'Turning Red', un viaje a través de la adolescencia y la música

Actualizado
  • 10/03/2022 00:00
Creado
  • 10/03/2022 00:00
En una conversación con 'La Estrella de Panamá', la supervisora de efectos visuales Danielle Feinberg contó sobre la esencia de la cinta y su visión acerca de la adolescencia y la expresividad en color
La cinta dirigida por Domee Shi estrenará directamente en Disney Plus, siendo la tercera de Pixar en obviar los cines.

El próximo 11 de marzo la nueva cinta de Disney Pixar y de la directora Domee Shi, Turning Red (2022) se estrenará globalmente en la plataforma de streaming Disney Plus –es la tercera cinta de Pixar en saltar su estreno en cines–, introduciendo al mundo cinematográfico de Disney a Mei Lee (interpretada por Rosalie Chiang), una adolescente de 13 años que busca hacerse su propio camino a través de las tendencias del mundo asiático-canadiense junto a sus tres mejores amigas.

El cambio trascendental en la vida de Mei llega cuando una mañana despierta convertida en un gran oso panda rojo. Desde ese momento, Mei descubre que sus cambios de humor pueden convertirla de forma involuntaria en este animal y se hace urgente encontrar la manera de controlarlo y aprender a confiar en sí misma, sobreponerse a los miedos y disfrutar de su juventud.

La cinta contiene una variedad de símbolos de la cultura pop asiática, así como la nostalgia de la juventud en la década de 1990 en Canadá y Estados Unidos. Los matices que rodean a los personajes asemejan el arte japonés, mientras que hace un tributo a la música pop coreana (o k-pop, como mejor se conoce), como pilares del crecimiento y descubrimiento personal de los adolescentes. Esto junto con vibrantes colores, texturas y movimientos que destacan la diversidad de estilos que ha volcado Pixar en esta cinta.

“Queremos explorar los matices de las relaciones entre padres e hijos asiáticos, cómo lidiar con el cambio y todo el conflicto intergeneracional da forma a quiénes somos en el futuro”, comentó en una conferencia de prensa la directora Domee Shi.

El uso de colores vibrantes resalta la era adolescente de las 'boy bands' en Canadá durante los años de 2000.

“Cuando presenté la película por primera vez, realmente quería que se sintiera diferente a cualquier otra película de Pixar que hayamos visto antes”, dijo, “esta va a ser la primera protagonista adolescente contemporánea de Pixar y realmente quería que el mundo reflejara su personaje: colorido, lindo, audaz, y con un efecto de sorpresa, tal como es Mei”.

Bajo el término “sueño de fiebre preadolescente asiática”, Shi indicó la dirección en la que quiso llevar la cinta, dentro de un “fondo divertido y específico para contar esta historia de la adolescencia”; por esto se tomó la decisión de ambientarla en Toronto, Canadá, a principios de la década de 2000.

En una conversación con La Estrella de Panamá, la primera supervisora de efectos visuales de Pixar Danielle Feinberg, quien también ha trabajado en los efectos especiales e iluminación de cintas como Toy Story 2, Los íncreíbles, Wall-E, Buscando a Nemo y Valiente, conversó sobre la importancia de mostrar a Mei, sus amigas, su entorno y su familia como entes que “coexisten en pro unos de los otros”, así como el papel que desempeña la iluminación y el color en la narrativa de una película.

¿Qué le atrajo del trabajo de iluminación en el cine?

Escogí la iluminación por la misma razón que otras personas escogen otros departamentos: porque para mí ahí ocurre la magia. Para los animadores, traer los personajes a la vida es lo que les apasiona, así que como supervisora de efectos visuales me encargo de traer el equipo necesario para que nuestros iluminadores puedan desbordar de creatividad y desafiar los límites en cada proyecto. Así ellos pueden traer belleza, nuevos looks e innovación a cada paso del trabajo en el que se desarrollan. Otra parte del trabajo es coordinar a las personas para llegar todos juntos a un punto mucho mejor. Cuando estás en una esquina, solo, y lo haces bien, todo funciona de forma autómática; pero no se compara al tener la conexión colaborativa con otras personas de otros departamentos.

Danielle Feinberg se convirtió en la primera mujer Supervisora de Efectos Visuales en Pixar en más de 20 años.
¿Cuál es el proceso de crear una cinta y dónde entra la iluminación?

Para Turning Red sabíamos que Domee [Shi] quería traer un look nuevo, algo vibrante y novedoso en la línea de cintas de Pixar, por lo que empezamos a trabajar para traer a la mesa lo mejor que pudiéramos hacer, explotando las luces cálidas y frías que ya manejamos, pero también apoyándonos en otros departamentos para conocer realmente qué le convenía a la visión de Domee para la cinta. En la cinta trabajamos alrededor de 250 personas, con 12 departamentos involucrados. Desde arte, personajes, diseño, editorial y animación se encargaron en todo momento de empezar con las primeras vistas de la película. En animación comenzamos con las pruebas de cabello, pelaje y telas, para luego agregar a las multitudes de fondo. Luego de que se unen los personajes principales con los fondos, entramos los departamentos de iluminación, efectos visuales y después se envía al departamento de renderización para que se produzca la imagen final que se envía a las salas de cine. Esta nueva forma de trabajo colectivo y en tiempo real nos ha ayudado a crear una experiencia de mayor productividad y confianza, además de diversión.

En este trabajo colectivo, ¿cuál fue el mayor reto dentro de la producción?

Uno de los trabajos más difíciles fue el de simulación de cabello, texturas y telas. Al principio pensamos: “Bueno, haremos una cinta sobre amigas adolescentes y una de ellas se convierte en un panda rojo, por lo que hay que mover su pelaje”, pero al llegar al momento de hacerlo, nos dimos cuenta en las investigaciones que las adolescentes se abrazan mucho (risas), y que la mamá de Mei la estaría tocando muchas veces, arreglando su ropa, tocando su cabello, abrazándola, etc. Entonces nuestro equipo de simulación estuvo pendiente en cada toma de crear el movimiento correcto para cada acción de todos los personajes, tanto de sus cabellos, ropas, dirección de la mirada, el pelaje del panda, la mueblería, entre otros.

Para Shi, la cinta ahonda en el impacto de los estereotipos de familias asiáticas en las nuevas generaciones.
¿A qué retos se ha enfrentado ahora que es la primera mujer en dirigir el departamento de efectos visuales en Pixar en 20 años? ¿Qué ha aprendido desde su primera película?

Primeramente estoy muy agradecida de trabajar en Pixar, porque a lo largo de mi carrera he tenido mucho apoyo por parte de los hombres que trabajan conmigo. Uno de los mayores retos al tomar esta posición fue venir de Iluminación, un campo considerablemente menos técnico –aunque trabajamos con mucha tecnología– y tener un trasfondo de licenciatura en ciencia computacional, lo que hizo que fuera aún más notable el cambio de campo y el proceso de ajuste. Además, fue un proceso lleno de apoyo por otros supervisores que sostuvieron el cargo anteriormente y con quienes he podido contar innumerables veces. Algo que tuve que aprender fue cómo llegar a pasar de ser una persona más en la habitación, a ser la persona en mando y dirigir la conversación para comunicar de la mejor manera los procesos y trabajos que mis equipos llevarían a cabo. Esto me permitió realizar los cambios que había notado que eran necesarios en otras películas –como patrocinar un trabajo más colectivo entre departamentos– y entenderme mejor con mis colegas; ha sido un viaje divertido y muy impactante.

En cuanto a la combinación de luces, texturas y colores en la cinta, ¿qué reto significó unirlos para crear algo nostálgico?

El primer reto fue recordar (risas). Recordar cómo se veía el inicio de la década de 2000 en Canadá, en Estados Unidos y en Asia. Las décadas de 1970 y 1980 son tan específicas y cuentan con una paleta de color clara en la memoria colectiva, que son mucho más sencillas, pero para este periodo tuvimos que apoyarnos mucho en Domee, en su vida adolescente como asiática en Canadá y en la cultura pop que empezó a desarrollarse en este tiempo. En cuanto al color, esta cinta tiene el esquema de colores mejor orquestado que haya visto antes en cualquier película de Pixar. Nos preocupamos mucho porque el color sea un pilar y describa las emociones y personalidades de los personajes; por eso el cuarto de Mei es verde, y su ropa cambia de color, los accesorios y demás. Investigamos mucho para apoyarnos en ideas de la década, pero al final fue principalmente un trabajo de comunicación sobre cómo el color ayuda a construir el mundo alrededor de Mei.

Como mentora de jóvenes interesadas en la tecnología, ¿considera que aún existen retos para ellas en esta industria?

Las cosas han mejorado significativamente, pero aún queda mucho camino por recorrer. Cuando empecé a aconsejar a otras jóvenes, cerca de 2003, empecé haciendo conversatorios pequeños sobre matemáticas, computación y ciencia en campus universitarios. En ese tiempo la audiencia de chicas y de apoyo de fondos para ellas era diferente, pero ahora veo incluso el cambio de aceptación en la aplicación para ingresar a Pixar. Soy la primera mujer en supervisar un departamento en Pixar, pero ahora hay otras tres mujeres aparte de mí. Cuando empecé mis clases de ciencias computacionales había solo un 10% de mujeres anotadas, y te hacía sentir como si no pertenecieras ahí porque no había otras en quien apoyarte, pero actualmente ya no es así, el número ha aumentado mucho. No es algo que se solucione con solo chasquear los dedos, pero vamos en el camino correcto.

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