Huecos, baches o alcantarillas sin tapa ponen en riesgo a los conductores que transitan por las deterioradas carreteras de Panamá, bajo lupa con una nueva...
- 10/10/2014 02:00
La historia de Drácula tuvo tantas versiones cinematográficas, y muchas de ellas tan buenas y diferentes, que podría decirse que hay Drácula para todos los gustos. Lo podemos encontrar en versión de alma torturada, de vampiro superpoderoso, de animal feroz, de villano romántico y hasta de monstruo desgraciado.
Entre todas esas versiones, sin embargo, la de Francis Ford Coppola, de 1992, tuvo algo particular. Más allá de hacer una reinterpretación de la historia bastante libre y construir una estética como pocas, dedicó los primeros minutos de cinta a contar el inicio de la maldición del vampiro creado por Bram Stoker en 1897.
Fue una suerte de prólogo que mostraba un Drácula humano, un príncipe de las tieneblas que en algún momento había tenido buen corazón. Esa es la base desde la cual partieron los guionistas debutantes Matt Sazama y Burk Sharpless, y que llevó adelante desde la dirección el también debutante Gary Shore, para hacer la película que esta semana se estrena en los cines.
Drácula: la leyenda jamás contada -así es el título de la película- es justamente ese prólogo convertido en largometraje. Aunque esto no significa que se relacione demasiado con la adaptación de Coppola. Se encuentra lejos de ella en lo estético y también en lo narrativo, ya que no utiliza una sola línea del libro original, con excepción del título y algunas ideas y nombres de personajes.
Ya no veremos tumbas ni espejos que no reflejan, ni tampoco a personajes como el profesor Abraham Van Helsing, el abogado inglés Jonathan Harker o el loco come insectos de Renfield.
Esta nueva película, que llega como una suerte de precuela, se centra en el siglo XV y cuenta la historia, real e imaginaria al mismo tiempo, de Vlad Tepes, el príncipe de Valaquia (hoy Rumania del sur) en el cual Bram Stoker se inspiró, según se dice, para dar origen al mítico personaje de Drácula.