El cineasta chino de los ‘camaradas’ gays

Actualizado
  • 13/02/2013 01:00
Creado
  • 13/02/2013 01:00
BEIJING. En Pekín brillan los neones y trepitan los bares, pero para millones de gays chinos —de 30 a 50 millones, según sociólogos—, la...

BEIJING. En Pekín brillan los neones y trepitan los bares, pero para millones de gays chinos —de 30 a 50 millones, según sociólogos—, la noche es ‘subterránea’, compartida por ‘camaradas’ a quienes el escritor y cineasta independiente Cui Zi’en da voz en filmes que han conseguido abrirse paso en el mundo pese a la censura.

En una entrevista con la AFP en París, Cui (pronunciar ‘Ts’uei’), quien viajó a esa ciudad para el estreno de varios de sus filmes en Foro de Imágenes, retrató un país donde las autoridades impulsan cambios económicos pero silencian a una población ‘tan grande como un país europeo’, confrontada a diario a situaciones de discriminación y rechazo.

‘Lo que quiero hacer en mis filmes es escribir otra historia de China, dando voz a los marginales, a gente cuyos derechos no son reconocidos, a sectores ignorados. Y al filmar sus estrategias para sobrevivir, quiero ayudar a su supervivencia’, resume el cineasta de 54 años, que tiene 14 novelas a sus espaldas.

Para tratar estos temas, el realizador, como otras figuras del cine y la literatura independiente, evade la censura. ‘Como somos independientes, no sometemos nuestras obras o guiones a la censura, que los prohibiría’, dice Cui, señalando que el comité de censura de China prohíbe abordar trece temas, entre ellos la homosexualidad, así como las críticas al Partido Comunista en el poder.

DISCRIMINACIÓN Y RECHAZO

En China, la homosexualidad era penalizada hasta 1997 y hasta 2001 se la consideraba una enfermedad mental. Ahora, aunque no está prohibida, la mayoría de los chinos vinculan la homosexualidad a Occidente y a su ‘decadente’ manera de vivir, como haciéndose eco del régimen, que censura las reivindicaciones de los gays alegando que no corresponden a las tradiciones de China, nota Cui.

El creador, una figura del movimiento gay en China, observa que una de las presiones más fuertes viene de las familias, que esperan sobre todo de los hijos que tengan descendencia.

‘Cuando niño la gente decía que parecía una niña, pero que no importaba, que era un chico bueno’ y luego ‘gozaba de estima, porque era escritor, cineasta, daba clases en la Universidad. Pero cuando salí del armario y me declaré homosexual, empezaron los problemas, la represión’, recordó.

‘Los homosexuales no son aceptados, y por eso la mayoría calla su situación y sigue en el armario’, añadió Cui, que en sus películas Queer China y Escena de noche relata la historia de la homosexualidad en esa nación de 1.300 millones de habitantes.

Para ver sus filmes, es necesario adoptar ‘técnicas de guerrilla’, organizando presentaciones en casas o en algunos bares y discotecas. Y hasta en un autobús. ‘Así, cuando las autoridades de alguna manera se enteran y vienen, ya nos hemos ido’, cuenta, jovial.

UN PAÍS DE ‘CAMARADAS’

Una de sus novelas, traducida al francés por la editorial Gallimard bajo el título Lèvres pêche (Labios de durazno), es la primera obra china sobre la homosexualidad publicada en el extranjero, observó Cui, galardonado como director en festivales internacionales de cine gay y coronado también con premios literarios.

‘Cada vez, se me ha dicho que no debo participar en esos festivales ni viajar a recoger los premios’, indica.

Uno de sus filmes, titulado Camarada, muestra la ambigüedad de la actitud del chino medio hacia la comunidad gay, a la que denomina popularmente con ese término con connotaciones positivas dentro del Partido Comunista.

Cui nota sin embargo evoluciones, aunque muy lentas, gracias a internet, por donde se divulga información pese a los filtros de la censura. Por ejemplo, los gays están al tanto de que en Francia está a punto de adoptarse una ley sobre el matrimonio homosexual, dice el cineasta.

Pese a todas las presiones, Cui reafirma su voluntad de contar esas historias prohibidas. ‘Lo que me interesa son los marginales, gente que está luchando por la vida’, concluye Cui, que también ha capturado en su cámara la vida de los campesinos desplazados del campo a la ciudad y los efectos de la política de hijo único en China.

PROYECTOS

Entre sus proyectos para los próximos cinco años figura ‘colgar’ lecturas en internet de autores como el filósofo francés Michel Foucault y relatos sobre la historia de la homosexualidad en China, que dice ha quedado documentada en ilustraciones de diferentes épocas de este milenario país.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus