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- 07/10/2018 02:05
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‘Más valen cien pájaros volando que uno enjaulado', dijo Sergio Arias, director de Birdwatching Central America, durante el Primer Congreso Internacional de Sostenibilidad, Ecología y Evolución celebrado entre el 27 y 29 de septiembre de este año en Costa Rica, para concienciar sobre el valor económico del avistamiento de aves en lugar de la captura y tráfico ilegal de las especies.
Cada nación centroamericana tiene una ave nacional que lo identifica y representa. Pero, más allá del símbolo de una nación, estas aves también representan la rica biodiversidad de una región donde 1,500 de ellas surcan los cielos desde Guatemala, Belice hasta Panamá.
Esa rica diversidad inspiró la creación de una ruta para observar los más coloridos y emblemáticos pájaros del istmo centroamericano.
‘El aviturismo es una herramienta para el desarrollo social, económico y ambiental por el derrame en las comunidades locales', explicó Arias,
Este tipo de turista dinamiza la economía porque los pajareros usan hoteles, restaurantes, gasolineras, supermercados, entre otros, continúo explicando Arias. Los guías locales han visualizado este mercado y están preparados para atender a los observadores porque crecieron con esta rica avifauna y trasmiten sus conocimientos a los amantes de la naturaleza.
Lo mejor, explicó, es que los guías no solo se conforman con mostrar el pájaro sino que explican su significado para las comunidades, las leyendas e historias asociadas a la especie, comparten la historia natural y cultural que muchas veces estampan en artesanías y costuras.
Alrededor del mundo se han descrito cerca de diez mil especies de aves. La mayor área de concentración de las especies sigue siendo el trópico. En el continente americano se encuentra el 30% de todas las aves del mundo. El 15% están en la región centroamericana, señaló Arias.
‘El aviturismo en Centroamérica se puede desarrollar en una sola visita a la región, también país por país o se puede explorar el triángulo norte y luego el sur', dijo el director del proyecto promovido que desarrolla Birdwatching Central America y Operador Latino.
En el istmo centroamericano se pueden avistar desde lechuzas, codornices, golondrinas, mirtos y pinzones que migran desde el Norte hacia el Sur de América. Y también tucanes, hormigueros, saltarines y cotingas, entre otras, en su migración del Sur al Norte de América.
En cada una de las regiones centroamericanas también existen emblemáticas aves que despiertan la curiosidad de los pajareros. En Guatemala, el quetzal; en Honduras, el aro macao; en El Salvador, el torogaz; en Nicaragua, el guardabarranco, en Costa Rica, el yiguirro; en Panamá, el harpía.
Pero, para este proyecto se quieren hacer las cosas distintas. Las especies usadas comúnmente para mercadear el ecoturismo fueron obviadas a fin de evidenciar la alta diversidad de la región centroamericana.
En Guatemala se escogió a la reinita rosada (Cardellina versicolor), en Belice al yucatán jay (Cyanocorax yucatanicus), en Honduras al colibrí esmeralda (Amazilia luciae), en Nicaragua, en Costa Rica la arasarí piquinaranja (Pteroglossus frantzii) y en Panamá al peluquero coronado de manchas (Capito maculicoronatus).
Un recorrido por toda la región puede tardar entre tres y cuatro semanas, un período en el que un observador puede añadir hasta 600 y 800 aves a su lista.
Las zonas escogidas concentran un alto endemismo por lo que han sido denominadas ‘puntos calientes'. Los paisajes del Mountain Pine Ridge (Belice), Pico Bonito y Santa Bárbara (Honduras), Petén, Todos Santos, Atlitán, Tecpán y Antigua (Guatemala), la reserva Indio Maíz (Nicaragua) y Gamboa y Darién (Panamá), forman parte de la ruta.
En el caso de Panamá, la ruta escogida tiene elementos añadidos como el componente cultural de los grupos indígenas donde se pueden hospedar los pajareros. Arias estima que en su paso por tierras panameñas un turista puede dejar entre cuatro mil y seis mil dólares durante una vista de entre cuatro y cinco días.
PANAMÁ, ENTRE LOS MEJORES PAÍSES DEL MUNDO PARA AVISTAR AVES
Panamá está entre los diez países del mundo con más especies de aves observadas en un día, de acuerdo con un recuento que se realizó el 5 de mayo de este año, en el marco del Global Big Day, en donde participaron 170 países.
A nivel mundial, Panamá ocupó la sexta posición, por encima de Canadá, Estados Unidos y México, países mucho más grandes en cuanto a la extensión territorial.
En la región centroamericana, el país ocupó el primer lugar con 750 especies avistadas, superando a Costa Rica que reportó 685. Panamá rompió su propio récord nacional de avistamiento de aves en un día: en 2015 se observaron 609 especies.
‘Este logro nos promociona como destino competitivo para la observación de aves ', destacó Enrique Sánchez, director de Mercado de la Autoridad de Turismo de Panamá, en una publicación que realizó este diario el 10 de mayo de 2018.
En esa misma edición, Rosabel Miró, directora ejecutiva de la Sociedad Audubon de Panamá, indicó que se habían cumplido los objetivos trazados en esta importante jornada como resultado de un esfuerzo conjunto entre guías de turismo, científicos, académicos, miembros de comunidades indígenas, voluntarios, ONG y representantes de empresas turísticas, que se organizaron para volver a posicionar a Panamá entre los diez primeros lugares del mundo.
El día del conteo también se cumplió el objetivo de avistar la mayor cantidad de especies endémicas del país. De las 11 especies endémicas reconocidas por la asociación BirdLife International, de la cual la Sociedad Audubon es miembro, se lograron observar 8 de ellas.
Panamá se distinguió por reportar dos especies de aves que no fueron reportadas por ningún otro país del mundo: el ave pelágica Petrel de Parkinson y el Dacnis Emeraldino, ambas observadas en la provincia de Darién por el vicepresidente de Audubon Panamá, Jan Axel Cubilla.
Miró valoró el avistamiento de aves como una actividad de gran relevancia para el país por su enorme potencial para la generación de beneficios económicos, tanto para las comunidades aledañas a las ‘Áreas Importantes para Aves' como para la industria del turismo. Además, contribuye con la conservación de los bosques y su biodiversidad cuando la actividad se desarrolla de manera sostenible.