Una probadita de Panamá

Actualizado
  • 27/12/2017 01:05
Creado
  • 27/12/2017 01:05
La reconocida diseñadora marroquí llegó nuestro país para visitar las comarcas indígenas y empaparse de su trabajo artesanal

La brisa veraniega llegaba generosa a la terraza donde se ofrecería un almuerzo a la diseñadora marroquí Fadila El Gadi. En la residencia de la familia Young Chízmar, todo estaba dispuesto para la ocasión. Pleno veintitrés de diciembre, el menú sería navideño. Era una atención a la visitante, quien estuvo por una semana en Panamá conociendo las comarcas indígenas para empaparse de su trabajo como artesanas.

‘No había tenido mucho tiempo de salir, esta mañana se fue a caminar al Casco Viejo', nos comentó una de las organizadoras de la gira. Cuando la diseñadora llegó, pudimos observar que no perdió ni un minuto. Guayabera de hilo, con una estola también bordada con alforzas, sombrero Panamá, unas coloridas sandalias y brazaletes emberá. ‘Hoy vine toda panameña', dice antes de entrevistarla. Las artesanías panameñas impresionaron a la marroquí hace dos años. En su primer viaje a Panamá, tuvo la ocasión de conocer la artesanía guna y desde entonces había quedado con ganas de conocer más sobre los trabajos de los diversos grupos étnicos panameños. Tiempo después, en Marruecos, coincidió durante un desfile de modas con la embajadora Gloria Young y su proyecto empezó a tomar forma.

‘Quería regresar para conocer las otras comarcas y organizamos el viaje para tener este primer contacto',

FADILA EL GADI

DISEÑADORA DE MODAS

Aunque el trabajo de El Gadi no es conocido en nuestro país, en otras latitudes la diseñadora es una celebridad. Sus diseños nacen del trabajo que desde niña vio hacer a las bordadoras de Salé. Ella aprendió el arte antes de estudiar diseño en la Escuela de Modas de Rabat. Trabajó con Yves Saint Laurent en Marrakech y creó la marca marroquí que, según publicaciones, es la más exportada. Además de princesas saudíes y marroquíes, Fadila El Gadi ha vestido a iconos del estilo, como Marisa Berenson, Paloma Picasso, Barbara Streisand, Beyoncé y Hillary Clinton.

El Gadi quedó cautivada con las molas guna y se preguntó qué otros trabajos artesanales podría haber en Panamá. Con la embajadora Young se estableció un proyecto de cooperación para conocer no solo las artesanías, sino el trabajo de la mujer indígena y la protección de su patrimonio, en miras de un intercambio cultural. También le resultaría una interesante fuente de inspiración para nuevos diseños. La gira concretó su inicio para el 17 de diciembre y en ella se contó con la colaboración del Ministerio de Comercio e Industrias, la Autoridad de Turismo de Panamá, la Cancillería y el Viceministerio de Asuntos Indigenistas.

‘Quería regresar para conocer las otras comarcas y organizamos el viaje para tener este primer contacto y, de ser posible, establecer una cooperación e intercambio entre los artesanos en Marruecos y las artesanas de Panamá', dice la diseñadora. ‘Me gustó descubrir las diferentes artesanías, he podido conocer el trabajo de otros grupos étnicos y me ha gustado mucho la diversidad de sus trabajos, sobre todo, los bordados, pero también los accesorios como las chaquiras, las cestas tejidas...', asegura.

Sobre lo que ha visto, no ha decidido aun cómo lo plasmará. ‘Todavía todo está muy fresco en mi mente, este viaje me ha inspirado mucho, pero tengo que pensar bien cómo incluir estos elementos en mi trabajo', señala.

Siete días resultan pocos para visitar las comarcas y atender una variedad de reuniones. ‘El viaje ha sido muy corto, los lugares eran muy distantes y el tiempo con las indígenas fue muy corto, no me permitió detallar tanto sus procesos, qué trabajan, cómo confeccionan, pero me gustó mucho el trabajo. Aunque no pude sentarme a conversar largo rato con ellas, me di cuenta que son muy trabajadoras', afirma.

Su gira se complementó con visitas a algunos diseñadores locales y con el ministro de la Autoridad del Turismo de Panamá, Gustavo Him. ‘El ministro se mostró muy entusiasmado con este proyecto que puede llevar a revolucionar la artesanía de Panamá y valorizarla, darle un lugar propio entre las creaciones del mundo contemporáneo; se pueden hacer muchas cosas', cuenta.

Llega la hora del almuerzo, hacemos una pausa para tomar un refrescante saril, comer arroz con guandú, jamón con salsa de saril y torrejitas de bacalao. En un par de horas, Fadila El Gadi estará viajando de vuelta a Marruecos, a trabajar en una pasarela que presentará en Panamá el próximo 12 de abril en el Convento de las Monjas en Panamá Viejo. ‘Una parte de la colección estará influenciada con la artesanía marroquí y me encantaría trabajar algunas piezas con la colaboración de artesanas, tanto de Panamá como de Marruecos, vamos a ver qué pasa, ojalá se pueda hacer', concluye.

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