‘El Después’, un conmovedor retrato de la pérdida y cómo sobrevivirla

Actualizado
  • 08/02/2024 00:00
Creado
  • 07/02/2024 15:11
El fotógrafo inglés, Misan Harriman, hace su debut con este cortometraje que refleja el dolor inconmensurable de la pérdida y lo difícil de ver a la desesperanza a la cara. El corto ahora compite por Mejor Cortometraje de Acción en Vivo en los Premios Óscar de este año

Despertar día tras días luego de haber sufrido una gran pérdida, es despertar para luchar, para no olvidar, para llorar y para sobrevivir hasta que un nuevo día llegue. La desesperanza se ciñe a medida que el tiempo pasa y la ausencia se hace incontenible, hasta el momento en que vemos el dolor a la cara y lo abrazamos hasta convertirlo en nostalgia. En esto se centra el cortometraje debut del fotógrafo británico Misan Harriman, El Después, el cual se encuentra dentro del catálogo de Netflix.

Compitiendo por llevarse la estatuilla a Mejor Cortometraje de Acción en Vivo dentro de los nominados de los Premios Óscar de este año, que se celebrarán el próximo 10 de marzo, Harriman encomienda a David Oyelowo (Selma, Silo) la vida de Dayo, un padre y esposo tradicional, embarcado en una carrera que le demanda mayor tiempo del que quisiera, pero abrazado por una familia generosa. En un abrir y cerrar de ojos, la vida de Dayo se vuelca y se ve obligado a enfrentar el después a bordo de un auto, mientras lleva a pasajeros de un lugar a otro en una ciudad ajetreada.

El guion, escrito por John Julius Schwabach, hace un balance delicado entre diálogos y silencios, momentos especiales de remembranza y de arrepentimiento. En los primeros minutos vemos a la familia feliz en medio de un día precioso, pero al siguiente hay un efecto dominó, en el cual no solo Dayo es afectado, sino su entorno y su realidad. A bordo de su auto —algo parecido a ser chofer de Uber— Dayo se ve forzado a escuchar cientos de historias cada día, algunas felices, algunas que hacen eco a su propia pérdida y otras que nos dejan reflexionando incluso cuántas veces hemos saber a los conductores nuestros problemas y quizás cuantos de ellos empatizan con nosotros.

En un dualidad entre conductor y pasajero, vemos las diferentes emociones cruzar por el rostro de Dayo, desde la desesperación, la tristeza, la agridulce alegría de sus recuerdos y el tormento del presente. Entre viajes, Dayo escucha una y otra vez los últimos mensajes de voz dejados por su fallecida esposa e hija, una práctica que no parece mejorar su estado emocional ni alejar a los fantasmas que aparecen con cada pareja que sube a su auto.

Harriman nos acerca con delicadeza y luego como un choque rápido a la realidad de la pérdida y los momentos en los que esta pesa más que el momento en que se dio. El Después actúa como una carta de esperanza para aquellos que lo sufrieron y lo siguen sufriendo día a día, como una especie de recuerdo de que el final del camino aún no llega para ellos.

Uno de los momentos destacables sigue a Dayo mientras lleva a una pareja en el asiento trasero. Vemos cómo se divierte ante las simples complicaciones de la edad mayor adulta, pero un momento sombrío se cierne sobre ellos al recordar su propia pérdida; un despertar para Dayo, quien pareciera sumarse al dolor de sus pasajeros con el propio en un esfuerzo de empatizar, pero también poner en descanso sus propios demonios para respetar la memoria de otros.

En los silencios de Dayo hay muchas expresiones de comprensión, vistazos sencillos en la fotografía de Harriman, quien se mantiene en su rostro, capturando cada línea y cada cambio de emociones que danzan en sus ojos. Oyelowo arrasa con una actuación cautivante y cargada de realismo, llegando al clímax en el momento en que la tristeza se convierte en llanto y gemidos, pero también en liberación y fuerzas para seguir enfrentado lo que se avecine.

El Después nos deja la reflexión de cómo hacer frente al dolor propio y al dolor ajeno, si somos capaces de percibir cuándo alguien más necesita esa mano amiga, ese abrazo de consuelo o lágrimas de solidaridad. Después de la tragedia quedan los restos de la ausencia y la supervivencia a ella, y parece que Harriman nos pregunta: ¿Qué tan capaces somos de resistir y seguir adelante?

Harriman se enfrenta a los cortometrajes La maravillosa historia de Henry Sugar (Wes Anderson), Red, White and Blue (Nazrin Choudhury), Knight of the Fortune (Lasse Lyskjær Noer), e Invincible (Vincent René Lortie) por la estatuilla a Mejor Cortometraje en Acción Viva en los Premios Óscar de 2024.

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