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- 23/06/2015 02:01
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Mañana se cumplen 80 años de la trágica muerte de Carlos Gardel en un accidente aéreo en Medellín. A raíz de este evento, sin embargo, en la ciudad colombiana se venera como un mito al cantante.
José ‘Chepe' Rúa tiene claro ese suceso ocurrido el 24 de junio de 1935, y lo evoca durante el Primer Encuentro de Tangueros Gardelianos, evento con el que se inició en Medellín la conmemoración del fallecimiento de ‘El zorzal criollo'.
‘Gardel murió en Medellín para hacer grande el tango', afirma Rúa, vicepresidente del Club Amigos del Tango, recordando que antes de la muerte de Gardel, la ciudad ya había sido contagiada por este género, por las películas Melodía de Arrabal y Las luces de Buenos Aires que se proyectaron en el Circo-Teatro España.
‘Cuando presentaban esas películas y Gardel interpretaba algún tema, el público hacía repetir la canción', relata Francisco Duque, presidente de la Academia Colombiana del Tango.
‘Está íntimamente ligada la ciudad con la muerte de Gardel y el tango. Pero fue en esos sitios, que se llenaron de tango por los discos que nos llegaron, donde todos aprendimos', afirma Duque refiriéndose a bares como Triana, Tangolandia, Tango Bar, Tamariz, La Gallola y La Costa Argentina, entre otros.
Pero si de escenarios influyentes se trata, el Patio del Tango tiene reservado un lugar especial desde su creación en 1958.
En El Patio convergen músicos y bailarines, y el tango es la mejor excusa para unir una imagen de Gardel con las banderas de Argentina y Colombia en un espectáculo que comienza con la canción ‘Lágrimas de sangre'.
‘No es un show de turismo. Le damos a la gente... Tangos que conocen desde siempre', explica el cantante argentino Edgardo Martelli, director musical del lugar.
Fue el desaparecido Aníbal Moncada, un carnicero que se convirtió en cantante y que idolatró a Gardel, el fundador de este bar-restaurante de música de arrabal, en el que se presentaron artistas de la talla de Aníbal Troilo.
‘El maestro Aníbal es la figura más representativa del tango en Medellín. Es el único cantante colombiano que trabajó en Buenos Aires. El Patio que él creó tenía alma y trajo a las grandes figuras', comenta José Gabriel Álvarez, director de la Escuela Mayor del Tango Vincent van Gogh.
Álvarez enseña a bailar tango a ‘niños en situación de vulnerabilidad y a víctimas de la violencia'.
En este espacio, la prioridad no son los grandes montajes ni las estrellas. ‘Acá no manejamos el tango show. Es algo muy humano y social', detalla.
En el noroeste de Medellín está Manrique, considerado el barrio más tanguero de la ciudad, lleno de homenajes al artista.
El más significativo es el Museo Casa Gardeliana, fundado por el argentino Leonardo Nieto en 1973, que se convirtió en símbolo de la pasión por el tango que se respira en Medellín.
‘Don Leonardo tuvo la visión de convertir a Medellín en una de las ciudades tangueras más reconocidas del mundo con la Casa Gardeliana, la creación del Festival de Tango y de las Tangovías. En esa época se cerraban las calles y montaban escenarios para que las parejas bailaran y los artistas se presentaran', cuenta el coordinador del Museo Casa Gardeliana, Mario Patiño.
Para este aniversario de la muerte de Gardel y el IX Festival Internacional de Tango, la Casa Gardeliana inauguró la exposición ‘Gardel: un ídolo, dos historias' para hablar de las dos supuestas nacionalidades del artista que convirtió a Medellín con su trágico fallecimiento en capital colombiana del tango.