘Lo veo y me digo a mí misma, ¿yo hice eso? ¡qué maravilla! y trato de ponerme en mis zapatos cuando tenía 30 años, y trato de pintar como pintaba hace 30 años atrás, y no puedo... , en cada época uno tiene ciertas habilidades', reconoce.

Por ello, esta experiencia ha sido para Calderón algo muy enriquecedor.

VIDA DE COLORES

Calderón estudió historia del arte en París y trabajó por varios semestres en talleres. Uno de los primeros que tomó y el que más le impactó fue el de teoría del color. ‘Desde entonces, lo que me interesa es el color y los efectos visuales que tiene un color contra otro', dice. ‘Casi no utilizo el negro, uso puro color. Me gusta que el color vibre. Si el color vibra, algo pasa, yo lo veo. La verdad, no sé si otra persona lo ve', detalla.

Y los colores marcan también estados de ánimo, sensaciones, emociones. ‘Algunas de mis pinturas tienen mucha luz; fueron años en que fui muy feliz, todo era fácil, estaba muy contenta. En cambio, los que están relacionados con la invasión son muy oscuros, lo que uno siente es lo que va apareciendo en el lienzo', explica.

Hace muchos años, Calderón empezó a estudiar la relación entre los colores y sus vibraciones. Esos estudios fueron desarrollándose y de allí han surgido infinidad de ideas.

Y, ¿cómo es su obra al día de hoy? ‘Hoy estoy aprendiendo a pintar otra vez', afirma con toda sencillez. ‘Uno no deja de estar aprendiendo. Para mí, cada obra es como un nuevo experimento. Tengo una idea, me planteo cómo se plasma y de repente hago algo que no he hecho en otros cuadros, es experimentar, pero me gusta que siempre haya un reto, quiero ponerme retos en una obra.

EL LIBRO

El trabajo con Mónica Kupfer para esta publicación, lo describe con una sola palabra, ‘estupendo'.

‘A Mónica la admiro mucho y estoy encantada de que haya accedido a hacer este trabajo, confío en ella completamente y le di carta blanca para hacer y decir; ‘lo que tú quieras', declara. ‘Esto no hubiese podido hacerlo sin ella y tampoco sin Elizabeth'.

Según Calderón, Pinzón ‘es muy metódica, sabe lo que está haciendo, conoce lo que es un libro y trabaja muy bien, mira las publicaciones que ha hecho... si vas a hacer un libro te vas a ir con la persona que hace los mejores libros', sostiene.

El proyecto se llevó a cabo en unos seis meses. ‘Fue bastante rápido aunque al principio tomó algo de tiempo ajustar las agendas. Entregué todo lo que tenía: fotografías, obras, en fin, lo que me pidieron y como tengo bastante material, pues Mónica lo trabajó y la verdad es que funcionó muy bien, fue muy fluido'.

Kupfer divide la obra de Coqui Calderón en diversos ciclos que fueron marcados por lugares, gente y hechos, que como en la vida de todo ser humano, generan felicidad, profunda tristeza, indignación y, sobre todo, profundos cuestionamientos, mientras que Olga Sanmartín ahonda en su vida personal, destacando su espíritu transgresor, en tiempos en que como mujer, se hubiese esperado de ella un matrimonio temprano y una profesión ‘formal', en lugar de una vida de artista.

Coqui Calderón tuvo la oportunidad de aprender sobre arte en París, vivir el nacimiento del pop art en Nueva York y recibir la influencia directa de figuras como Andy Warhol y Roy Lichtenstein. También tuvo la oportunidad de asentarse y formar una familia con la que ha vivido momentos muy sosegados y felices así como oscuros y amargos.

Su carrera artística no ha sido su única preocupación profesional. Ha estado vinculada, desde sus inicios al Museo de Arte Contemporáneo y formó parte de su junta directiva hasta hace pocos años, lo que no significa que se haya desligado de él.

‘Lo que está haciendo el museo ahora, me encanta. Toda esta gente que está ahora en la directiva, Graciela (Quelquejeu) y yo las hemos ido escogiendo, tenemos la suerte de haber escogido bien', asegura.

El MAC ha sido objeto de cambios en su organización, administración y estructura. ‘El museo está funcionando muy bien, se está viendo más , a través de las redes sociales, yo estoy contenta con lo que se está haciendo. Lo difícil es conseguir dinero pero hemos tenido suerte y estamos trabajando en conjunto con otras agrupaciones y empresas a manera de colaboración', sostiene.

De 2017 a 2018 fue doblada la cantidad de visitantes. El año pasado se recibieron 20,000 y para este año, la meta es llegar a los 30,000.

NUEVAS GENERACIONES

Sobre la escena artística panameña, Calderón considera que ‘hay muchos jóvenes talentosos, pero encuentro que el trabajo que hacen a veces es muy fácil y a algunos les falta escuela', acota. Sin embargo, no pierde la esperanza de que ese interés genuino por el arte les haga prepararse de una mejor manera.

Mientras tanto, ella no deja de pintar, ni tampoco dejará de exponer. Posterior a la presentación de su libro, se organiza una exposición a manera de retrospectiva que nos hará mirar de forma más contundente y detallada cómo Coqui Calderón ha llevado plenamente una vida de artista.

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