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- 26/12/2012 01:00
PANAMÁ. En el calendario 2012, el reloj de la vida se detuvo para figuras del ámbito cultural, nacional e internacional.
En Panamá, nos despedi mos de la cantalante chorrena Catalina Carrasco, mejor conocida como ‘Catita de Panamá’; de Dora Isabel McKay De Gracia o cariñosamente apodada ‘Tía Dora’ y del luchador político y artista polifacético Carlos Francisco Changmarín, conocido como ‘Chico’. En el resto de Latinoamérica y en Estados Unidos también partieron grandes mentes como el poeta brasileño Ledo Ivo, el escritor mexicano Carlos Fuentes, la cantautora costaricense Chavela Vargas, el arquitecto brasileño Óscar Niemeyer, el escultor colombiano Edgar Negret, el cantante y cineasta Leonardo Favio, los escritores Ray Bradbury y Gore Vidal, quienes representaban el espíritu de las artes en la región sobre todo para la segunda mitad del siglo XX.
LEGADO PANAMEÑO
El 11 de noviembre pasado a los 93 años, falleció Tía Dora, docente y propulsora del teatro infantil. Como maestra de primera enseñanza, realizó sus primeras obras de teatro: Cuentos para niños, Casilda o el milagro de las rosas, La india dormida, y La piedra de la felicidad, entre otras. Tía Dora, conocida como forjadora de grandes hombres y mujeres de esta patria, supo ganarse el cariño de la gente por su entrega cultural y educativa en los colegios públicos.
Catita de Panamá fue otra que también nos dejó a los 93 años, el pasado 5 de noviembre. A pesar de que la autora e intérprete de temas como ‘Julia’, ‘Hojita de tamarindo’ y ‘Los ojos de mi morena’ nació en La Chorrera, vivió gran parte de su vida en Ocú, desde que empezó a cantar con Dagoberto ‘Yin’ Carrrizo. Durante toda su trayectoria, que culminó en 1984, por una caída en un baile, luego de la cual no volvió a los escenarios, cantó con figuras como Leonidas Cajar (por 10 años) y con los Hermanos Cruz. En vida, Catita fue condecorada con las órdenes Manuel José Hurtado y Belisario Porras, por su carrera artística.
El pasado miércoles 5 de diciembre, a los 90 años, murió Carlos Francisco Changmarín, el escritor, pintor, músico y político veragüense.
El artista de luchas sociales y autor de El guerrillero transparente, novela con que obtuvo el Ricardo Miró 1981, fue laureado en 2002, con el Premio Universidad por la Universidad de Panamá; además, fue condecorado con la orden Rogelio Sinán en 2006.
El Instituto Nacional de Cultura creó el certamen Nacional de Literatura Infantil que lleva su nombre en 2008. Al creador de ‘Tío Caimán’ —décima que fue llevada al acetato por el famoso conjunto Quilapayún de Chile, la cual fue grabada en varios países de la región— se le recordará con la misma alegría de sus composiciones.
GRANDES LATINOS
Este año, que aún no termina, también marcó el fin de una era para la cultura latinoamericana con el último adiós de Ivo, Fuentes, Vargas y Niemeyer.
La muerte de Carlos Fuentes el 15 de mayo pasado sacudió al mundo hispano. El escritor falleció a los 83 años a causa de una hemorragia grave en el tubo digestivo. El autor de La muerte de Artemio Cruz y Aura partió sin haber conseguido el Premio Nobel, para el cual fue considerado varias veces como posible candidato. Su literatura abarcó alrededor de 20 novelas, 17 libros de ensayo y 12 libros de cuentos.
Chavela Vargas, ganadora de un Grammy Latino en 2007, fue otra de las artistas que dejó una huella profunda en sus admiradores. La cantante naturalizada mexicana interpretaba música ranchera, pero a su manera, con pantalones, ponchos y una pistola enfundada, rompiendo todos los estereotipos que había tenido hasta entonces la mujer en ese género musical. Convivió con Diego Rivera y Frida Kahlo y, con esta última, incluso tuvo una relación sentimental.
A sus 93 años, ‘La Chamana’, quien grabó 80 discos, lanzó un último trabajo Luna Grande. Viajó a España para una serie de conciertos, pero a su regreso su salud empeoró y murió en agosto a causa de un paro respiratorio.
Argentina lloró el pasado 5 de noviembre a Leonardo Favio, uno de los mayores exponentes de la cinematografía argentina. El también músico, cantante y actor, reconocido por su éxito con la balada ‘Fuiste mía un verano’ (1968), no solo marcó en lo cultural, sino en la política de su país, pues su militancia en el peronismo fue siempre uno de sus ideales.
El escultor abstracto, el colombiano Edgar Negret, entregó su alma a los 92 años el pasado 11 de octubre a consecuencia de un cáncer en la vejiga. Negret destacó por sus esculturas de hierro.
Óscar Niemeyer fue el que más años duró, el diseñador de Brasilia, la modernista capital de Brasil, inaugurada en 1960, murió el 5 de diciembre en un hospital de Río de Janeiro, a los 104 años.
El estilo de Niemeyer quedó plasmado en todo tipo de obras, desde la sede de la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York, hasta el edificio del Partido Comunista Francés, en París. De igual forma diseñó el Sambódromo que alberga los desfiles de Carnaval de Río de Janeiro y el Museo de Arte Moderno en Niteroi, que parece un platillo volador en la costa.
El pasado domingo 23 de diciembre se fue otro brasileño. El escritor Ledo Ivo, a los 88 años, a causa de un infarto. Ivo fue una de las figuras más reconocidas de las letras brasileñas. Entre sus obras destacan Ninho de Cobras y A Noite Misteriosa.
OTRAS MENTES BRILLANTES
El compositor clásico Elliott Carter, cuyos trabajos le merecieron gran admiración y dos premios Pulitzer, falleció a los 103 años el pasado 5 de noviembre. Carter fue compositor de 158 trabajos, desde sus tempranas ‘Sinfonía N°1’ (1942) y ‘Holiday Overture’ (1944) y la creada este año titulada ‘Diálogos II’, que fue estrenada en octubre en Italia, o ‘Instances’, que estrenará en febrero de 2013.
Asimismo, Eugene Gore Vidal —escritor, ensayista, militar, guionista y periodista estadounidense, candidato al Premio Nobel de Literatura— dejó de existir 31 de julio de 2012, tenía 86 años. Su primera novela se llamó Williwaw (1946) y la publicó con apenas 21 años.
El escritor estadounidense Ray Bradbury, autor de Fahrenheit 451 y de Crónicas marcianas, murió en California, a los 91 años. Su nombre es uno de los símbolos de la literatura de ciencia ficción de los últimos 60 años, por sus distopías y sus fábulas políticas.
No se puede dejar de mencionar al egipcio Eric Hobsbawm, considerado uno de los máximos pensadores de la historia del siglo XX, quien nunca encubrió su línea marxista. El hombre, renombrado por su trilogía Three Ages4 : The Age of Revolution: Europe 1789–1848, publicada en 1962, The Age of Capital: 1848-1875, publicada en 1975, y The Age of Extremes 1914-1991, publicada en 1994, murió a los 95 años en Londres, Inglaterra, el 1 de octubre.