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- 03/11/2023 00:00

En redes sociales circula un video de un agente Lince de la Policía Nacional que patea, pisotea y arroja a la basura una bandera de Panamá. La acción, que generó indignación entre los ciudadanos por el sentimiento de respeto hacia los símbolos patrios, podría resultar en la destitución del policía.
La Ley 2 del 23 de enero de 2012, que reforma la Ley 34 de 1949, adopta como símbolos de la nación, la bandera, el himno y el escudo, y reglamenta su uso. Pero, ¿de no existir una norma que regulara el uso de los símbolos patrios, los ciudadanos tendrían el mismo respeto?
“La forma mediante la cual se asumen los valores implícitos en los símbolos patrios son variados. Son banderas de lucha; también, meras formalidades para otros. La profunda crisis en la actual coyuntura muestra lo variado de las identificaciones, al igual que su uso. Nuestra bandera aparece como capas, en gorros, en la vestimenta, como maquillaje, etc. El himno aparece siempre, como parte del ritual en actos de cohesión grupal. Todos estos usos son legítimos”, responde a este medio el sociólogo Enoch Adames.
Para el experto “los símbolos patrios son símbolos de identidad, construyen intersubjetividades de pertenencia. De un 'nosotros' que constituye una colectividad que comparte historia, costumbres y propósitos comunes. En ese sentido, configura emociones, formas de representación y de identificación variadas. Significa que pueden ser practicados de múltiples formas. Sin embargo, la expresión última de defensa y permanencia de los símbolos patrios es el Estado-nacional”.
El sociólogo también explica que “cuando sectores de la sociedad, a través de sus movimientos sociales, se sienten agraviados por acciones u omisiones del Estado o grupos de poder, recurren a los símbolos patrios. Es la bandera, el escudo y el himno nacional los que aparecen como los emblemas de afirmación del grupo y de legitimidad de sus luchas. Es lo que vemos hoy, en las multitudinarias movilizaciones contra el contrato ley, y por un desarrollo de país sin minería”.
Para el historiador Rommel Escarreola, la ley “lo que hace es reglamentar el uso de los símbolos en una forma correcta y protege, en cierta forma, su identidad y la memoria histórica. Hay países desarrollados que tienen leyes más rígidas que esta, y no la conocen o no la respetan”.
Escarreola añade que “en Panamá no se prohíbe usar la bandera, lo que sí hay es una reglamentación en cuanto a los colores, el diseño y dónde la vas a utilizar. ¿La puedes utilizar en tu casa? Sí. ¿La puedes utilizar en tu almacén? Sí. Pero lo que no puedes hacer es vender un carro y ponerla como si estuvieras vendiendo la bandera también. Eso no es correcto”.
En cuanto al himno nacional, el historiador destaca que es “un himno marcial, de guerra, que tiene un compás de cuatro por cuatro, y en ocasiones han cambiado el ritmo, entonces le quitan la esencia, lo que nos identifica”.
De no haber ley, “sí existiera el mismo respeto por los símbolos patrios”, afirma Escarreola. Rememora que Panamá tuvo un “enfrentamiento con las tropas norteamericanas en 1964. Muchachos de 17 años se enfrentaron con el ejército más poderoso del mundo, porque no querían izar la bandera panameña. Así que no, no creo que se pierda. [Si no hubiese ley] se crearía es una confusión de cómo utilizarlos”.
El sociólogo Adames opina que “la regulación de los símbolos patrios solo debe preservar su diseño o forma simbólica, como manifestación material de valores sustantivos de pertenencia e identidad. Con todo, la manera mediante la cual se asume, se incorpora o practica la identificación con los símbolos de la patria, está en directa relación con la pluralidad étnica cultural, al sentido de pertenencia y a la forma mediante los símbolos dan espacio de pertenencia en la nación, como pluralidad colectiva”.