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Panamá debe trabajar en la formación de los docentes, asegura experta
- 28/09/2024 00:00
- 27/09/2024 18:02
Para la doctora Maripé Menéndez, directora regional para Hispanoamérica de la Organización Bachillerato Internacional, Panamá debe trabajar en la formación del docente y en la carga emocional de los jóvenes, ya que es una población que está desmotivada y tiene problemas socioemocionales.
“Esto es común en todas las naciones. El sistema educativo panameño está como en muchos países, saliendo de la pandemia. Nuestros alumnos y docentes han atravesado por situaciones complejas y difíciles. Pero se debe trabajar en el fomento de esa positividad y tener logros extraordinarios”, sostuvo la experta.
Las declaraciones de Menéndez a La Estrella de Panamá se dieron luego de la conferencia ‘Educación de Calidad Mundial -Bachillerato Internacional’ en el salón Presidencial de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresas (Apede).
El gremio organizó esta actividad porque se encuentra comprometido con la democracia y educación en Panamá, destacó Dagmar de Álvarez, presidenta de la comisión de Educación y Actualización Ejecutiva de Apede.
“Desde la Apede vemos la necesidad de que el recurso humano pueda desarrollar sus capacidades. Es por ello que hemos encontrado esta organización que se llama Bachillerato Internacional la cual ha desarrollado estas características: tener un perfil solidario”, destacó a este medio.
El modelo educativo que impulsa la Organización del Bachillerato Internacional es uno que se puede implementar en Panamá, recomendó la ejecutiva. “Sería un modelo como el que se hizo en el siglo pasado con el Instituto Nacional, cuando trajeron a los mejores estudiantes de Panamá y allí se forjaron los mejores líderes que nos ayudaron a construir nuestro país en el siglo pasado”.
“En el siglo XXI también debemos dar las mejores oportunidades a nuestros estudiantes. Que existan en cada capital de provincia las mejores escuelas, como el Colegio Abel Bravo y todos esos colegios que formaron a los líderes en su provincia. Considero que es una oportunidad”, puntualizó.
Dice la doctora Maripé Menéndez que el programa del Diploma es un bachillerato que sí se puede implementar en todas las provincias. “Es un programa multicultural, de hecho, nosotros fomentamos las lenguas indígenas”.
Este programa se inició en Panamá hace 30 años con una escuela particular. Actualmente se desarrolla en ocho escuelas particulares y una escuela oficial: Academia Panamá para el Futuro la cual está abierta desde 2022.
Menéndez detalló que el programa del Diploma es un bachillerato holístico en el que se estudian seis asignaturas, de las cuales tres se imparten con mayor profundidad y el resto con un nivel medio.
“La fundación del Bachillerato internacional nació en Suiza en 1968, y desde ese momento creemos firmemente en esa educación holística, que permite conectar las distintas disciplinas”.
Una característica importante, agregó Menéndez, es que todos los alumnos tienen que estudiar su lengua materna, en este caso es el español, y una segunda lengua extranjera, que puede ser el inglés. Cuentan con la asignatura de Ciencias Experimentales, una asignatura de ciencias sociales y estudiar siempre matemáticas; estas son obligatorias para todos los alumnos.
Luego tienen unos componentes que se les llama troncales, añadió. Se trata del desarrollo de una tesina, que debe ser única y cumplir con los estándares académicos. Es un trabajo de obligación para todos los alumnos, precisó Menéndez.
También cursan una materia que se llama Teoría del Conocimiento. Aquí se abordan las fuentes, cómo uno aprende y cómo se pueden generar nuevos conocimientos existentes. “En la teoría del conocimiento se fomenta el pensamiento crítico creativo para ayudar a enfrentar los problemas complejos que son a los que se enfrenta nuestra humanidad”.
Además, indicó la doctora, se tiene dentro del programa educativo unas horas de creatividad, actividad y servicio a la comunidad. Esto se hace para fomentar la solidaridad en los estudiantes.
Para implementar el programa del Diploma se atraviesa por un proceso de preselección. Se forma a los profesores. Se establecen los currículums. Se prepara el colegio para que el docente pueda trabajar. El enfoque de la educación no es memorístico. Está conectado con el mundo real, indicó.
Toda la labor de financiamiento está a cargo del Ministerio de Educación (Meduca), aseguró. Ellos cubren los gastos. En este caso, la Academia Panamá para el Futuro tiene un internado al que vienen los alumnos de cada zona. Para el ingreso se realiza una convocatoria y si son elegidos, vienen para quedarse en el internado.
La doctora comentó que tuvo una conversación con la ministra de Educación, Lucy Molinar, en la que se llegó a la conclusión de poder “trabajar juntos, ya que tenemos muchas cosas en común. Estamos aliados con la excelencia académica, esperamos colaborar en la formación con los profesores. Tenemos a corto plazo el interés de estar en colegios oficiales, viendo la manera de expandir el bachillerato, que no tengan el internado y sean localizados en otras partes del país”.
“Esperamos seguir contribuyendo en nuestra misión: educar a jóvenes ávidos de conocimientos, que tengan ganas de aprender, de llegar a su máximo potencial. Jóvenes que estén bien informados. Se tienen muchas fuentes y se necesita sintetizarlas. Poseer esas habilidades de pensamiento superior que, además, quieran construir un mundo mejor y más pacífico a través de la educación”.
Rolando Agrazal es egresado de la primera promoción de la Academia Panamá para el Futuro. Oriundo de Panamá Oeste, tiene 19 años. Dice con mucho orgullo que es estudiante de segundo año de Medicina de la Universidad de Panamá. Pasó las pruebas sin problemas, comenta.
Al ingresar a la escuela, considera que uno de los cambios más notables fueron sus compañeros, porque el profesor daba la clase y todos prestaban atención. Se creó una burbuja de aprendizaje.
Una de las materias que más le gustó fue Teoría del Conocimiento, ya que pudo desarrollar el pensamiento crítico. “Usualmente atraviesas por una premedia que es totalmente memorística. Acá no, eran problemas los que se planteaban, se tenían que resolver casos. Se mezclaba el conocimiento del concepto y aplicación en un contexto real del mismo. Era la mejor forma de aprender”.
“Considero que es un proyecto que busca cerrar esa brecha en mi país. En la academia no importaba si venías de la comarca o de la capital. Si eras un buen estudiante tenías a tu disposición todos los recursos: la comida, una laptop, uniforme. Por eso, considero que era una burbuja de aprendizaje. Eliminaban las brechas socioeconómicas. Era una utopía de aprendizaje. Todos teníamos la misma oportunidad, bajo las mismas condiciones. Es un reto para nuestro país tener más centros como estos en otras provincias”.
Para él fue un intercambio cultural porque había estudiantes de todas las regiones educativas, de Coclé, Los Santos, Chiriquí, las comarcas. “Era increíble porque yo sentía que estaba estudiando como si fuese en el exterior pero a la vez sentirme en mi país. Era un intercambio cultural diario”, concluyó.