Eres la mezcla de aquellas personas que dejas entrar a tu vida

Debemos aprender la importancia, el valor y el impulso de relacionarnos con personas que nos sumen, que nos ayuden a crecer, que nos reten, y también el valor de quien nos arropa y consuela sin victimizarnos
Hay que elegir rodearnos de personas que suman y no restan.

A la mayoría de los artistas le hacen la siguiente pregunta: “¿De dónde sacas tus ideas?”.

Y es que las nuevas ideas son una mezcla de una o más ideas. Te comparto un ejemplo, si dibujamos dos líneas paralelas en una hoja de papel. ¿Cuántas líneas hay? Está la primera línea, la segunda línea, y una tercera línea de espacio que se forma entre ellas.

Una demostración teórica de esto es la genética. Tienes una madre y un padre, posees cualidades de ambos; eres una mezcla de tu papá, de tu mamá, y de todos tus ancestros.

Así como tenemos una genética familiar, tienes una genética de ideas. En una columna escribí que no puedes escoger a tu familia, pero sí elegir a tus maestros y amigos, la música que escuchas, los libros que lees y películas que ves.

Eres, incluso, la mezcla de aquellas personas que dejas entrar a tu vida, la suma de las influencias que recibes. De hecho, siempre lo digo en mis talleres y conferencias, somos el promedio de las cinco personas con quien más compartimos.

Pasa lo mismo con tus ideas; eres tan bueno como las cosas y personas de las que te rodeas.

He aprendido la importancia, el valor y el impulso de relacionarnos con personas que nos sumen, que nos ayuden a crecer, que nos reten, y también el valor de quien nos arropa y consuela sin victimizarnos.

Por ello, hay que elegir rodearnos de personas que suman y no restan, de personas correctas, sin sombras, de almas nobles, de rostros que no fingen, de palabras que no mienten, de personas que luchan por superar el miedo, de amigos que vienen a tiempo y no cuando tienen tiempo.

¡Hasta la próxima, guerreros!

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