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La Tierra: madre de todas las madres
- 22/04/2022 00:00
- 22/04/2022 00:00
Los datos del reloj molecular genético y muchos estudios científicos recientes revelan que hay rastros de vida en el planeta Tierra desde hace unos 4.250 millones de años, en el período Hadeano de la Era Precámbrica. Así el “árbol de la vida” de Darwin en su libro el Origen de las especies de 1859, tiene raíces más profundas en la historia de la vida en este planeta de lo que se pensaba.
Por su parte, la exploración espacial no ha encontrado, hasta la fecha, rastros de vida de ningún tipo en el sistema solar conocido y tampoco más allá, a pesar de usar poderosos radiotelescopios y telescopios que auscultan el vasto y hasta ahora infinito espacio sideral. Esto nos lleva a valorar con mayor fuerza como seres humanos la trascendencia de la vida como enigma de su origen y evolución, hasta su existencia actual.
Esa característica que tiene la especie humana con respecto al resto de las especies y con la inteligencia que tiene se ha podido autorreconocer dentro de los sistemas vivientes del planeta, tanto como especie como engranaje de los ecosistemas.
Lo lamentable es que esa gran inteligencia parece haber llegado a una cúspide de conocimiento y de sabiduría, que no estamos usando para proteger nuestro planeta y ello nos está llevando como un todo a una crisis ambiental desproporcionada, que puede conducirnos a un final no deseado. Es una contradicción que el ente biológico más evolucionado del planeta sea el propio destructor del hábitat que le da la vida.
La vida, como manifestación organizada de la materia, es invaluable por su enorme magnitud de millones de años de existencia y presencia actual única en la Tierra, en el universo que hemos explorado, lo que nos hace comprometernos por salvaguardar esa magia del planeta con diferentes estrategias de educación, sensibilización y gestiones ambientales en todas las escalas y escenarios de las actividades humanas.
Hoy es el Día Internacional de la Madre Tierra, que es un esfuerzo internacional para comprometernos como individuos o actores sociales para actuar siempre a favor de la integridad ambiental del planeta. Esto implica la conservación de la biosfera que contiene todos los elementos vivos, físicos y químicos que requiere cualquier organismo para seguir siendo parte de este planeta. La calidad de vida humana depende de la integridad ecológica del planeta.
El Día Mundial de la Tierra es una oportunidad para sensibilizar a nuestra gente, a nuestros niños y adolescentes, a la gente joven y a todos los adultos, acerca de la magia de la vida de este planeta, del cual somos parte indiscutible.
Quizá conociendo y comprendiendo las profundidades de la vida, su origen, su historia natural y su evolución en el tiempo hasta nuestros días, podemos tocar las fibras de la conciencia colectiva que nos lleve a rescatar el planeta, usando nuestra inteligencia, nuestra ética y nuestra ciencia y tecnología para este noble fin.
Todo humano que conozca con profundidad la larga historia de miles de millones de años de existencia de formas de vida en la Tierra, de seguro será capaz de dimensionar el compromiso que tiene de no destruir lo que ha legado la propia Tierra y las generaciones humanas previas que no destruyeron todo.
Que haya armonía con la naturaleza y la biodiversidad es lo que solicita la Organización de Naciones Unidas (ONU) para 2022, invirtiendo esfuerzo, dedicación y amor, a la madre de todas las madres, la madre Tierra.
El autor es presidente de Proyecto Primates Panamá y profesor de biología de la Universidad de Panamá.