Más de la mitad de los hogares en Changuinola no tienen agua potable

Actualizado
  • 17/11/2023 00:00
Creado
  • 17/11/2023 00:00
La contaminación por plaguicidas es otro problema de esta zona de Bocas del Toro, de acuerdo con un análisis del Grupo Núcleo
Se desconoce la calidad del agua que suministran estos sistemas, de acuerdo con el análisis que se hizo entre Panamá y Costa Rica.

Más de la mitad de los hogares en la cuenca binacional del río Sixaola no tienen acceso al agua potable. Así lo muestran los datos existentes para el cantón de Talamanca, Costa Rica, y en Changuinola, Bocas del Toro, Panamá.

La información se desprende del estudio 'Análisis transfronterizo de la cuenca binacional del río Sixaola' el cual forma parte de las acciones del proyecto Conectando Comunidades y Ecosistemas. La autoría del documento es del Grupo Núcleo.

Se trata de un análisis técnico que aborda los problemas ambientales, así como sus impactos y causas. Para la elaboración del mismo se utilizaron fuentes oficiales de Costa Rica y Panamá, países que comparten la cuenca.

En el caso de Panamá, el estudio dice que en el área rural se contabilizaron 5.619 acueductos; 2.836 a cargo de las juntas administradoras de acueductos rurales (Jaar) y 2.783 administrados por comités de salud (CS), que abastecen una población estimada de 807.408 habitantes (20%).

“(...) Se desconoce la calidad del agua que suministran estos sistemas”. Las zonas con mayor cantidad de viviendas sin acceso a agua potable son las provincias de Bocas del Toro (25,4%), seguido de Darién (27,4%), Veraguas (11,2%) y las comarcas indígenas de Guna Yala (22,2%), Emberá (72,2%) y Ngäbe Buglé (61,4%).

A quienes afecta el no tener agua potable en Changuinola, principalmente es a las mujeres, ya que “dedican además más tiempo a la provisión de agua, en las situaciones en que esta requiere acarreo desde pozos u otras fuentes fuera de la vivienda. Esto implica no solo la dedicación y esfuerzo físico, sino que también complica las labores de cuidado y atención de otras tareas que, por roles históricos, se recargan sobre ellas en el hogar”.

Entre los impactos ambientales que se generan por las limitaciones al acceso al agua potable se encuentran los mayores efectos de contaminación natural y humana, deforestación e inundaciones. Esta situación afecta a los ecosistemas asociados a la cuenca debido a la sobreexplotación de los recursos y el efecto de variabilidad climática en toda la cuenca binacional.

Y los impactos socioeconómicos son varios, entre ellos, detalla el informe, la disminución del poder adquisitivo en la población afectada por las inundaciones y la pérdida de territorio para generar fuentes de producción. También el desarraigo y migración obligada a otros territorios, generando así pérdida de identidad.

La pérdida de competitividad y falta de oportunidades para el desarrollo, son otras consecuencias negativas, así como la vulnerabilidad social por el incremento de inseguridad debido al poco desarrollo económico y falta de oportunidades de crecimiento, aunado a los aspectos de multiculturalidad en ambos países y la migración de personas de otras naciones.

Las causas que provocan este problema son varias. El informe del Grupo Núcleo lo divide en: “causas de raíz, causas subyacentes y causas inmediatas”. Entre las causas de raíz están los asentamientos por razones culturales y características de la zona y las formas de vivir de la población. La falta de cumplimiento de las leyes y del ordenamiento territorial, la falta de personas y recursos financieros, y la falta de educación, conciencia, y la sensibilización en temas ambientales.

Mientras que las causas subyacentes son aún más, entre ellas se encuentran la utilización de materiales inadecuados o de baja calidad en la construcción de acueductos rurales, y la falta de administración, planificación y mantenimiento. También la distribución dispersa de la población en el territorio.

Y entre las causas inmediatas están “la falta de mantenimiento, buena gestión y asesoramiento de los acueductos rurales. La falta de protección de la zona de toma de agua o zonas de recargas hídricas en ciertas áreas de la cuenca”.

Contaminación por agroquímicos

Un segundo problema de “alta prioridad” es la contaminación por agroquímicos en zonas específicas de la cuenca, en las cuales la actividad agrícola, principalmente de musáceas (plátanos), se desarrolla de manera amplia. Este tema es clave, pues la alteración de las aguas por contaminantes afecta muchos aspectos: la vida, los ecosistemas y la diversidad acuática, la calidad de los suelos circundantes y los cuerpos de agua, la disponibilidad de recurso de calidad para uso humano –sea productivo o doméstico–, la salud ambiental y humana, el paisaje y otros elementos, remarca el estudio.

La contaminación debida al uso de agroquímicos en la cuenca binacional del río Sixaola se ha documentado en varios estudios, pero no existe un sistema de monitoreo sistemático y completo que permita su seguimiento y evolución en el tiempo. Las aguas superficiales y subterráneas en la cuenca reciben importantes cantidades de productos agroquímicos (pesticidas, fertilizantes) procedentes de diferentes prácticas inadecuadas, diagnosticadas, entre otros, por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

Los cultivos de mayor área en la zona son similares en los dos países, con algunas variaciones. La provincia Bocas del Toro cuenta con un área de 116.000 hectáreas aptas para la producción agrícola. De acuerdo con el Instituto de Investigación Agropecuaria de Panamá, de esta área total disponible son utilizadas actualmente 97.353 hectáreas, 60% con cultivos comerciales como banano, plátano, piña y cacao; 36,8% está dedicado a pastos; y el 4,2% se utiliza en cultivos temporales como arroz y otoe, contextualiza el estudio.

“Los sistemas de producción de las plantaciones de banano requieren importantes inversiones en términos de canales de drenaje y alcantarillas que descargan directamente en los afluentes de la parte baja del Valle de Sixaola. Estos sistemas de drenaje contribuyen a aumentar la escorrentía –el agua que se escurre por la red de drenaje hasta alcanzar la red fluvial– de los campos agrícolas y los efluentes con cargas de sedimentos que contienen trazas de fertilizantes y pesticidas. Esto, a su vez, aumenta la carga de nutrientes y la toxicidad de las aguas superficiales en la parte baja del Valle”.

Tanto la contaminación aérea difusa como el vertido de efluentes agrícolas afectan a los ecosistemas, y esta realidad se refleja en la toxicidad del agua y la pérdida de biodiversidad de agua dulce en los tramos inferiores del río Sixaola. Los análisis de biomonitoreo de referencia y de calidad del agua realizados reflejan esta situación, alerta el estudio.

La contaminación difusa por plaguicidas en la cuenca media y baja, proveniente de la agricultura intensiva, no ha sido abordada por el sector agrícola ni considerada por ninguno de los planes de manejo de las áreas protegidas, agrega.

Por otra parte, la producción de un cultivo muy importante en la provincia, el plátano, se ve limitada por el establecimiento de las plantaciones en suelos con alto nivel freático –que está acumulado en el subsuelo–, costos de producción elevados, ineficiente uso de los recursos y el empleo de técnicas de producción poco amigables con el ambiente, incluyendo diversos pesticidas.

“Desde hace algunos años, los temas relacionados con el manejo de plagas, plantas saludables, uso de microbiomas para mejorar la sostenibilidad de cultivos, el manejo de los suelos para una mejor disponibilidad de nutrientes, el control de malas hierbas y la erosión comienzan a manifestarse como grandes retos de todo el sector”, concluye.

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