La capa de ozono volverá a la normalidad en 20 años

  • 24/01/2023 00:00
Reportes de la Organización Meteorológica Mundial y el Protocolo de Montreal confirman la recuperación de la capa protectora de la Tierra, impactando de manera positiva la lucha medioambiental
Se espera que en 2045 la capa de ozono se recupere completamente alrededor del mundo.

Hace más de 40 años, los expertos descubrieron por primera vez una perforación en la capa de ozono de la Tierra, en la Antártica.

A lo largo del tiempo, esta capa diseñada para proteger al planeta de la radiación ultravioleta (UV), ha ido deteriorándose poco a poco debido a químicos comúnmente utilizados en los hogares.

La pérdida completa de este agujero representa grandes consecuencias para la calidad de vida humana, así como un grave deterioro a la salud.

Enfermedades como el cáncer de piel, alteraciones de la visión, problemas respiratorios y otras afecciones al sistema inmunológico son solo algunos de los padecimientos que serían más comunes si la capa de ozono dejara de existir.

Este descubrimiento ha dado pie a la exploración de nuevas alternativas para combatir el calentamiento global.

Debido a esto, diferentes iniciativas abocadas a evitar la desaparición del ozono, como el Protocolo de Montreal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), han luchado para mantener y recuperar esta capa. De hecho, el último reporte de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) prueba que existe una lenta recuperación de esta capa protectora.

Esta información ha sido corroborada con la evaluación cuadrienal realizada el año pasado por el Grupo de Evaluación Científica del Protocolo de Montreal, donde se confirma que la eliminación en un 99% de sustancias químicas que deterioran la capa de ozono ha contribuido a su recuperación de manera significativa.

“La capa de ozono se está recuperando, lo que es una fantástica noticia. En los últimos 35 años, el protocolo se ha convertido en un verdadero defensor del medio ambiente. Las evaluaciones y los exámenes que realiza el Grupo de Evaluación Científica siguen siendo un componente esencial de la labor del protocolo, que ayuda a informar a las instancias normativas y decisorias”, fueron las declaraciones de Megumi Seki, secretaria ejecutiva de la Secretaría del Ozono del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) ante la noticia.

Según el resultado de la evaluación, científicos de la OMM piensan que el proceso de recuperación tomará como mínimo un poco más de 20 años.

La eliminación de sustancias químicas, como los clorofluorocarbonos, es una de las razones que permitieron este cambio.

Se pronostica que para el año 2045 la capa de ozono debe estar completamente sanada y volver a la forma en la que se hallaba a inicios de la década de 1980, cuando aún no había alguna perforación.

Para 2066 se espera que la porción del ozono en la Antártica vuelva a la normalidad, ya que la afectación en la zona es más severa que en el resto del mundo.

Una nueva esperanza

Expertos esperan que este avance sea de beneficio para la lucha contra el calentamiento global y el efecto invernadero.

La recuperación de la capa de ozono podría reducir la temperatura global de manera significativa y evitar los desastres ambientales de los que miles de personas son víctimas hoy.

Además, a partir de esta noticia, el Grupo de Evaluación Científica del Protocolo de Montreal ha comenzado a examinar los efectos que pueda tener la inyección de aerosoles en la estratosfera (SAI) en el ozono, lo que ha resultado en la propuesta de nuevos métodos para reducir el cambio climático y el calentamiento global mediante la geoingeniería, es decir, manipular el clima para deshacer algún daño hecho debido a los combustibles fósiles.

Aunque aún no hay nada escrito en piedra en cuanto a las nuevas posibilidades, otros científicos se oponen a la idea asegurando que este método podría ser útil al inicio, pero podría terminar afectando negativamente a la capa de ozono y el resto del espacio.

Según un reporte de la MMO, las nuevas técnicas estudiadas “vienen con sus propios riesgos y podrían causar otras consecuencias inesperadas”, resultando en un efecto adverso.

El rol de los químicos

Las sustancias químicas con más responsabilidad en el deterioro de la capa de ozono son los clorofluorocarbonos (CFC).

De acuerdo con información del Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes de España (PRTR), estas son sustancias que provienen de los hidrocarburos saturados por lo que son un producto netamente industrial, esto los vuelve más fácil de degradar y prolonga su presencia en la atmósfera.

Las principales fuentes de emisión de los CFC son los líquidos refrigerantes, agentes extintores, aerosoles, pinturas, barnices, entre otros.

Según la evaluación proporcionada por el Protocolo de Montreal, las emisiones de CFCS y otras sustancias que agotan el ozono han disminuido a menos de un 0,4% desde el año 2020.

El progreso en cuanto a la recuperación de la capa de ozono se ha logrado desde la reducción progresiva en la producción de CFCS e hidrofluorocarbonos (HFC), este último no afecta directamente a la atmósfera, pero sirve para potenciar los gases que producen el efecto invernadero.

“Las medidas adoptadas en relación con el ozono sientan un precedente para la acción climática. El éxito obtenido gracias a la eliminación progresiva de las sustancias químicas que destruyen la capa de ozono nos muestra lo que puede y debe hacerse para abandonar los combustibles fósiles, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar, por lo tanto, el aumento de las temperaturas”, señaló el profesor Petteri Taalas, secretario general de la OMM.

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