Miradas hospitalarias

Actualizado
  • 10/05/2015 02:00
Creado
  • 10/05/2015 02:00
Con un niño como guía, un fotógrafo se adentró en la cotidianidad de una humilde comunidad bocatoreña

Una de mis grandes aventuras fue llegar a un lugar inesperado donde las miradas y el murmullo de los niños me hacían sentir como si estuviera perdido en el paraíso. Lo único que podía distinguir y escuchar era un susurro que parecía decir: ‘ahí viene un hombre con una cámara'. Así fui recibido en la comunidad de Planta Molde, Changuinola, en la provincia Bocas del Toro.

Me acerqué a un niño para hablarle. Con cautela le pedí que me acompañara a recorrer su comunidad. Luego de caminar junto al pequeño conocí los caminos inhóspitos que recorre para regresar a su casa. Saqué mi cámara para captar las escenas de los baños improvisados y letrinas que se encuentran en condiciones deplorables.

Me topé con unos risueños ojos que me seguían a través de una ventana. Constaté que se trataba de dos doncellas que me regalaban una sonrisa doble.

Acto seguido, arribé a una casa donde otros pequeños jugaban con un perro amarrado. No lejos de ahí, una familia me dejó entrar a su hogar, que se encontraba en un deplorable estado. Lo hicieron con tal familiaridad que me sentí como si los hubiera conocido de toda la vida. Aprovechando la invitación, entré a la habitación principal, encontrando un pequeño que dormía sobre un colchón, bajo la tierna vigilancia de un familiar.

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