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- 11/10/2015 02:00
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Es el premio más codiciado desde su creación en 1901. Ganar un Nobel es acercarse, según los expertos de distintos temas, a las máximas de la intelectualidad, ya sea en el campo de la investigación científica o de las humanidades.
Este año no ha sido la excepción en cuanto a sorpresas y sorprendidos, porque si bien hay candidatos, no es hasta el día que el comité organizador sueco abre el sobre que se conoce quién es realmente el ganador en su campo de trabajo.
La serie de cinco premios comenzó la semana pasada en el campo científico, premiándose el avance en materia de investigación de ADN para progresar en tratamientos contra el cáncer.
‘Reparación de ADNE', este es el título de la investigación por lo que el sueco Tomas Lindahl, el estadounidense Paul Modrich y el turco-estadounidense Aziz Sancar fueron galardonados por el Comité Sueco del Nobel.
‘Los tres fueron premiados por haber cartografiado a nivel molecular cómo las células reparan un ADN dañado y preservan la información genética que lo que puede ayudar a desarrollar nuevos tratamientos contra el cáncer', dijo el jurado sueco.
Está vez los laureados dividirán el premio de 950 mil dólares entre tres.
EL PERIODISMO EN LA MIRA DEL NOBEL
Formaba parte de la lista de favoritos en las academias y las casas de apuestas suecas, un pronóstico que se confirmó el jueves pasado cuando se reveló que la ganadora del premio Nobel de Literatura fue la escritora Svetlana Alexiévich, quien presenta sus historias con las características del reportaje periodístico.
Es la primera vez que se reconoce al periodismo, ya que según la academia sueca, ‘ha inventado un nuevo género literario, que supera el formato del periodismo en sí mismo'.
De origen bielorruso, Alexiévich fue galardonada por su trabajo periodístico, ‘un género a caballo entre literatura y periodismo, donde la autora va yuxtaponiendo los testimonios individuales de sus entrevistas, con el que logra llegar al lado más humano de los acontecimientos', así lo definió el jurado que la declaró ganadora del Nobel de literatura.
Las características de su trabajo se pueden ver en sus libros, como La guerra no tiene rostro femenino de 1983, donde a base de entrevistas y monólogos ahonda en el papel de la mujer rusa durante la segunda Guerra Mundial y la postguerra.
Por su libro Pueblo , con monólogos de personas que abandonaron sus lugares de origen, se ganó la fama de periodista disidente, anti-soviética, siendo blanco de críticas negativas por parte del Comité Central de del libro en Bielorrusia.
Investigadora incansable, en Los chicos del zinc de 1989 narró los aspectos penales de la guerra afgano-soviética que se habían ocultado durante 10 años. La recolección del material le tomó una década, recorriendo el país en busca de testimonios de madres y veteranos de guerra.
En Encantado con la muerte de 1993, trató el suicidio como una opción para algunos tras la caída del sistema socialista, una historia que fue llevada al cine con la cinta La cruz .
Y en Voces de Chernóbil de 1997, recopiló 10 años de entrevistas a más de 500 personas que fueron testigos de la tragedia. Una obra que posteriormente fue adaptada al cine a través de un documental dirigido por Pol Chruchten, que se estrenará el próximo año. Ganadora de una decena de premios a nivel nacional e internacional, la autora también ha firmado más de una veintena de guiones de cine y escrito varias obras de teatro.
En una entrevista recogida de su página web , la autora señala que siempre buscó un método literario que permitiera ‘la aproximación más cercana a la vida real. La realidad siempre me ha atraído como un imán, me torturaba e hipnotizaba y quería capturarla en papel'.
Tras la entrega del Nobel de química, de literatura y de la paz, la premiación continúa esta semana, cerrándose el 12 de octubre con el galardón de economía.