Roger Durling: ‘El poder del cine se transmite estando en comunidad’

Actualizado
  • 04/04/2024 00:00
Creado
  • 03/04/2024 15:36
El director del Festival Internacional de Cine de Santa Bárbara conversó con ‘La Decana’ sobre su regreso a Panamá para el IFF 2024 y el rol de los festivales en acercar el arte a la humanidad a través de la formación

El séptimo arte ha sido parte de la vida de Roger Durling desde su niñez. Acunado por su madre, el amor por el cine lo llevó a múltiples visitas a los cines locales de su natal Panamá, y luego a los festivales reconocidos de Estados Unidos tras llevar su vida a Norteamérica.

Tras años en el teatro siguiendo su sueño de ser un dramaturgo, Durling encontró su verdadero llamado frente a la gran pantalla, deleitándose con cuantas películas pudiera devorar día tras día y en los diferentes festivales a los que asistía, siendo el Festival Internacional de Cine de Nueva York (INYFF) su primer paso hacia una vida dedicada al cine.

“El festival de Nueva York inició en mí una gran adicción por ir a los festivales y conocer cómo funcionaban”, comentó en una entrevista dada a La Estrella de Panamá. Ahora, 20 años después, Durling se mantiene a la cabeza como director ejecutivo del Festival Internacional de Cine de Santa Bárbara (SBIFF), llevando su rol como gestor un paso más adelante, creando espacios innovadores para que el festival continúe siendo un atractivo anual para los amantes del cine en California.

Durling visita su natal Panamá para formar parte de los talleres y conversatorios del Festival Internacional de Cine de Panamá (IFFP) que empieza hoy con el día de Industria en el Learning Vila de Atrio Mall y proyecciones de películas desde el 5 al 7 de abril. El gestor cultural formará parte del conversatorio ‘Proyectándonos: El rol de los festivales hoy y mañana’ a partir de las 5:00 p.m. en el Salón IMAX.

Revivir el SBIFF

La vida del gestor lo llevó a mudarse a Santa Bárbara, California, tras negarse a vivir en Los Ángeles (“esa ciudad me deprime mucho”, dijo) para empezar un nuevo empleo. Fue en esta ciudad que logró abrir una cafetería centrada en contar la historia del cine a través de sus platillos y decoraciones. “Yo en ese café le hablaba de cine a quien quisiera escucharme, y un día alguien me comentó de la situación que estaba pasando el SBIFF, lo que no me sorprendió ya que sabía que era pequeño y el manejo no estaba siendo el mejor”, contó a este diario.

Fue entonces que Durling asumió el desafío para el cual él poseía las herramientas: tomar el festival y devolverlo a la vida. “Cuando me comentaron del festival estaban a punto de cerrarlo, debido a cómo estaba siendo dirigido”, indicó Durling, “no tenían dinero para contratar a un nuevo director, por lo que me ofrecí a poner en marcha un plan de un año para restaurar el festival”.

La idea fue simple: si Durling lograba concretar su plan y poner en marcha el festival de Santa Bárbara, sería el nuevo director. “Eso fue hace 23 años, y desde entonces el festival empezó a cambiar, todo fue mejorando y evolucionando hasta como es hoy”, dijo con una sonrisa el gestor panameño. El SBIFF reunió a más de 75.000 asistentes y proyectó 200 películas, según información del reporte anual oficial del festival para 2022-2023.

Ahora, regularmente el SBIFF se ubica estratégicamente en las fechas entre las nominaciones al Óscar y la principal noche de honores de la industria, los Premios de la Academia, lo que causa una afluencia de estrellas de la alfombra roja que visitan el festival y son parte de conferencias y conversatorios públicos.

El cine como un idioma universal

Para Durling, quien también funge como catedrático, dirigir el SBIFF le ha enseñado que lo más importante dentro de cualquier festival –más allá de las películas– es el área formativa. “Me encanta enseñar y uno de nuestros mayores orgullos es la creación de un programa educativo que no se encapsula únicamente a los 10 días del festival, sino durante todo el año”, subrayó.

El evento especial dentro del festival, ‘El viaje de Mike al cine’ atrae a más de 2.000 estudiantes de muchas áreas de la ciudad, especialmente en las áreas de Santa María y Guadalupe, para ver una película y reunirse con el director de esta. Para algunos niños es su primera visita al cine.

El festival de cine también atrae a estudiantes de todo el país que están interesados en la industria cinematográfica, pero que no tienen ningún programa en el lugar donde viven.

“Me encanta poder enseñar, ya que esas oportunidades no las tuve en Panamá cuando era niño, y me gusta poder ofrecer estas oportunidades a los niños y jóvenes para que, como yo, puedan enamorarse del cine, entenderlo y sea de aplicación para sus vidas”, contó Durling.

Las experiencias en el festival son un sello del trabajo que Durling y su equipo han llevado haciendo desde más de dos décadas. “No es la idea educar a los niños o jóvenes para que sean directores de cine, o estén en vestuario o algún otro departamento, sino educarlos en la importancia del vocabulario visual”, expresó Durling, “para que puedan entender qué es lo que ven, cuando son bombardeados por pantallas y material audiovisual todo el tiempo, así no serán engañados ciegamente”.

Además de la formación, Durling comentó la importancia de la innovación de los festivales en los años pos-covid. Drive-ins, mascarillas y la virtualidad tomaron el control del SBIFF durante el tiempo de la pandemia por la covid-19, sin embargo, desde 2022 el festival se ha dedicado a mejorar su espacio para atraer a su clientela.

“Los festivales están perdiendo a su clientela porque esta se encuentra viendo películas desde casa”, explicó el gestor, “por lo que es necesario crear una experiencia única en los festivales, que el audio sea excelente para la audiencia, que las salas sean de alto nivel y educar a las audiencias sobre lo que están viendo, no solo proyectas películas, sino que creas una comunidad”.

Desde los retos que han surgido para Durling en el SBIFF, el director señaló que es importante aprender que los festivales no son “estacionarios”, sino que se presentan como un espacio para “convivir”, llevando a las distintas generaciones a “tener discusiones y experiencias comunes” donde el cine actúa como el idioma universal entre ellas.

“El arte no puede ser aislado, debe ser expresado en comunidad”, comentó Durling, “ya que su poder reside en ser compartido con otros. El poder del cine se transmite estando en comunidad. Por eso el humano tiene el ímpetu de conversar, y la experiencia artística no termina cuando acaba la película, sino que se expande cuando se conversa, cuando se relata y se comparte con otras personas y eso es lo que define a un festival”.

Durling expresó su emoción por regresar a Panamá, a la que “visita bastante” porque su familia se encuentra en suelo istmeño aún. Su visita para el IFF también trae esperanza al director ejecutivo: “Estoy supremamente orgulloso de lo que Pituka [Ortega] y Karla [Quintero] están haciendo y como amante de los festivales, el estar en mi tierra en un festival de cine como el que han preparado va a ser muy especial y emotivo”, dijo, “me llena de orgullo ver el crecimiento y la calidad del cine en Panamá, y estoy ansioso por ser parte de este evento tan especial”.

Los festivales unifican a la comunidad con una experiencia en común en el cine, y este es un idioma universal”,
Director del Festival Internacional de Cine de Santa Bárbara
Roger Durling,
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