El presidente José Raúl Mulino reiteró la mañana de este jueves 19 de junio en su conferencia matutina que no sancionará una reforma a la Ley No. 462
- 16/03/2010 01:00
N icolás del Sol, estudiante de kinder en el colegio Nueva Granada, fue uno de los tantos niños que se conmovieron con la tragedia de Haití. En su colegio recogieron comida para ayudar a los damnificados e hicieron simulacros para que los alumnos supieran qué hacer si algo parecido llegara a suceder en Colombia. Pero justo cuando ya estaba un poco recuperado de esta noticia, Nicolás volvió a inquietarse con el terremoto de Chile. Karina, su mamá, cuenta que el niño le preguntó aterrado si los movimientos telúricos iban de país en país causando muerte y destrucción en cadena y si había una forma de evitarlos. No sabía qué contestar. “Le dije que no y por eso el domingo me acompañó a misa para rezar porque algo así nunca sucediera aquí”.
Muchos padres están en la misma situación que Karina. No saben qué hacer ni qué contestar cuando los niños preguntan acerca de los desastres naturales. Por ejemplo, Nicolás no puede escuchar el sonido de una sirena sin exaltarse. “Me asustan todas las alarmas porque puede ser un terremoto”, le dijo el niño de 6 años a SEMANA. La preocupación sobre el tema es mundial, al punto que UNICEF, la entidad de Naciones Unidas que se encarga de la infancia, emitió un comunicado a raíz de lo sucedido en Haití en el que aconseja a los padres cómo actuar en estos casos. El objetivo principal, según el organismo, es darle seguridad al niño, algo que no resulta fácil si se tiene en cuenta que estos cataclismos pueden ocurrir en cualquier momento sin previo aviso. Sin embargo, lo que sí se puede controlar es la exposición del niño a los medios de comunicación, en especial si se trata de menores de 10 años o si son más sensibles al miedo.
“A esta edad ellos no son capaces de hacer una diferencia entre las imágenes del televisor y su propia percepción de la realidad”, dice el informe de UNICEF. La siquiatra Anita Gurian, de la Universidad de Nueva York, señala que cuando los niños ven una y otra vez es++++tas escenas dramáticas llegan a creer que los desastres están pasando muy a menudo y no que se trata de una repetición. Pero en caso de que los papás no puedan o no consideren pertinente ocultar a los niños estos hechos, UNICEF recomienda que estén junto a ellos durante el noticiero o mientras leen las noticias en la prensa escrita y propicien un diálogo honesto para saber qué tanto les han impactado las imágenes de la tragedia. "No obstante, si el niño no quiere hablar, no insista", señala Gurian. También es conveniente que las respuestas sean sencillas y escuetas y nunca dar más información de la que el niño está pidiendo. Annie de Acevedo, sicóloga del colegio Nueva Granada, tampoco es partidaria de que los niños más pequeños vean estas imágenes, y sólo lo recomienda cuando están muy interesados en el tema, lo que sucede por lo general con los mayores de 8 años. Pero antes que nada, señala que son los padres los primeros que deben calmarse pues los niños tienden a adoptar las mismas reacciones de los adultos a su alrededor.
Otra recomendación es siempre decirles la verdad, pues mentir sólo minaría la confianza de los niños hacia sus papás. La información, no obstante, no debe ser negativa. Aunque hay que decirles que entienden su preocupación, "también se les debe hablar sobre la posibilidad de que un evento así no llegue a ocurrir y, si sucediera, es necesario mencionar todas las medidas de seguridad que se toman para evitar consecuencias graves, entre esas las construcciones antisísmicas", dice la experta. ©PUBLICACIONES SEMANA