¿El final del principio?

PANAMÁ. Cuando terminó la primera parte de Harry Potter y las reliquias de la muerte, comentaban unos adolescentes al salir eufóricos de...

PANAMÁ. Cuando terminó la primera parte de Harry Potter y las reliquias de la muerte, comentaban unos adolescentes al salir eufóricos del cine que ‘tendríamos que esperar mucho para ver cómo Voldemort, esgrimiendo la Varita de Saúco, cae víctima de su maldición asesina’.

Realmente —les contestaba— no hay que dejar pasar tanto tiempo para saber realmente qué es lo que sucede en esta historia, pues en el libro se disfruta del final y no es necesario aguantarse dos partes de un filme para entender cómo termina la trama.

‘Sí, pero la película es más ‘priti’ y apenas estamos leyendo Harry Potter y la Orden del Fénix’, respondían con mayor entusiasmo.

En cuestión de segundos entendí que cómo David Yates, director de las últimas películas de la serie y el productor David Heyman se hacían más conscientes de las sub historias dentro de este épico final cinematográfico, que no se podía contar en tan sólo 146 minutos, así que entregaron un último capítulo que, a criterio de las revistas especializadas, resultó ‘alucinante’, sobre todo para aquellos fanáticos de los libros que no quedaron completamente gratificados con el desarrollo narrativo de los últimos episodios de la famosa saga.

Como un dato curioso, en el estreno de esta semana, los hechos que transcurren en esta última parte suceden en 24 horas, por lo que los detalles son muy valiosos a la hora de mantenerse atentos a todo lo que rodea a sus personajes.

De esta manera, el universo de Harry Potter se convierte en la saga más exitosa del cine, superando a la Guerra de las Galaxias (Star Wars) y la serie de James Bond con recaudaciones superiores a los $ 5,417,104,072.00.

En retrospectiva, el fenómeno literario provocó la realización, en el año 2006, de una encuesta de Kids and Family Reading Report y Scholastic que decía que el 51% de los lectores de la serie, muchachos entre 5 y 17 años había dicho que no había leído por placer anteriormente a Harry Potter, pero que después de la primera novela sí lo hacían.

Es decir, JK Rowling escribió los siete libros de Harry Potter en 17 años, y generaciones enteras agradecen al fenómeno Potter por acercar a los pequeñines al placer de la lectura y en consecuencia, a la magia del séptimo arte.

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