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- 18/10/2020 00:00
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Luego de varios meses en pausa, la actividad gastronómica ha arrancado y recibimos la primera invitación para una degustación del menú servido por Paul Bakery, restaurante - cafetería - pastelería francesa que ha reabierto sus puestas para atender a una clientela que ya le extrañaba.
Paul ofreció a periodistas, foodies e influencers un brunch para degustar algunos de los platos que ofrece ya el restaurante en sus tres locales o que puede hacer llegar a través de su servicio de entrega a domicilio.

Once de la mañana, una buena hora para empezar un brunch que se inicia con una mimosa de rigor. fría y, muy importante, con jugo de naranja fresco y natural.
Las conversaciones y saludos son inevitables. Han sido más de seis meses sin vernos. Claro está, sin besos, abrazos ni apretones de manos... las cosas han cambiado, en la entrada, la toma de temperatura, el pediluvio y el gel alcoholado nos recuerdan que hay que tener precaución, pero que si seguimos las indicaciones, como debe ser, haremos frente a la situación.

Gilberto Sánchez, gerente de operaciones de la franquicia nos recuerda que Paul ha estado abierto al público desde 1889. “Ha superado dos guerras mundiales, así que es una marca que persiste y ha mostrado que a lo largo de todos los años se puede lograr una gran calidad en lo que se hace”.
La franquicia, que ha sido operada por cinco generaciones de la misma familia, ha llegado a atender a un millón de comensales alrededor del mundo, sirviendo alrededor de 45 diferentes panes, postres muy frescos y un menú con platos sencillos, pero muy bien ejecutados, con ingredientes muy frescos. y a diario nos esforzamos en atender a nuestros clientes.

Alfredo Villegas, chef ejecutivo de Paul tuvo la responsabilidad de presentar los platos a degustar.
Con los últimos sorbos de la mimosa recibimos un croissant relleno de queso emmental, jamón de pavo y salsa bechamel. El croissant muy fresco, al igual que el jamón de pavo. El emmental destaca sobre la bechamel, muy sutil, pero presente.
continuamos con una ensalada Chevre, con mix de lechuga, tomates cherry, lascas de aguacate, palmito, nueces y vinagreta de frutos rojos, coronada con queso de cabra gratinado.

Las lechugas crujientes contrastan con la cremosidad del queso de cabra con un característico sabor ácido que va a las mil maravillas con las nueces picadas. Completan el balance el aguacate y el palmito.
La degustación continúa con una crepe au poulet, crepa rellena de pollo rostizado con champiñones, salsa bechamel y queso emmental, acompañado con ensalada y tomate provenzal.
Nuevamente se evidencia la sutileza de la bechamel, que no esconde ni el emmental ni los champiñones y mucho menos el pollo rostizado —el rostizado hace la diferencia—.

Finalmente una selección de postres, especialidad de la casa y emblemáticos de la pastelería francesa: milllefeuillle fraises —mil hojas con crema pastelera y fresas; mini éclair chocolat —eclaire de chocolate— mini macaron classique, el mío fue de limón y una mini tartaleta de limón con merengue.
Acompañamos la variedad de postres, impecables, todos, con un delicioso cappuccino.
Antes de terminar, el chef Villegas nos mostró una tartaleta de fresas entera, que puede ser ordenada con un día de antelación y llega fresquísima a casa. Y, pues había que partirla y probarla.
Para quienes todavía no se animan a comer fuera y prefieren disfrutar de las delicias de Paul Bakery desde casa, se ha habilitado una tienda virtual en la página web paulbakerypanama.com, desde donde podrá hacer sus pedidos.
El restaurante está atendiendo a su clientela desde sus tres locales: Multiplaza, Albrook Mall y el W Hotel
“Teníamos un menú muy extenso, de unos 100 platos. Debimos adecuarlos a esta nueva situación, garantizando una mayor rapidez por parte del personal y facilitando la atención de los clientes, con todos los protocolos necesarios”, comentó en chef.
Para ello, seleccionaron los platos más gustados y están trabajando con alrededor de 40 platos.
“hemos incluido también el pollo que aquí gusta tanto”, dice Villegas. “Hay que recordar que manejamos una cocina que es toda a baja temperatura, todo empacado al vacío. Nuestras recetas y algunos de los ingredientes que utilizamos vienen de Francia”, comenta.
El restaurante había cerrado sus puertas al llamado del Ministerio de Salud y no fue hasta hace aproximandamente un mes antes de la reapertura, que reiniciaron operaciones con servicio a domicilio para ponerse a tono para la fecha. “Ya hemos adecuado todo de acuerdo con los protocolos y nos toca estar más pendientes para que el comensal se sienta seguro y se sienta a gusto”, asegura.
“Afortunadamente hemos tenido movimiento, algunos días son un poco más lento, pero el público no ha dejado de venir”, dice el chef, con el convencimiento de que poco a poco las cosas irán a mejor.