Con el sentimiento y el ritmo del Caribe

  • 25/07/2015 02:00
El tema del origen de la salsa, medio siglo después, continúa siendo una constante en el debate entre músicos y melómanos

El primer disco lanzado por el sello Fania fue El cañonazo , una producción de Pacheco que data de 1964 y que tuvo al frente a quien luego fue su cantante principal por muchos años, el puertorriqueño Pete ‘El Conde' Rodríguez.

Sin embargo, según explica a Efe el historiador boricua Hiram Guadalupe Pérez, ‘antes de esa producción ya habían surgido canciones con sonidos y rítmicas de la vertiente salsera, aunque sin que nadie aún las encasillara en un mismo género'.

‘La salsa es un movimiento híbrido, que tiene componentes, tanto de la música cubana como puertorriqueña, y que se funden en una nueva expresión sonora. El tema del origen de la salsa, medio siglo después, continúa siendo una constante en el debate entre músicos y melómanos', opina Guadalupe Pérez.

Guadalupe, autor del libro Historia de la salsa (2005), recalca que en los inicios de la salsa ‘lo que hubo fue una rítmica con muchas tendencias, que cada músico adoptó a su manera y con las que fueron formando sus identidades sonoras'.

Menciona como ejemplo de ello a Willie Colón, nacido en Nueva York de padres puertorriqueños, y quien junto al puertorriqueño Héctor Lavoe, y después al panameño Rubén Blades, formó algunos de los dúos más sobresalientes de la salsa en la década de 1960 y 1970.

‘Willie se escuchaba diferente a otros músicos de su época pues estuvo influenciado por la plena del boricua Mon Rivera', sostiene Guadalupe, también sociólogo y periodista.

Rivera (1925-1978), quien se destacó como trombonista al igual que el propio Willie Colón, fue uno de los pioneros de la plena que, junto a la bomba, son ritmos autóctonos de Puerto Rico con raíces africanas.

‘Tratar de atribuirle a la salsa una paternidad es divisorio pues, además, le resta importancia a la diversidad del Caribe, que también se destaca por una historia marcada por la migración', señala Guadalupe, quien asegura que ‘los protagonistas más importantes y significativos de la salsa fueron y siguen siendo puertorriqueños'.

Además de Valentín, Rodríguez, Colón y Lavoe, otros legendarios puertorriqueños que se han destacado como salseros han sido Tito Rodríguez, Ismael Rivera, Tito Puente, Eddie Palmieri, Cheo Feliciano, Roberto Roena, Andy Montañez, Eddie Montalvo o Adalberto Santiago, entre otros muchos.

LAS ESTRELLAS DE LA FANIA

Algunos de estos, además, formaron parte de la Estrellas de la Fania, considerada por muchos seguidores del género como la máxima orquesta de salsa en la historia, ya que por ella pasaron los principales integrantes del sello Fania.

Otros artistas que destacaron en las Estrellas de la Fania, dirigida por Pacheco, fueron Ray Barreto, Yomo Toro, Rubén Blades, Papo Lucca, Larry Harlow, Reynaldo Jorge, Celia Cruz e Ismael Miranda.

Esa agrupación, además, rompió los esquemas y fronteras musicales latinoamericanas cuando, en 1974, se presentó ante 80 mil espectadores en el estadio Statu Hai en Kinshasa (Zaire) con una presentación que luego se incluyó en la película Live in Africa .

‘Yo siempre he entendido a las Estrellas de la Fania como un grupo legendario, al igual que Los Beatles o Los Rolling Stones. Sin duda alguna, las Estrellas ha sido la agrupación más grande de la salsa', destaca Valentín.

Añade que la legendaria orquesta, no se destacó solo por su música y sus integrantes, sino también porque cada uno de sus miembros lucía una vestimenta bastante llamativa y eso los hizo únicos, sobresaliendo entre el resto de las orquestas que se multiplicaban por aquella época, entre ellas otras también míticas como El Gran Combo de Puerto Rico o la Sonora Ponceña.

No obstante, algunos de los legendarios músicos de las Estrellas de la Fania que arrancaron sus carreras previo a que el género de la salsa fuera bautizado de esta manera, critican dicho término que Pacheco y Masucci comercializaron en la década de 1960.

‘La palabra salsa no existe. Esa palabra es una falta de respeto. Esto es música afrocaribeña cuya vertiente agarró y crearon también Tito Puente, Tito Rodríguez, Machito, entre otros', afirma por ejemplo en una entrevista con Efe el veterano pianista de origen neoyorquino Eddie Palmieri.

‘De la rumba sale el guaguancó. Después está el danzón, ... y todos tienen su propio nombre', añade Palmieri que, aunque nació en la ciudad de los rascacielos el 15 de diciembre de 1936, es de origen puertorriqueño y de ascendencia corsa.

En ese sentido, recuerda que Tito Puente dijo en una ocasión: ‘I put salsa on my spaghetti', para desmarcarse así ante una pregunta sobre el género.

El racismo, la emigración de cubanos, dominicanos y puertorriqueños a Estados Unidos o el consumo de drogas fueron algunas de las temáticas con las cuales la salsa comenzó a infiltrarse entre los jóvenes que entonces la bailaban en clubes de Nueva York y Puerto Rico.

NUEVAS GENERACIONES

Poco a poco, una nueva generación de músicos fue sustituyendo a las orquestas de Tito Puente, Tito Rodríguez y Machito y la de los hermanos Charlie y Eddie Palmieri, que se convirtieron en los ‘platos fuertes' de los clubes Palladium y Copacabana de Nueva York durante las décadas de los 50 y 60.

Todos estos músicos forman parte de una generación que los seguidores del género conocen como ‘la salsa gorda' o ‘salsa de la mata', o sea, de la raíz.

No obstante, en la década de los ochenta, arribó la llamada ‘salsa romántica' con cantantes como Eddie Santiago, Lalo Rodríguez, Gilberto Santa Rosa y Frankie Ruiz, quienes se dedicaron a interpretar temas de índole romántico, de desamor e incluso sexuales.

Valentín admite a Efe que, aunque no esté de acuerdo con que la mezcla de ritmos se haya reducido a la ‘salsa', él mismo se ha acostumbrado a llamarla de esta manera.

‘Antes me gustaba más porque la gente te pedía para tocar un cha cha chá, una guaracha, un son montuno o un guaguancó y uno lo tocaba, pero ahora la gente solo conoce todo eso como salsa', lamenta el llamado ‘Rey del bajo', quien en su orquesta ha tenido de cantante al mítico Cano Estremera.

Valentín afirma que ‘por un lado es bueno' que al género se le conozca solamente como salsa ‘porque es más fácil de identificar', pero defiende que los verdaderos seguidores ‘deberían saber qué es esto o aquello'.

‘A mí me gustaba más llamarlo por su nombre, pero venía una nueva generación y se decidió a distinguirlo de esa manera', sostiene Valentín, quien confiesa que de todos estos géneros su favorito es la guaracha, seguido del son montuno y el guaguancó.

Valentín confiesa que jamás pensó que la salsa pudiera llegar a tener tantos seguidores a nivel mundial y no oculta su sorpresa al darse cuenta de que las actuales agrupaciones de salsa se presentan en países en los que el español no es el principal idioma.

Guadalupe, por su parte, afirma que el arraigo que ha tenido la salsa por medio siglo es porque nunca se ha considerado como ‘una moda, sino más como un movimiento musical que logró identificar e identificarse con los sentimientos y aspiraciones de más de una generación de latinoamericanos y caribeños'.

‘El movimiento bailable que significa la salsa es, además, bien importante para su pertinencia histórica, porque, ante todo, los caribeños somos bien bailables', afirma.

‘Cierto es que este género ha tenido momentos de altas y bajas en el mercado, pero se ha sostenido vigente gracias a nuevas generaciones de seguidores y músicos que la mantienen y siguen reviviéndola', apuntó.

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‘Siempre he entendido a las Estrellas de la Fania como un grupo legendario, al igual que Los Beatles o Los Rolling Stones. Ha sido la agrupación más grande de la salsa'

BOBBY VALENTÍN

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